El mercado mundial de los complejos oleaginosos se ha caracterizado en los últimos años, por dos elementos centrales: por un lado, el incremento sostenido de la demanda, que encuentra su máxima expresión en China, India y países emergentes, y por otro lado, la creciente participación de la soja dentro de este grupo. 

Es así que la producción mundial de granos oleaginosos ascendió en el ciclo 2013-14 a 503 mill.de t, computando la cosecha de los siete principales granos. De este total, el 57% correspondió a soja. Cuando analizamos la distribución de la producción mundial de las harinas oleaginosas, sobre un total del orden de los 268 mill. de t, se advierte que la participación de la harina de soja ya alcanza al 70%, y por último, en la producción mundial de aceites vegetales, el aceite de soja ocupa el segundo puesto tras la palma, con el 26,5% del total producido. Queda claro que la importancia de la soja en la oferta mundial de oleaginosos, es consecuencia del continuo crecimiento experimentado por el cultivo en la última década, fundamentalmente en Argentina y Brasil.

 

Producción de soja en Sudamérica

Por el lado de la demanda, se observa una tendencia claramente sostenida en los consumos de harinas oleaginosas y de aceites vegetales, los que registran una tasa de crecimiento del orden del 3% al 5% anual. Aquí se ha registrado un fenómeno de singular importancia en la conformación de un nuevo escenario mundial: la aparición de un actor central en las importaciones mundiales, la República Popular China, que registra un crecimiento explosivo en sus importaciones y consumo de soja en las últimas campañas. A ello se suma el desarrollo creciente del mercado de los biocombustibles.

Lo mencionado hasta aquí ya ha adquirido condiciones de estructural, y por lo tanto resulta irreversible.

Concentrándonos en lo más cercano, la firme tendencia observada por los precios de la soja desde mediados del 2012 hasta avanzado el 2013, tuvo como su principal fundamento el fracaso parcial de la cosecha en los Estados Unidos, y dificultades climáticas que afectaron la producción argentina hace dos veranos. Esto se manifestó en un contexto de demanda favorable, a partir del ya comentado aumento de las importaciones en China, y con precios muy firmes en el mercado de aceites vegetales.

Sin embargo, los efectos de factores climáticos adversos ya quedaron atrás, dado que en el ciclo 2013-14 la cosecha estadounidense alcanzó a 90 mill. de t, mientras que en Sudamérica se superaron las 150 mill. de t. De todas formas, los precios se han mantenido elevados en función de un balance de oferta y demanda muy ajustado para la soja estadounidense, que ha llevado a ese país a tener que importar más de 2 mill.de t. de soja hasta el momento, para compensar su déficit interno, ya que sus exportaciones superaron las previsiones.

El precio que alcanzó recientemente la soja disponible en el mercado de Chicago, del orden de los 550 u$s/t, responde, más allá de los fundamentals del mercado, en una elevada proporción a la posición compradora de los fondos de inversión especulativos. Muy distinta es la cotización de las posiciones futuras asociadas al ingreso de la nueva cosecha estadounidense, que promete ser récord. En efecto, el contrato noviembre-14 en Chicago se ubica rondando los 460 u$s/t, con 90 dólares de caída respecto del inmediato.

 

Precios futuros en MATba y CME

Fuente: Globlatecnos sobre la base Matba y CME

Aquí cabe reflexionar lo siguiente: es previsible que la soja siguiera su escalada alcista en forma indefinida, aun en plena cosecha sudamericana?, es previsible que los chinos siguieran comprando al mismo ritmo, más allá de la continua suba de precios y los márgenes negativos que muestra su industria procesadora?, es previsible que los fondos de inversión se mantengan en forma indefinida altamente comprados en soja después de las elevadas ganancias conseguidas?.

Desde esta columna en más de una oportunidad insistimos en la conveniencia de cubrirse o tomar posiciones vendedoras en el MAT por encima de los 300 u$s/t. para soja, ya que ese valor resultaba sumamente favorable, al asegurar una rentabilidad satisfactoria. El mercado suele dar oportunidades y las mismas son las que permiten asegurar una razonable rentabilidad. Ese debe ser el objetivo, y los mercados de futuros lo hacen posible.

 

¿Qué se puede esperar de ahora en más?

En primer lugar, la dimensión de la cosecha récord de soja en Sudamérica asegura el abastecimiento internacional para los próximos meses, más allá de que los stocks americanos efectivamente se ubicarán en niveles extremadamente bajos al cierre del ejercicio 2013-14. Dentro de este esquema, la muy favorable situación climática que ha acompañado las siembras en ese país, donde se incrementará en 2 mill. de has. la superficie cultivada con soja, viene “enfriando” las cotizaciones día a día.

Sin sobresaltos climáticos en los próximos 2 meses, debería esperarse una tendencia bajista, con algún grado de volatilidad atenuada. Nuestro mercado debería copiar esa tendencia, tanto en el mercado disponible como en todas las posiciones futuras hasta fin de año. Resumiendo, existen elevadas chances de que veamos buenos precios para el resto del ciclo actual, pero no tan buenos como los que se vivieron durante abril-mayo.

Si se confirman las proyecciones del USDA, que anticipan una futura cosecha de soja estadounidense 2014-15 de 99 mill.de t, a lo que se suma un año climáticamente del Niño, que podría proporcionar elevadas productividades del cultivo en Sudamérica, resulta muy previsible un futuro escenario correspondiente al nuevo ciclo que muestre un significativo aumento de la  producción mundial, ya que con clima favorable en los tres principales exportadores mundiales, la producción mundial podría registrar un nuevo récord del orden de las 300 millones de ton.

Más allá de un nuevo escalón en el consumo, que seguramente seguirá creciendo, bajo ese escenario debería esperarse un significativo incremento en las disponibilidades de soja en el mundo durante el ciclo 2014-15, como así también de la relación stock/consumo. Asimismo, una producción del orden de las 99mill.de t. en Estados Unidos permitiría salir de la actual situación crítica de stocks en ese país, uno de los factores que más pesó en la escalada de precios de la soja en los últimos dos meses, y también en campañas anteriores.

En este contexto, los aproximadamente 290 u$s/t. que hoy ofrece el MAT para la posición mayo 2015 es un precio indicativo que debe ser muy bien considerado. Seguramente es un valor que permitirá una rentabilidad razonable, más aún si se la combina con un cultivo previo de trigo, que ofrece valores para la posición enero’15 del orden de los 200 u$s/t.

En conclusión: Para el que no ha vendido aún la soja disponible (campaña 13-14)  es el momento de ir asegurando una adecuada rentabilidad, y los valores actuales, cercanos a los 310-320 u$s/t, seguramente lo permiten. Mantenerse “dolarizado” ante la eventualidad de ajustes cambiarios resulta, a esta altura, una recomendación obvia. Aquí hay que recordar que siempre hay que priorizar la rentabilidad, y no tanto el mejor precio.

Pensando en el futuro, mirar con cariño los 290 u$s/t. que hoy ofrece el MAT para mayo 2015, tratar de capturar ese nivel de precios anticipadamente, y tener en cuenta que ir cerrando la compra de insumos para la futura siembra con lo ingresado de la actual cosecha es muy buen política, especialmente si se consigue pesificar el precio de los insumos a valores actuales. Más allá de esto, todavía queda margen para un problema climático en Estados Unidos, por lo que la volatilidad no estará ausente en los meses venideros. A estar atentos, y ante esa posibilidad, aferrarse al concepto de “coberturas flexibles”, con reacción a la suba.