El ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, anunció que el Poder Ejecutivo elevará en los próximos días al Congreso un proyecto de ley para establecer una serie de regulaciones para la utilización correcta de los envases usados de productos agroquímicos. La idea principal sería que todo bidón plástico que circule por el campo sea reciclado, para así anular cualquier daño potencial a la salud de las personas y el medio ambiente.
En diferente escala, los llamados "defensivos agrícolas" siempre tienen algún grado de toxicidad, por mínimo que sea. Durante su aplicación, hay una serie de normas que deben respetarse para evitar accidentes, que están bastante difundidas entre los productores y los contratistas rurales. Pero no siempre sucede lo mismo con el manejo posterior de los envases, que muchas veces son reutilizados para cargar otros líquidos o quedan esparcidos en algún lugar del campo.
"En quince días vamos a presentar un proyecto de ley para abordar el problema de los envases de agroquímicos", anunció Casamiquela durante el acto de celebración del 65° aniversario de la Cámara de Sanidad Vegetal y Fertilizantes (Casafe). Jorge Parizzia, presidente de esa entidad que agrupa a los grandes productores de esos insumos, celebró la novedad. "El sector se encuentra en un delicado equilibrio entre mejorar la productividad y cuidar el medio ambiente", explicó.
Casafe lanzó hace más de veinte años un programa denominado "Agrolimpio", cuyo principal objetivo era generar un sistema para la recolección y la transformación de todos los envases plásticos utilizados en el campo. Pero esta iniciativa privada no prosperó todo lo que se necesitaba: esos bidones representan unas 13 mil toneladas por año de plásticos, pero este programa solo logra recolectar el 35%, unas 4.200 toneladas. Qué sucede con el resto es una incógnita. Se sabe que una porción es captada por un circuito informal de reciclaje. Pero muchas veces, esos peligrosos envases quedan tirados en los campos.
Muchas cosas pueden fabricarse con ese plástico recuperado, aunque por precaución solo se recomienda hacer artículos que no tienen contacto directo con las personas, como postes para alambrados, cajas para baterías o conos para el tránsito. A falta de quebracho, incluso existe un proyecto para comenzar a fabricar durmientes de ferrocarril.
La discusión de una ley, a juicio de los fabricantes, abre no solo las chances de obligar a todos los productores a entregar sus envases usados en los centros de acopio habilitados, sino que además permitiría generalizar una serie de "buenas prácticas" que eliminarían cualquier peligro posterior a la aplicación de los agroquímicos.
Una de esas técnicas es el "triple lavado", que consiste en lavar con agua a presión -en tres ocasiones sucesivas- los bidones, para eliminar cualquier rastro del agroqúimico que contenía. La segunda recomendación es que el productor perfore el envase plástico ni bien termina de usarlo, como modo de evitar que algún incauto luego lo use como continente de otros líquidos, sobre todo agua.