El USDA acaba de difundir dos nuevos reportes sobre las perspectivas agrícolas para EE.UU. Se trata de los stocks al 1º de Marzo y de la intención de siembra para la campaña 2014/2015.
No hubo mayores sorpresas con el informe por lo que los precios no se muestran demasiados sensibles frente a este hecho.
Pese a ello, algunas variaciones se han registrado.
La excepción provino de los futuros respecto a la nueva cosecha norteamericana. Tales valores cayeron, una vez conocido el reporte, a consecuencia de su estimación del área sembrada para EE.UU. por encima de lo descontado por el mercado. La superficie crecería -o al menos quedaría en el mismo nivel- en todos los Estados con la sola excepción de Missouri and Oklahoma. Se espera que el mayor aumento se registre en Dakota del Norte, y también en Nebraska, Nueva York, Pennsylvania, Dakota del Sur y Wisconsin.
Aunque, en rigor, también afectó –suavemente- las posiciones más cercanas, empujadas a la suba por la ratificación de parte de este departamento sobre la baja disponibilidad de mercadería en ese país.
Así las cosas, el spread julio/noviembre se ha elevado a un máximo histórico.
El mercado internacional se encuentra bajo la presión proveniente de la evolución de los cultivos en el país del norte. Mientras se continúe aguardando un aumento de la superficie sembrada, los valores deberán sufrir la fuerza impetuosa de la expectativa optimista en términos de producción.
A resultas del informe del USDA, se aguarda, por ahora, un área entre 32 y 33,5 millones de hectáreas. Claramente superior a la 31 millones del ciclo 2013/14. En tal caso, la cosecha norteamericana debería ubicarse por encima de 93 millones de toneladas. Nuevamente, se espera para la nueva campaña un récord de producción.
Si bien se puede tener serias dudas respecto a tal expectativa, la realidad es que los mercados forman los precios tomando en cuenta ello.
Pero hoy por hoy lo que hace variar con mayor intensidad los valores es la acción de los fondos que se hacen eco de múltiples noticias.
Para lo inmediato, las primeras noticias que de momento están llegando a Chicago sobre la cosecha argentina no son tan alentadoras. Tampoco lo son las provenientes de Brasil.
Habiendo avanzado cerca del 15% en la zona núcleo de Argentina, la realidad es que los rindes que se van estableciendo no son lo que se aguardaba.
En el sur de Santa Fe y en el norte de la provincia de Buenos Aires, los rendimientos de los primeros lotes cosechados de soja de primera no están, mayormente, por encima de 30 QQ por hectárea.
Los lotes más bajos no llegan con facilidad a 22 QQ por hectárea.
En el fin de semana, se agregaron nuevas lluvias y la caída de, en algunos casos, por lo que el panorama tiende a complicarse.
Según la BCR “el flujo semanal de ventas de soja a nivel país ronda ahora el millón de toneladas”. Pero una vez satisfechas las necesidades más urgentes, es probable que el sector productivo tienda a resguardarse de la inflación con una política de venta gradual. El silo bolsa es una herramienta decisiva en tal sentido ya que permite guardar este activo “transable”, sin perder mayor liquidez.
A nivel oficial y de diferentes organismos se sigue estimado un escenario récord de producción lo que favorecería la actividad industrial y la exportación.
De esta forma, se aguarda una enorme entrada de dólares al país.
Sin embargo, contemplamos desde acá un escenario menos optimista. Seguimos creyendo en que la mayor probabilidad reside en un escenario con un volumen próximo a 51 millones de toneladas.
Aún con este cuadro, Chicago sigue apostando a la posibilidad de una acentuada caída de precios. Al menos así lo anticipa. A las pruebas nos dirigimos: los precios futuros con vencimiento en noviembre vienen girando en un nivel de aproximadamente 90 dólares la tonelada por debajo de la posición con entrega el próximo mayo. Es mucho… ¿no? Pues bien, permítannos poner en duda la concreción de tal caída.
Por el lado de la oferta, hoy por hoy, la cuestión más difícil de proyectar viene del conflicto de Ucrania y Rusia y sus derivaciones en las principales potencias. Ello lleva a prever la aparición de inconvenientes serios en los embarques de granos por el sur. Crimea es hoy una papa caliente que puede acentuar los problemas de suministro granario.