El anuncio fue realizado el 26 de mayo durante un encuentro en la ciudad de Bell Ville, Córdoba, donde se reunieron las autoridades y más de 40 empresas asociadas a la Cámara de Frigoríficos de Santa Fe (CAFRISA) y la Asociación de Frigoríficos e Industriales de la Carne (AFIC), con la presencia del Director de Matriculación y Fiscalización del Ministerio de Agricultura , Ganadería y Pesca, Cr. Luciano Zarich, el Presidente de Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA), Javier Peralta y el Gerente General de la Cámara Argentina de Feedlot (CAF), Rodrigo Troncoso. El evento fue auspiciado por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA)
La medida que regula el tamaño de los animales que se sacrifican en las plantas frigoríficas está vigente desde 2005 pero tuvo varias modificaciones.
El último cambio fue en 2010, cuando el Gobierno decidió elevar de 280 a 300 kilos el peso vivo de los bovinos destinados a faena. La decisión contó, en su momento, con el respaldo de las entidades rurales y de los frigoríficos, en la búsqueda por producir más carne con la misma cantidad de animales, según informó FIFRA.
Si bien la resolución está operativa, la cartera agropecuaria asegura haber encontrado irregularidades durante las 100 inspecciones que realizó en establecimientos de faena de todo el país entre febrero y abril último.
Además de profundizar los controles, y a los fines de generar un mayor cumplimiento, el ministerio dispondrá un aumento del 300 por ciento en el valor de la caución por cada animal que no cumpla con el peso indicado. Hasta el momento, por cada cabeza observada el frigorífico debe dejar en garantía 500 pesos, un valor que se elevará a 2.000 pesos, según una nueva resolución administrativa que prepara el Gobierno.
El pago de la caución es parte del procedimiento que realiza el Ministerio de Agricultura, como autoridad de aplicación de la resolución, y que incluye además el inicio de un sumario que determinará la sanción definitiva.
El incumplimiento puede derivar desde una multa económica hasta la quita de la habilitación para el establecimiento infractor. La resolución no sólo fija el precio mínimo (300 kilos) que tiene que tener el animal que despacha el productor hacia el frigorífico; también estipula el peso de la res (rendimiento de la carne al gancho), que debe ser de 165 kilos, y de 83 kilos para la media res que sale del frigorífico con destino al consumo interno.
Desde AFIC sostienen que la situación actual respecto del tamaño de los animales que van a faena es peor que en 2004, cuando se puso en vigencia el peso mínimo y se buscó estimular la producción de animales más pesados.
En ese momento, el promedio rondaba los 214 kilos, un indicador que creció hasta 226 kilos en el año 2006. No obstante, y a pesar de la vigencia de la resolución que establece un peso mínimo de 300 kilos, el promedio actual rondaría los 200 kilos por animal. Si se tiene en cuenta que durante el año pasado se faenaron 13 millones de cabezas, los 26 kilos que se perdieron por animal representan 338 mil toneladas de carne, el equivalente a más de 1,4 millones de cabezas, la misma cantidad de terneros que nacen en un año. Las estadísticas de faena indican una mayor presencia de categorías bovinas de bajo peso (terneros y terneras). En el primer trimestre del año, los terneros fueron los que más crecieron: 15 por ciento.
Funcionarios de Agricultura y representantes de la industria analizaron además la necesidad de desarrollar canales de información hacia el consumidor, a los fines de modificar la percepción de que la calidad y terneza de la carne dependen exclusivamente de la edad de los animales.