Ahí mismo anotó los nombres. Como la de Sabella, es una lista previsible, con pocas sorpresas. Si en la de Sabella, según escribió Daniel Arcucci en LA NACION , hay desproporción entre delanteros y defensores, en la de la señora pasa algo parecido. Y también está floja de arqueros. Tuve suerte: me filtraron una copia, que incluye consideraciones político-futboleras sobre cada uno de los elegidos. La verdad, es un equipazo. No me demoro más. Ésta es la lista de los 30 de nuestra Presidenta.
Su ayudante de campo será Máximo. Es un estratega, habitual ganador en la Play, conoce el vestuario, hizo debutar a varias de nuestras jóvenes figuras y sigue todo los acontecimientos desde el banco de Santa Cruz. (Se refiere al banco de suplentes.)
Arqueros. Hebe, por sus atributos para volar de palo a palo: de la izquierda revolucionaria a la derecha represora de Milani. Timerman: siempre está donde va la pelota; en los 70 defendió la dictadura como director del diario La Tarde, vocero del Proceso; en los 90 trabajó en Ámbito Financiero y con Mariano Grondona, después fichó para Lilita y en su última etapa abrazó el kirchnerismo. Oyarbide: buen atajador de causas penales, otra cualidad es que tiene mucha suerte en los sorteos.
Defensores. Capitanich: zaguero alto, algo torpe en el armado de juego, pero respetable cabeceador de preguntas y disciplinado tácticamente. Aníbal Fernández: aunque también poco dotado para el juego fino, transpira la camiseta, defiende lo indefendible y es capaz de lograr que la inseguridad de la zaga sea sólo una sensación. Galuccio: un 4 clásico, le gusta marcar y, sobre todo, remarcar (a los Esquenazi jamás les dejaron aumentar así las naftas), también le gusta proyectarse y aunque su posición natural es el flanco derecho, si le piden que vaya por la izquierda, él no le hace asco. Urribarri: otro marcador de punta que vive pensando en proyectarse, muy dócil a las indicaciones del cuerpo técnico. Milani: salido del semillero de la dictadura, empezó jugando duro en Tucumán, en los años 70, y después se convirtió en un espía de rivales y de todo lo que le pidan; básicamente, sabe mucho. Víctor Hugo: voz de mando en la cancha, al principio jugaba para los rivales, pero desde que Néstor arregló su transferencia es un incondicional; va al frente en cualquier terreno y en situaciones de peligro para nuestro arco le pega fuerte para arriba. DElía: si bien no está en su mejor forma física, es un batallador incansable y cuando hay que poner la pierna fuerte va con los tapones de punta.
Volantes. Zannini: dotado técnicamente (suerte de Cerebro Iniesta), a veces se excede en la acción individual, lo que despierta resistencia en muchos de sus compañeros. Cuervo Larroque, habilidoso, algo camarillero, de todos modos es alguien respetado por los más jóvenes del equipo. Parrilli: otro al que no le importa ser suplente; se entrena fuerte y está esperando su oportunidad. Recalde: le han hecho fama de perdedor nato (dos millones de dólares por día en Aerolíneas), pero está haciendo lo que el técnico le pide. Bossio: el Di María de la selección K; gran asistidor del Gobierno con la caja de la Anses. Echegaray: la señora dice que los recaudadores de impuestos saben mucho y siempre hay que tenerlos en tu equipo.
Delanteros. Kicillof: el Messi del equipo, de indescifrable gambeta, la lleva atada en la izquierda, pero pega el giro y arregla con el FMI, resarce con una fortuna a Repsol y no duda en aplicar un tarifazo. Berni: definidor nato; no es que haga goles, pero para todo tiene una buena definición. Cristóbal López: como diría Passarella, "tiene volumen de juego", porque arma juego y ama el juego; irreemplazable. Lázaro Báez: dúctil, polifuncional, es el zar de la obra pública y tiene inversiones en edificios, hoteles, financieras, estancias...; auténticamente, el dueño de la pelota. Fábrega (ningún parentesco con Cesc, el del Barça): aunque siempre está en el banco, se lo reconoce como buen profesional, conocedor de su puesto.
Las sorpresas. Teresa Parodi: convocada a último momento, todavía no sale de su asombro, tiene miedo de no estar a la altura de las circunstancias (apenas asumió en Cultura le dio una entrevista a Clarín en la que perdió por goleada), pero está dispuesta a dejar todo en la cancha. Macri: otra vez parafraseando a Passarella, Cristina dijo que Mauricio "entiende el juego" y que lo va a necesitar para volver.
Los que quedarán al margen (fueron anotados, pero no integrarán la lista final de 23). Boudou: salpicado en varias causas y hundido en las encuestas, la señora ya no cuenta con él. Scioli: como Tevez, el grupo -sus compañeros- no lo quiere. Cabandié, Mariotto y Sabbatella: fieles soldados de la causa, muchas veces la camiseta les quedó grande. Randazzo: excesivamente individualista. Insaurralde: otro que juega para él o, en todo caso, para Jesica Cirio.
Si hacen la cuenta, falta el jugador número 30. Humildemente, soy yo. La Presidenta sigue confiando en mi pluma y en mi lealtad. Dice que soy una de las columnas del equipo. Gracias, de todo corazón.