Manejo del agua, fechas de siembra y control de enfermedades en todo el ciclo del cultivo fueron algunos de los temas tratados en el más reciente taller organizado por Syngenta en Mar del Plata.
En el marco del encuentro se lanzó el nuevo fungicida Amistar Xtra Gold para cereales, que junto con Reflect Xtra constituyen herramientas clave para manejar la salud de los cultivos en un año que se presenta como lluvioso.
Según coincidieron diferentes especialistas, el mayor uso de alta tecnología en fungicidas funciona como reaseguro del máximo rendimiento.
Mar del Plata, julio de 2014. El manejo de los cultivos incluye la planificación, ejecución y control del lote de producción. Hoy en día se vuelve imprescindible realizar una caracterización de los ambientes y tener un claro conocimiento del contexto para tomar decisiones a tiempo. Con el objetivo de ayudar a anticiparse a los desafíos y realizar una buena planificación, Syngenta convocó a referentes técnicos y productores a un nuevo taller que tuvo lugar en Mar del Plata.
La jornada dio comienzo con el esperado lanzamiento del fungicida Amistar Xtra Gold, ahora disponible para trigo y cebada, definido como una nueva formulación lista para usar y donde los activos se hallan dispersos en una emulsión oleosa. La presentación estuvo a cargo de Fernando Derossi (gerente de Fungicidas), Julio Muriel (R&D Fungicidas) y Horacio Silva (gerente de Cereales), todos ejecutivos de Syngenta para Latinoamérica Sur.
Según se explicó, el nuevo producto no necesita ningún agregado de adyuvante o aceite y mejora la eficacia biológica de Amistar Xtra, el fungicida líder del mercado en los últimos 10 años. Por su formulación, la gota permanece más tiempo sobre la superficie de la hoja, tiene mayor penetración y asegura un mejor contacto del activo con el mesófilo de las células de las hojas, lo que impacta en un excelente control de las enfermedades.
Asimismo, los especialistas destacaron que los fungicidas –mezcla de estrobilurinas con triazol– mantendrán su participación en hectáreas sembradas en Argentina en los próximos años, mientras que las carboxamidas se convertirán en un nuevo estándar en el control de enfermedades y el productor comenzará a adoptarlas cada vez más.
Decisiones en busca de un alto potencial
En la actual campaña muchos productores enfrentan el dilema de la siembra demorada por las lluvias que cayeron en el sur de la provincia de Buenos Aires durante las últimas semanas. Ante esta situación, Daniel Miralles, de FAUBA, se refirió a la situación hídrica en los cultivos de invierno y su relación con la elección del cultivar, la ubicación del período crítico y el llenado de granos, los riesgos de anegamiento, la interacción agua/fertilización y la aparición de enfermedades foliares.
“La fecha de siembra es la primera gran decisión de todo productor, ya que se debe considerar dónde se ubica el período crítico (días de floración) de los cereales. El mejor suelo es el franco arcillo limoso porque otorga una disponibilidad de humedad mejor que los suelos arenosos o aquellos totalmente arcillosos. Una reinfección con enfermedades favorecidas por el exceso de humedad sobre la etapa de llenado de granos podría provocar una limitación en el suministro de asimilados para el crecimiento del grano”, explicó Miralles.
Sobre este tema, Pablo Calviño, de CREA Mar y Sierras, agregó: “Para cada región productiva debe tenerse en cuenta la capacidad de almacenamiento de agua, presencia de napa freática (profundidad al inicio y posibles movimientos y calidad de agua), fertilidad y estado físico-químico suelo al momento de la siembra, incluyendo situación de malezas, posibles plagas y enfermedades, y riesgo de heladas. También debería conocerse cuál es la probabilidad de obtener determinados rindes para decidir el manejo a realizar en cada lote”.
Asimismo, Calviño amplió: “Además, debe considerarse la alternativa de adelantar la fecha de siembra y de cosecha para reducir el riesgo de heladas, sobre todo cuando es por topografía. En nuestra experiencia, adelantando la siembra se puede aumentar el rendimiento del trigo en un quintal, aumentar el rendimiento de la soja de segunda en 2 quintales, y en muchas regiones se logra reducir el riesgo de infecciones por fusarium”.
Como herramienta de planificación fue presentado Cronos (que puede encontrarse en cronos.agro.uba.ar), un programa basado en modelos foto-termoperiódicos que permite predecir la ocurrencia de diferentes eventos fenológicos en los cultivos de trigo, cebada y colza para una amplia variedad de cultivares comerciales. Este programa fue realizado a partir de un convenio realizado entre la UBA y Syngenta.
Fungicidas en evaluación
Más tarde, Ariel Quattrocchio, Gastón Collova y Diego Álvarez presentaron resultados de control de enfermedades mediante el uso de Reflect Xtra durante la campaña pasada, un fungicida, que está basado en la acción de las carboxamidas y recomendado para ser utilizado de forma preventiva y curativa.
En lotes ubicados en Tandil se llevaron a cabo varias experiencias en el control de enfermedades foliares, en establecimientos distintos y durante los últimos tres años, donde se relevó la presencia de salpicado necrótico (Ramularia collo-cigny), roya de la hoja (Puccinia recondita tritici), escaldadura (Rhynchosporium secalis), mancha en red (Dreschlera teres), septoria (Septoria tritici) y mancha amarilla (Dreschlera tritici repentis). Según se observó, en aquellos campos donde se realizaron hasta dos aplicaciones de Reflect Xtra (en zadock 32 y zadock 39) los rindes treparon hasta superar los 8.000 kilogramos, mientras que los testigos rindieron 6.013 kilogramos.
Específicamente, con la variedad de cebada Shakira se registró menor presencia de ramularia en la campaña pasada, pero sí apareció escaldadura y mancha en red. Los tratamientos con Reflex Xtra (carboxamidas) dieron muy altos rendimientos, con lotes promedio que rindieron 7.500 kilogramos. En tanto, en lotes donde se evaluaron tecnologías apiladas (semillas curadas con Vibrance Integral y luego tratadas las plantas con una aplicación de Reflect Xtra) los resultados arrojaron rendimientos de más de 700 kilogramos con respecto a los testigos.
Hacia el final de la jornada, los especialistas recomendaron no atrasarse en la pulverización porque de lo contrario las diferencias bajan. Las dobles aplicaciones brindan más respuestas que las aplicaciones simples, mientras que el incremento en paquete tecnológico (semilla - curasemilla - fungicida) mostró mayor rendimiento frente a los resultados de un productor de tecnología media para la zona.
A su turno, Fidel Cortese, de Chacra Barrow del INTA, se refirió a la ramularia, enfermedad que generó cuantiosos daños en cebada en la campaña 2012 y que se ha transformado en un enemigo latente para los productores.
“La ramularia se propaga a través de las semillas infectadas y de los hospedantes alternativos como lo son las malezas. Es un hongo necrotrófico que suele atacar en estados fenológicos avanzados. Las condiciones que favorecen su desarrollo son las temporadas con alta nubosidad (falta de sol) y abundantes precipitaciones (más de lo normal para la zona). La recomendación es hacer monitoreo de complejo de enfermedades: roya, manchas y ramularia, y ser precisos en el momento de aplicación”, sostuvo Cortese.
Para concluir, Pablo Máinez, del equipo de Servicio Técnico Syngenta, recordó que el manejo de enfermedades es un componente clave en el éxito del cultivo, que involucra una integración de las tecnologías de producción y requiere un preciso entendimiento del potencial destructivo de los patógenos.