En los últimos días, nos golpea una mala y una buena nos alienta.

Vamos por la buena, proveniente de adentro. Hay un proyecto oficial para asegurar la transparencia en el mercado de granos a través de un registro para las operaciones.

Se trata de obligar a los operadores a registrar todas las operaciones de granos en las bolsas de cereales mediante un agente habilitado a tal fin

La información de cada operación realizada deberá ingresar a una plataforma informática, con el detalle de todos los precios y las formas efectuadas.

El proyecto de resolución establece que “todas las operaciones efectuadas mediante contratos contado, a término, a fijar precio u otras modalidades” deberán ser concertadas en los mercados formales mediante la intermediación de agentes registrados en la Comisión Nacional de Valores y el Registro Unico (RUCA) de Agricultura.

Promovido por el Ministerio de Agricultura y la Comisión Nacional de Valores, el proyecto daría mayor transparencia sobre el mercado de granos.

Es que los precios según pizarra no muestran con total claridad la situación de cada día. Para el caso de la soja, que es el grano más comercializado y que a su vez suele ser utilizado como referencia para otras operaciones “se fijan a partir de negocios por 5 millones de toneladas, solo el 10% de la producción” (Diario Clarín, 16,06).

Todas sabemos que el Gobierno muestra una firme tendencia a intervenir en los mercados. Pero una cosa es participar como vigilante y otra es torcer la voluntad de los mercados libres.

En tanto y en cuanto, el proyecto se dirija a asegurar la mayor información posible, como herramienta central en la operatoria del mercado, la producción saldrá beneficiada pues las operaciones desleales quedarán más debilitadas.

Pero si detrás de ello, se esconde la intención de caminar hacia alguna forma de estatización del comercio granario, seguramente para aumentar el poder oficial, la situación pasaría a ser preocupante.

Por el momento, se advierte la intención oficial a incrementar la transparencia, y nada más que ello.

Y… ¿cuál es la mala? Viene del norte y los es para el hemisferio sur, que cuenta con un gran tonelaje sin vender. Nos referimos básicamente a nuestro país.

El clima en EE.UU. favorece el desarrollo de los cultivos, y las perspectivas para la soja se muestran muy positivas. Por ahora.

Se habría sembrado a la fecha el 90% del área de intención, con un avance superior al del año pasado para la misma época.

El denominado mercado climático norteamericano está pateando en contra nuestra y… ¡de qué forma!

En este cuadro, las estimaciones sobre la próxima cosecha estadounidense revelan un aumento en la producción final superior al 10% en soja.

A ello se une la previsión de mayores stocks a los calculados hasta hace poco por parte del USDA, publicada la semana pasada.

El reporte mensual de estimaciones de oferta y demanda del USDA el miércoles pasado, reveló un nivel de stock final proyectado –en el plano mundial como norteamericano- para el ciclo 2014/15 por encima de lo esperado.

A nivel mundial, el stock final de la campaña 2013/14 ha quedado, según el USDA, con 67,2 millones de toneladas; claramente más elevado de lo esperado por los operadores privados que estimaban algo así como 66,50 millones de toneladas.

Vale preguntarse… ¿estamos en el horno? Sí lo estamos, pero el fuego está bajo y, por eso mismo, puede apagarse de un momento a otro. Las condiciones climáticas en EE.UU. pueden cambiar en tanto que la demanda mundial sigue firme.

En definitiva, las previsiones del USDA suelen cambiar abruptamente. Esta es la esperanza. Sólo la naturaleza tiene la última palabra.