El mercado local de trigo promedia el ciclo comercial con precios en alza y demanda firme de los molinos, con volumen anormalmente bajo de operaciones en el marco de una oferta retraída y a la espera de mejores valores para los próximos meses. Así describe la Bolsa de Comercio de Rosario la situación del mercado nacional de trigo.
Según pudo saber El Cronista, la situación no es dramática, pero indica que comienza una etapa con menos holgura para los molinos productores de harina de trigo, hecho que consecuentemente sostiene los precios en el mercado interno. La tonelada de cereal se pagó hasta $2.100 en la plaza de Rosario el viernes pasado.
Por el contrario, en el plano internacional, las últimas dos semanas fueron tremendamente bajistas, con precios aplastados por la llegada de la cosecha del hemisferio Norte, que producirá más, y una demanda que promete ser menos agresiva.
Según la BCR, la retracción en las ventas responde solo a una expectativa de mejores precios porque tras una cosecha más abultada este año, hay en radar un stock superior en alrededor de 1,5 millones de toneladas, contra mayo de 2013, año en el que los consumidores argentinos tuvieron que comprar pan a precios histórica e injustificadamente altos.
Y el remanente de trigo podría ser aún mayor, dado que no hay coincidencias entre las estimaciones oficiales y las de algunos privados. Según el analista y presidente del Centro de Corredores de Cereales de Buenos Aires, Javier Buján, de la firma Kimei Cereales, hay una diferencia de hasta 1,1 millón de toneladas en el cálculo de producción nacional de trigo de la campaña cerrada a fin del año pasado. Para los privados, hay más cereal, con lo que podrían liberarse exportaciones adicionales a las 1,5 millones liberadas por el Gobierno.
Sin embargo, en los meses de abril y mayo la oferta suele estrecharse porque
el ingreso para la venta de la cosecha gruesa (de maíz y soja) les permite a los
productores retener el trigo, esperando los valores que llegan a su techo, entre
los meses de agosto y octubre, antes del ingreso del cereal nuevo.
La memoria del escenario de mercado del último año es clave para explicar el
comportamiento de los vendedores, dice la BCR, aunque la situación fundamental
sea completamente diferente tanto en cantidad como calidad.
Un empresario del sector aseguró a este diario que aún no siente que se haya tensado el cinturón de la oferta, aunque otro aseguró que hoy le está comprando, no a los productores, sino a los exportadores, que adquirieron este año unas 500.000 toneladas por encima de las que tienen habilitadas para exportar.
Sin embargo, el precio este año no debería ser una preocupación, porque después de la mala experiencia de 2013, el gobierno nacional comprometió a los exportadores a vender mercadería a los molinos si el precio supera el precio FAS teórico (que refleja la capacidad de compra de la industria), que el viernes era de $ 2.152 por tonelada, es decir, queda poco margen de suba.