Tenía alguna esperanza que en el oficialismo podría privilegiar la sensatez y el sentido común, rechazando el inconstitucional proyecto de ley de abastecimiento, como una forma de evitarle al conjunto de los argentinos las graves consecuencias económicas y sociales, que condicionaran las políticas institucionales en los próximos meses con la aprobación de dicha ley.
Mi esperanza lamentablemente era infundada. Lo que ocurrió es de manual peronista, triunfo la idea de la verticalidad a quien manda todavía, aunque dicha decisión perjudique a todos los ciudadanos del país. ¿Tendrá alguna vez capacidad de cambio el peronismo? ¿Es capaz de seguir tropezando con la misma piedra? ¿A quién le echara la culpa por la aplicación de esta ley que siempre que se aplicó termino en una nueva crisis?
Me toco como dirigente vivir la inflación cero de Gelbard con el Rodrigazo, y la terminación de la gestión de Alfonsín con la hiperinflación, situación que no quisiera volver a vivir. Nunca funcionaron este tipo de políticas en el país y en el mundo. Con una ley no se frena los precios y no se promueve el aumento de la producción que es lo que necesitamos. Todo lo contrario, alejan hasta las inversiones corrientes como esta ocurriendo en el sector agropecuario que ahora se profundizaran después de la aprobación de la ley, achicando las áreas sembradas y la aplicación de tecnología, que sumado a la gran caída de los precios de los granos, provocara un menor ingreso de divisas el año 2015 entre 10000 y 12000 millones dólares. ¿De este problema y de las inundaciones no hablan los legisladores? ¿Señores gobernadores y señores legisladores se van a hacer cargo de haber frenado el ingreso de dólares genuinos y de los aumentos de los precios que provocara la ley de abastecimiento por falta de una mayor producción en el 2015?
No se puede corregir la inflación atacando los efectos y no las causas. Una economía que entro en recesión, con inflación del 40%, con Cepo cambiario que está frenando las importaciones para seguir produciendo y las exportaciones frenadas por falta de competividad. Con importaciones que se tienen que pagar con un dólar contado con liquidación de 13,50 para conseguirlo, mientras tienen que vender lo producido a un dólar oficial. Todas las producciones del sector agropecuario para el ciclo 2014-2015 tienen márgenes negativos y se implantan con un panorama muy sombrío consecuencia de las grandes inundaciones y mayores lluvias en primavera sin contar con ninguna política de estado para atender la situación.
La falta de competividad para poder exportar está condicionando el aumento de las producciones. Todos los que siembran están apostando a un cambio de los precios relativos y una devaluación ante de su comercialización. De no ser así nadie debería sembrar para no perder lo invertido. Esto lo saben muy bien los señores gobernadores pero mandaron a sus legisladores a votar la ley de abastecimiento por disciplina partidaria que va a potenciar la crisis económica y social descripta.
Señores dirigentes ¿Cuánto tiempo puede faltar en estas condiciones para la próxima devaluación? ¿Asumen que con esta ley de abastecimiento están precipitando los desequilibrios económicos y sociales por falta de inversiones y confianza en el gobierno por lo tanto no sería necesario actuar a tiempo? ¿No se dan cuenta que los tiempos de la crisis económica y social va a ser mucho más rápida que los reclamos judiciales por la inconstitucionalidad de la ley de abastecimiento? ¿Se puede seguir jugando con los ciudadanos y la situación del país porque el peronismo no definió los candidatos para las próximas elecciones?
Los buitres más graves no los tenemos afuera. Los tenemos adentro en la corporación política que se resiste a cambiar y quiere seguir haciendo demagogia y populismo para seguir empobreciendo al pueblo y creando analfabetos para que sea presa fácil de sus estrategias políticas. No se puede seguir jugando con un país de 12 millones de pobres e indigentes.
Lo que necesitamos no son leyes aisladas, necesitamos un cambio profundo y definitivo del país con nuevas ideas y nuevos dirigentes , discutido en una mesa todos juntos para consensuar las políticas de estado a ser respetadas por todos en la próxima gestión para consolidar un plan de desarrollo moderno para los primeros 30 años.
Por Arturo Navarro
Fuente: Años de Campo