El informe semanal de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), del 7 de agosto último, daba cuenta de un hecho preocupante: la caída en la intención de siembra de maíz en la zona núcleo para la nueva campaña, sobre la base de encuestas que marcan un potencial 20% menos de área maicera en la zona núcleo. Esto provendría de una baja del 24% en la superficie de maíz de primera y un 13% menos del tardío, con respecto al ciclo anterior.
El informe de GEA consigna aspectos de indudable importancia para la realidad agropecuaria de nuestro país. Entre ellos, indica que:
a) En campos arrendados, sólo se produciría maíz para cumplir con los contratos de alquiler.
b) Por costos, prevalece la opción de hacer soja en vez de maíz.
c) Los lotes de clase IV (baja aptitud agrícola) -que se encuentran a grandes distancias de los puertos- al no concretarse reducciones en el alquiler corren riesgos de quedar fuera del ciclo productivo en cuanto a siembra de maíz.
d) Rindes de indiferencia más altos obligan a un cuidadoso y exhaustivo análisis de cada eslabón del negocio del maíz. Lograr beneficios depende de la situación particular del productor: si dispone o no de maquinaria propia; cuál es la distancia de su campo a los puntos terminales de entrega, como son los puertos; si tiene o no capacidad de almacenamiento; la capacidad de negociación; el nivel de endeudamiento y las posibilidades de financiación.
e) El alquiler, los aumentos del precio del gasoil, y su efecto sobre los fletes, se destacan como puntos determinantes en la estructura de costos de la nueva campaña.
El informe indicó, además, que bajo arrendamiento -y sin tener en cuenta gastos de estructura ni impuestos- los rindes de indiferencia en maíz son tan elevados que sólo se cubrirían con planteos de alta tecnología en lotes de alto potencial y en el mejor de los escenarios productivos. De esta forma existe el riesgo de que queden fuera del ciclo productivo los campos de menores aptitudes agrícolas.
Ante este escenario preocupante, un ejercicio de análisis económico que puede resultar interesante es remontarse a la realidad del maíz y del campo argentino hace 11 años atrás, luego de aquella traumática crisis del 2001, la salida del plan de convertibilidad y la fuerte devaluación del peso argentino. Creemos que es útil efectuar una comparación sobre cómo eran los números del productor de maíz hace 11 años, al momento de la siembra, y cómo son en la actualidad –ante un panorama realmente complicado.
Es importante aclarar que no hemos comparado los márgenes brutos y rentabilidades entre el 2003 y el 2014. Simplemente -en el cuadro N° 1- se exponen ciertos indicadores que son claves e importantes para la decisión del productor acerca de si le conviene sembrar o no, algunos de sus lotes, con maíz.
De los análisis y comparaciones realizadas pueden obtenerse las siguientes conclusiones:
a) El precio en U$S que actualmente espera el productor por la venta del maíz a cosecha (Abril de 2015), prácticamente se ha duplicado respecto del que se esperaba en agosto del 2003 para el final de aquella campaña (pasó de 70 U$S la tonelada a 140 U$S/tn, tomando la cotización de las operaciones forward (pago contra entrega diferida a cosecha) que se observan en el mercado de físico de granos de Rosario). El incremento interanual es del 100% en dólares al cabo de 11 años. Si medimos los precios esperados por el productor a cosecha utilizando los mercados de futuros (Rofex y MATBA), la suba en porcentajes es algo inferior (86,7%).
b) El precio esperado por el productor a cosecha de U$S 140 la tonelada de maíz para Abril de 2015 podría estar sobredimensionado, ya que a la fecha casi no existen operaciones forwards (operaciones con pago y entrega diferidos a cosecha) en el mercado físico de granos y los volúmenes negociados en MATBA y ROFEX -en los últimos días- también son muy poco significativo. Es necesario tener muy en cuenta este aspecto.
c) Hay un dato muy llamativo en el cuadro que surge de mirar la evolución de los precios de los contratos de futuros de maíz en Chicago midiendo puntualmente la cotización que se registraba en agosto del 2003 y 2014 para las posiciones Mayo 2004 y Mayo 2015, respectivamente. En agosto del 2003, la cotización era de 95,17 U$S la tonelada para la posición Mayo 2004, fecha cercana a la cosecha argentina. En la actualidad, la posición Mayo 2015 en el CBOT ajusta aproximadamente en 153,54 U$S la tonelada. Entre estos dos precios, hay un incremento del 61,3% entre 2003 y 2014; muy inferior al 100% que observáramos en las operaciones forwards (pago contra entrega diferida a cosecha) y al 86,7% en los futuros de MATBA y ROFEX. De allí que el precio de futuro de U$S 140.- para Abril del 2015 está, de algún modo, conformado por un bajo volumen de negocios hechas en los mercados de futuros y no en los de físico. Por otra parte, ese precio se encuentra por debajo del FAS teórico, con lo que, de haber operaciones de físico –es decir, con la voluntad de entregar y recibir maíz- también deben ser poco significativas. El productor podría encontrarse con un precio en U$S menor a los 140 U$S a la fecha de cosecha.
d) Entre el 2003 y el 2014, los insumos y costos analizados han registrado crecimientos en sus precios en dólares muy superiores al que registra el precio esperado en U$S a cosecha para la tonelada de maíz. Con excepción de la semilla híbrida de maíz y la atrazina, el resto de los insumos y costos analizados muestran aumentos superiores, en el orden del 111% al 193%, interanual, medidos en U$S. Labores y fletes registran siderales aumentos, perjudicando al maíz que se cosecha en zonas alejadas de las terminales portuarias. Recordemos lo evaluado en los párrafos anteriores: el precio en U$S que espera el productor a cosecha por la tonelada de maíz registraría un aumento del 100% en dólares entre el 2003 y 2014, en el mejor de los casos. Los costos e insumos medidos en U$S muestran aumentos superiores al precio esperado del cereal, lo cual –lógicamente- perjudica al productor.
e) Lo que ha venido al rescate del productor de maíz, es la evolución que muestra en el tiempo el tipo de cambio. Miremos, en primer lugar, el tipo de cambio de referencia (es aquel al cual se descuentan los derechos de exportación que rigen para el maíz). El productor de maíz en Agosto de 2003 percibía un tipo de cambio de referencia de 2,236 $ por U$S, en tanto que en la actualidad recibe 6,537 $ por dólar. El incremento puntual entre 2003 y 2014 fue del 192,3%. Ante un aumento acotado en U$S de los precios esperados a cosecha en estos 11 años (100% como máximo), la ayuda para seguir sembrando maíz la viene dando la depreciación del peso argentino. Tomemos con precaución esta afirmación, porque todos sabemos los efectos perjudiciales que tiene para una economía tener una tasa de inflación tan elevada como la que registra actualmente nuestro país. Especialmente en términos de equidad social.
f) Pero miremos ahora el siguiente aspecto de la cuestión del tipo de cambio en Argentina. Si alguien vendiera hoy su futura producción a 140 U$S la tonelada a entregar en Abril 2015, el dólar que podría percibir en esa fecha (Abril 2015) podría alcanzar los 10,195 $ por U$S; conforme la cotización del dólar futuro ROFEX para ese mes. Once años atrás, si en Agosto 2003 alguien vendía anticipadamente su producción a 70 U$S la tonelada para entregarla en Abril de 2004, el dólar que se esperaba a la fecha de cosecha era de $ 3,08 por dólar. Entre los 10,195 $/dólar de hoy y los 3,08 $/dólar de hace 11 años atrás, hay un incremento del 231%. La devaluación del peso argentino equilibra los fuertes aumentos en dólares que han tenido los insumos, los fletes, el alquiler y las labores en la siembra de maíz. Como dijimos antes: también ha sido útil para revertir el escaso dinamismo que ha mostrado la evolución de los precios internacionales del cereal medidos en U$S.
g) En esta cuestión del dólar, también es interesante ubicarse mentalmente en Agosto de 2003 y en el corriente mes de Agosto de 2014; y tratar de estimar cual podría ser la tasa de depreciación de la moneda argentina que podría acumularse hasta la época de cosecha en Abril del 2004 y Abril 2015, respectivamente. Usaremos para ello las cotizaciones del dólar futuro de ROFEX. En Agosto del 2003 el dólar spot cotizaba a 2,90 $ y se esperaba que en Abril de 2004 –época de cosecha- el mismo alcanzara un valor de 3,08 $ por U$S. La devaluación acumulada que “se esperaba” en ese período de 8 meses era del 6%. En cambio ahora, el tipo de cambio spot (Referencia BCRA) al 12/8/2014 es de 8,2718 $ por U$S. Se espera que en Abril del 2015, el dólar futuro cotice en 10,195 $. Esto implicaría una devaluación esperada acumulada para los próximos 8 meses del 23%, según marca las cotizaciones del Mercado a Término de Rosario (ROFEX). El diferencial del 6% al 23% es un indicador elocuente del deterioro que ha sufrido la macroeconomía argentina por el efecto de una altísima inflación, especialmente en los últimos años.
De todos modos, si se concreta esta corrección en el tipo de cambio nominal desde ahora hasta Abril-Mayo del año próximo como lo vislumbran las cotizaciones del dólar futuro ROFEX, esto podría ayudar a mejorar el precio final en pesos para el productor y optimizar su rentabilidad. Habrá que ver si los precios internacionales del cereal acompañan esta tendencia. Parece difícil que se reanimen ante el escenario de una excelente cosecha mundial y estadounidense que se espera para el maíz en la presente campaña 2014/2015.
Informe elaborado por el director de Informaciones y Estudios Económicos de la BCR, Julio Calzada, y los ingenieros agrónomos de GEA, Sofía Corina y Cristian Russo, y que fue publicado en el último Informativo Semanal de la Bolsa.