Las máquinas avanzan con prontitud. Y están promediando la cobertura de la superficie de soja de primera de la zona núcleo y los productores se toman la cabeza frente a los rindes.
Para muchos no hay consuelo frente a la realidad que, aún para los escépticos, resulta más dura de lo estimado.
La Argentina enfrentará un escenario para nada previsto por los organismo oficiales sean locales como del exterior –con el USDA a la cabeza- y las diferentes entidades privadas.
Como sabemos, la trilla viene con unos días de retraso, hecho que incrementa los riesgos.
Por ello, el granizo caído días atrás, especialmente en el sur de Santa Fe y en el norte la provincia de Buenos Aires, ha realizado tanto daño.
Algunos lotes han perdido granos, en el suelo, en volumen aproximado a 10 QQ por hectárea. La piedra es impiadosa cuando las plantas de soja, ya maduras, no tienen la protección de las hojas.
En las últimas horas, el granizo se extendió al oeste de la provincia de Buenos Aires. Los daños son cuantiosos y no sólo para el caso de la soja, sino también para el maíz.
Aunque se está priorizando la trilla de la soja por encima de la del maíz, lamentablemente, las lluvias pronosticadas para este fin de semana desvelan a los productores.
El miedo a perder todo el trabajo de un año, con la actual presión impositiva y las obligaciones de pago a nivel comercial, están sembrando una suerte de gélido escepticismo que contrasta crudamente con la visión acerca del campo publicada en las grandes urbes como Buenos Aires.
El sábado arrancaría con una preocupante perturbación de niveles medios y altos de la atmósfera que se prolongaría hasta el día hasta el miércoles 9 de abril inclusive.
De esta forma habría precipitaciones fuertes y de gran volumen de agua, en la región central del país.
Es probable que el área más afectada sea Córdoba y el norte de Buenos Aires.
Con este cuadro, uno se pregunta cómo es posible que se hable de una cosecha récord. Desde nuestras oficinas, vislumbramos -tal como lo hemos anticipado en reiteradas ocasiones- un volumen menor.
Pero, con los problemas climáticos recientes nos sentimos más escépticos todavía. Difícilmente superemos 50 millones de toneladas en nuestro país.
Será un año duro… Muchos productores no llegarán a un rinde unitario de 20 QQ. Los pequeños deberán afrontar el mal tiempo con temple de acero.
Con este cuadro y las noticias procedentes de Brasil, deberíamos apostar a una mejora en los valores.