Aparentemente, durante las primeras horas del domingo, un grupo de delincuentes ingresó por la fuerza en el edificio de calle San Lorenzo 1121, realizando importantes destrozos, con la intención de sustraer dinero y documentación guardada en la caja fuerte de una de nuestras oficinas.
Estamos cansados, como la mayor parte de la sociedad argentina, de tener que soportar hechos delictivos permanentemente. En este caso específico, no tenemos que lamentar más que daños materiales, pero la sensación de desprotección con la que convivimos en la ciudad de Rosario, en la provincia de Santa Fe, ante un Estado nacional que desde hace tiempo no brinda las garantías mínimas a sus ciudadanos, es alarmante.
Además, resulta muy llamativo el momento en que se produce este ilícito, justo en un contexto político complejo para nuestra entidad y su relación con las autoridades nacionales y sus aliados naturales. En este sentido, esperamos que lo sucedido sea simplemente eso, un robo aislado y no un medio de amedrentamiento hacia una de las organizaciones sociales enfrentadas al poder de turno.