Preocupa la sanidad de muchas partidas de semillas que arrastran problemas de hongos y que deberían ser tratadas de manera adecuada antes de la siembra.

La semilla de soja disponible para la campaña 2014/2015 presenta una amplia gama de calidades que responden a las condiciones climáticas que sufrieron en el campo. Mientras que algunos productores pudieron cosechar tempranamente, otros lo han hecho de manera tardía. En general, quienes cosecharon antes de los “temporales” obtuvieron semillas de muy buena calidad, en particular por su alta sanidad, aunque en algunos casos con algo de daño mecánico.

En cambio, quienes cosecharon más tarde las expusieron a lloviznas con aumentos y descensos de humedad, por lo que esos productores tengan tal vez una alta carga de patógenos en sus semillas. Es posible que deban realizar entonces un control de humedad y un adecuado acondicionamiento para evitar que a los hongos de campo se le sumen los de almacenaje.

Entre los profesionales que trabajan en el análisis de la calidad de la semilla de soja con vistas a la campaña venidera se encuentra la ingeniera agrónoma Mercedes Scandiani, responsable de proyectos de control de fitopatógenos en Rizobacter: “La perspectiva es bastante buena, ya que hay semillas de buena calidad, mientras que las que presentan hongos como Phomopsis o Fusarium pueden ser controladas con curasemillas y muy elevado nivel respuesta”, opina.

“La semilla que se cosecha temprano presenta elevados índices de calidad, poder germinativo (PG) y vigor (V) superiores al 90% y muy buena sanidad. Sólo puede detectarse un poco de daños mecánico. En zonas o lotes cosechados más tarde, en cambio, se observan PG de 50% ±10 debido a la presencia de Phomopsis y Fusarium, con muy alta respuesta al curado, y se observan valores de vigor en pruebas de cold test (vigor por test de frío) de 90%, puesto que esas pruebas se realizan en general con semillas curadas con fungicidas”, explica Scandiani.

Qué hacer cuando se tiene semilla infectada con patógenos

Además de Phomopsis y Fusarium en semillas provenientes de lotes cosechados de manera tardía, en los lotes cosechados más temprano se observa la presencia de Cercospora kikuchii –causante del encrespamiento o tizón foliar–, que sólo puede ser detectado mediante un test de sanidad de semillas.

En ese sentido, Scandiani señala: “Cuando se cuenta con este tipo de semilla, lo ideal es tratarla con los principios activos adecuados para cada caso que pueden encontrarse en los principales fungicidas curasemillas. En primer lugar, los benzimidazoles, como carbendazim, tiabendazol, metil tiofanato: y de otros grupos como fludioxonil, carboxin. Luego, no hay que olvidar que en el campo existen patógenos que habitan el suelo, por lo que es muy importante que el curasemilla ofrezca eficaz respuesta, como ocurre en el caso de fudioxonil y carboxin, que controlan Rhizoctonia; o el metalaxyl-M, que controla Pythium y Phytophthora sojae”.

En virtud de los estudios realizados por los laboratorios, para Scandinani, la próxima siembra de soja amerita un manejo racional, basado en el conocimiento. “Se recomienda comenzar hoy mismo, a partir de la identificación de la calidad de semilla que ofrecen los índices de poder germinativo, vigor, sanidad y daño mecánico. La aplicación de los conocimientos ayuda a reducir los riesgos” afirma Scandiani.