Esto posibilito el afianzamiento de las tareas de cosecha, las cuales seguramente se debieron acomodar a los niveles de humedad con que comenzaron las diferentes jornadas, para optimizar el proceso de almacenamiento de los granos.
Algunas lloviznas menores se fueron intercalando producto de nubes bajas devenidas de algunas nieblas. En general estas lluvias solo fueron registradas por las estaciones meteorológicas automáticas y en muchos casos, los registros han sido producto de condensaciones en los pluviómetros que no necesariamente se observaron en forma de lloviznas.
Igualmente estos datos enmarcan algunas dificultades por excesos de humedad que seguramente aparecieron a lo largo de la última semana de labores. El período de mayor inestabilidad se observó cambiando del lunes para el martes, con el tránsito de una perturbación que se desplazó desde el centro de CB, hacia el centro oeste entrerriano, dejando algunos registros de hasta 20 mm en CB, en general mermando hacia el este con marcas inferiores a los 5 milímetros en territorio entrerriano. Esto no impuso una pausa en la cosecha, en todo caso, la misma fue mínima.
El buen tiempo sigue presente en toda la región al menos hasta la jornada del martes, jornada en la cual ya se notaría un aumento de la inestabilidad con desarrollo de nubosidad que gana potencial para dejar precipitaciones. Esta inestabilidad se proyecta a la última jornada de abril. El escenario más húmedo para esa fecha propone lluvias del orden de los 20 milímetros, las cuales si bien interrumpirían la cosecha, serían beneficiosas para reponer humedad superficial y fortalecer el buen escenario hídrico que se presenta para el inicio de la fina. Las temperaturas se mantendrán otoñales, quizá con menor amplitud térmica y con posibilidad de que se concreten nieblas matinales.
Las reservas son buenas en casi toda la región pampeana. Salvo en zonas muy bajas, no se aprecian excesos hídricos y los campos cosechados ya ingresan en su etapa de descanso con buena capacidad para retener la humedad acopiada. En este sentido, podemos concluir, que la continuidad de lluvias de principios de mes, que complejizó la cosecha de los cuadros tempranos, hoy debe verse como una ventaja. Es posible que en algunos sectores los excesos hídricos hayan generado pérdidas de rendimiento, pero también es claro que la transición hacia el mes de mayo la estamos realizando sin una demanda pluvial destacada y esto permite decidir con mayor facilidad, al menos sin limitantes hídricas, la posibilidad de realizar cultivos de la fina.
Más allá del pronóstico descripto más arriba, el comportamiento pluvial parece haber ingresado en una etapa de normalización. Desde finales de enero, los excesos pluviales siempre estuvieron condicionando el desarrollo de la última parte de la campaña y solo en las últimas semanas los montos retrocedieron hasta valores relativamente bajos para la época. En general en la mayor parte de la provincia las lluvias normales del mes de abril ya se habían acumulado en los primeros diez días, en muchos casos, las marcas estadísticas hasta se duplicaron.
En el mes de mayo, las lluvias normales muestran una merma y la estadística presenta valores del orden de los 40 milímetros en el oeste y unos 90 milímetros en el este. Estas marcas las mencionamos para dar un orden de magnitud de gran escala y para que cada productor cruce sus necesidades hídricas con el potencial pluvial del mes de mayo. No hay argumentos que permitan anticipar que este escenario no podría concretarse, con lo cual las siembras se perfilan favorablemente.
- Por CCA - exclusivo Agrositio
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