El hemisferio norte tiene dificultades con el trigo, sobre todo la vieja Europa.

Como seguramente sepamos, Europa produce cerca de 200 millones de toneladas. No es poca cosa, para el mundo.

En la región la Federación Rusa es líder, pues llega a un volumen anual próximo a 45 millones de toneladas anuales. En tanto, Francia alcanza a 35 millones - principal exportador de la Unión Europea-, Alemania a 22 millones, el Reino Unido a 15 millones y Ucrania a más o menos 14 millones. Este último es un país que muestra una gran variabilidad de producción en cada año.

La Unión Europea, que incluye a Francia y el Reino Unido, logra una producción anual cercana a 120 millones de toneladas.

Interesa particularmente el viejo continente porque la cosecha allí tiene graves problemas de calidad, fundamentalmente, Francia.

De acuerdo a distintos informes, Francia ya habría cosechado más del 85% del área sembrada. Su producción representa casi el 20% del total europeo.

El problema en Francia es que, al final de la campaña, el cultivo estado sometido a persistentes precipitaciones que “han lavado” los granos. Las abundantes precipitaciones retrasan la recolección y afectan los granos aún sin levantar.

En consecuencia, la calidad del trigo duro es reducida dado su menor aptitud panadera, con un “falling number” muy bajo. Así las cosas, parte del volumen cosechado deberá destinarse a forraje ganadero.

Más hacia el este, en Ucrania, el cuadro también preocupa ya que la calidad deja mucho que desear. Algo parecido sucede en Rumania y, posiblemente, en Hungría.

Pero la cuestión no finaliza en la calidad.

En los últimos días, las represalias de Occidente con la Federación Rusa han derivado en respuestas comerciales muy duras por parte de ésta.

V. Putin ha prohibido las importaciones desde aquellos países que impusieron sanciones a Rusia. Es el caso de EE.UU. y los miembros la U.E.

La región del Mar Negro es un valle de ebullición política.

El conflicto bélico, entre Rusia y Ucrania, dos importantes proveedores, sigue creciendo. Y no hay esperanzas de una pronta solución.

Sin embargo, por el momento, la gravedad geopolítica no parece afectar el nivel de exportaciones. Y así Rusia continúa su papel exportador como en otros años, con ventas a Egipto y otros destinos. Se estima que este país podría llegar a exportar casi 20 millones de toneladas de la presente campaña, sobre todo a países de Africa y del Centro de Asia

La situación tampoco es alentadora en EE.UU.

Así las cosas, el mundo está comenzando a mirar hacia el hemisferio sur.

Australia es un importante abastecedor mundial. Pero este país no lo está pasando muy bien. Las condiciones climáticas son adversas por la falta de lluvias.

Las estimaciones para Australia son de menor producción respecto al año anterior.

En tanto la Argentina se encamina a repetir un año mediocre, nuevamente.

Se estima una producción de tan sólo 12 millones de toneladas.

En tal caso, la exportación llegaría a 7 millones de toneladas, tomando en cuenta el saldo proyectado para la campaña 2014/15 más el stock inicial previsto.

Otra campaña de pobre resultado.

Otro año sin aprovechar plenamente la capacidad importadora de Brasil. Sin disfrutar totalmente la ventaja dada por el Arancel Externo Común.

Otro ciclo donde nuestro país deja competir a proveedores sin tradición en el mercado brasileño, como EEUU.

Dada la situación general, los precios deberían afirmarse. Mucho más aún.

La oferta mundial parece que se va a quedar atrás…