El vicepresidente Amado Boudou deberá responder mañana un extenso cuestionario con preguntas sobre supuestas reuniones con los ex dueños de la imprenta Ciccone, contratos de alquiler de su departamento, sobre su vínculo con amigos lejanos y cercanos, llamadas telefónicas de sus colaboradores y su intervención para salvar a la imprenta Ciccone de sus deudas fiscales. Lo deberá hacer ante el juez federal Ariel Lijo durante su indagatoria.
El juez le leerá la acusación y luego Boudou tendrá la posibilidad de responder a ella . Si Boudou accede, contestará preguntas que prepararon, por separado, el juez Lijo y su grupo de colaboradores y el fiscal Jorge Di Lello y su equipo.
"No se trata de un interrogatorio. No es el viejo concepto de que el juez no sabe nada y depende del imputado para saber qué pasó. Es al revés. El juez y el fiscal investigaron, tienen elementos para sospechar con firmeza que la maniobra de corrupción se realizó de determinada manera, y le dan la posibilidad al acusado de que se defienda. Si quedan dudas se le realizarán preguntas", dijo a LA NACION una fuente que conoce el manejo del juzgado.
Boudou deberá responder acusaciones de haberse quedado con el 70 % de las acciones de la ex Ciccone para beneficiarse al obtener, entre otros, contratos para imprimir billetes y boletas electorales del Frente para la Victoria. Para el juez, lo hizo tras reunirse con los responsables de la imprenta, Nicolás Ciccone y su yerno Guilermo Reinwick, a quienes les dijo que dejaba en manos de José María Núñez Carmona, amigo del vicepresidente, los detalles para facilitar el traspaso accionario.
Boudou, según confiaron a LA NACION sus allegados, no acompañará su declaración con un escrito, sino que hará una exposición y contestará todas las preguntas que le realicen, para lo cual se valdrá sólo de su capacidad para hilvanar respuestas sobre la marcha. Preparó una defensa política y jurídica que atravesará los ejes que viene explotando públicamente. Para darle los últimos toques es probable que se reúna hoy con sus abogados.
Atacar la investigación por sus motivaciones, rechazar que hubiera recomendado que se le otorgara una facilidad de pago a la AFIP, cuestionar el testimonio del ex presidente de la Casa de Moneda, Ariel Rebello, que declaró que frenó una licitación para renovar las máquinas de la Casa de la Moneda, serán algunos de los puntos que tocará.
Destacará que la plata para resucitar Ciccone, que aportó The Old Fund, no la puso él, ni su entorno, sino el empresario Raúl Moneta, quien incluso ahora reclama que le devuelvan el dinero que supuestamente aportó. Además recordó que Di Lello pidió que declare en la causa el banquero Jorge Brito para que explique su rol en la ingeniería financiera que permitió inyectar esos millones de pesos salvadores.
Después será el turno de las preguntas. Los ejes del interrogatorio serán las etapas en las que, según el juez, se ejecutó el plan para controlar Ciccone: la adquisición de The Old Fund el 1 de septiembre de 2009, el interés de Boudou y su socio José María Núñez Carmona para quedarse con la imprenta a través de The Old Fund en 2010, y la relación con Alejandro Vandenbroele, representante de esa firma y luego director de la nueva Ciccone.
También, el salvataje de la AFIP luego de que Boudou -entonces ministro de Economía-, mediante sus allegados, adquiriera la empresa el 1 de septiembre de 2010; el pase para sacar del medio a la Casa de Moneda como proveedora de billetes; y el contrato con el Estado de la nueva Ciccone, llamada ahora Compañía de Valores Sudamericana (CVS) para imprimir 410 millones de billetes, el 16 de abril de 2012.
Lijo y Di Lello tienen su propia estrategia, separada, que ajustarán en la medida en que adviertan contradicciones de Boudou. Los ejes del interrogatorio de la fiscalía son tres: las reuniones con Ciccone y Reinwick, el alquiler del departamento del vicepresidente en Puerto Madero y el dictamen firmado por Boudou en el expediente de la AFIP. ¿Cómo hizo Boudou para firmar un contrato en ausencia con su inquilino del departamento de Puerto Madero, Fabián Carosso Donatiello? Se trata de un abogado que vive en España, que dijo que le prestó el departamento a Alejandro Vandenbroele, director de Ciccone. ¿Cómo cobró el alquiler? ¿Cómo se transfería el dinero para pagar los gastos del inmueble?
Estas preguntas apuntan a establecer si Boudou lo alquiló en verdad a Carosso Donatiello o si en realidad se lo prestó a Vandenbroele, a quien jura no conocer. La relación de Boudou con The Old Fund es un capítulo de la acusación. Sergio Gustavo Martínez, viejo amigo de Boudou, fue dueño de una parte de The Old Fund. Le preguntarán también sobre esas relaciones y por las llamadas que el secretario de Boudou, Eduardo Romano, supuestamente realizó con un teléfono que está a nombre de esa empresa.
Otras preguntas versarán sobre los supuestos encuentros con Ciccone y Reinwick, en Telefé, el 29 de julio de 2010, y en el bar de Puerto Madero I Fresh Market, el 1 de septiembre de 2010. Boudou los niega. Hubo llamados entre allegados a Boudou y los Ciccone para esas fechas. Le preguntarán sobre eso. Los viajes alrededor del mundo pagados por The Old Fund para familiares de Boudou y su jefe de gabinete serán también parte del interrogatorio.
Otro eje de las preguntas se relaciona con la nota que firmó Boudou como ministro de Economía el 8 de noviembre de 2010 para apoyar el plan excepcional de pagos para Ciccone. Boudou dijo que su dictamen no es vinculante y que no dio el visto bueno, pero le preguntarán por qué escribió que darle esas facilidades a la empresa estaba en consonancia con la política oficial de mantener las fuentes de trabajo .
Con sus explicaciones y respuestas el vicepresidente tiene la posibilidad de explicar su papel en el caso para debilitar los cargos que lo complican desde hace dos años.