SANTIAGO, Chile.- Empezó hablando de las turbulencias de su vuelo, luego le preguntó por la familia y en el mismo tono intimista hasta le confesó que le molestaba bajar las escalinatas del avión con pollera. En público y en privado, Cristina Kirchner la trató en todo momento de "Michelle". Así, la presidenta argentina buscó marcar claramente las diferencias que tuvo con el presidente saliente de Chile, Sebastián Piñera, que hoy entregará el mando a Michelle Bachelet.

"Se viene una etapa con muchos desafíos para ambos países", sintetizó Cristina Kirchner a la prensa al término de la reunión bilateral que mantuvo ayer a solas con la presidenta electa chilena.

La Presidenta llegó media hora más tarde de lo que marcaba la agenda oficial en la Academia de la Diplomacia, en pleno centro de Santiago. Pero enseguida rompió con el protocolo y se puso a hablar con Bachelet de aquellos "desafíos" que tienen por delante y, aunque no lo remarcó explícitamente, hablaba de los ítems que no se pudieron cumplir con Piñera porque las relaciones entre Chile y la Argentina estuvieron estancadas durante cuatro años.

Cristina Kirchner invitó a Bachelet a realizar su primera visita como presidenta a la Argentina y hubo promesas mutuas de revitalizar aquel Tratado de Maipú que ambas presidentas firmaron en 2009, cuando Bachelet estaba al frente del palacio de La Moneda.

Entre los ejes centrales de ese acuerdo binacional se encuentra la necesidad de poner en marcha el corredor bioceánico de Agua Negra, potenciar los proyectos de minería en la cordillera de los Andes y agilizar las obras de infraestructura para "flexibilizar la frontera", según remarcó Cristina Kirchner.

Desde el lado chileno, eso implicará también flexibilizar las trabas a la importación de productos chilenos que la Argentina impuso en los últimos años y que tantas quejas generaron entre el empresariado de Santiago.

No tuvieron que mencionar las diferencias que hubo entre Chile y la Argentina durante el gobierno de Piñera. Todo quedó flotando en el aire.

La presidenta argentina y quien fue hasta hoy su par chileno jamás compatibilizaron desde lo personal ni desde lo ideológico. Ello se tradujo en unas relaciones binacionales estáticas.

No por casualidad, cuando, ayer por la tarde, culminó la charla de 40 minutos que ambas presidentas mantuvieron en el viejo edificio de la Academia de la Diplomacia, Cristina Kirchner se ocupó de remarcar que "ahora se abre una nueva etapa con nuevos desafíos", y abundó: "Con Michelle tenemos un lenguaje común". Esto implica que la llegada de un gobierno de izquierda a Chile marcará "una etapa de integración no sólo política, sino también física", se encargó de mostrar Cristina Kirchner.

Luego, el embajador argentino en Chile, Ginés González García, calificó de "cálido y productivo" el encuentro entre las presidentas.

Bachelet no emitió comunicado alguno tras el encuentro, y era entendible: ayer mantuvo 23 reuniones bilaterales con jefes de Estado y hoy asumirá formalmente la presidencia en el Congreso de Valparaíso.

REUNIÓN CON LA UE

Anoche, antes de acudir a la cena de despedida que ofreció Piñera a los jefes de Estado que llegaron aquí, Cristina Kirchner completó su agenda con una reunión bilateral con Antonio Tajani, vicepresidente de la Comisión Europea.

Allí, hablaron de la necesidad de que la Unión Europea (UE) y el Mercosur alcancen un acuerdo de libre comercio en lo inmediato.

Tajani transmitió la necesidad de mantener un diálogo directo con la Argentina y la UE y se acordó para los próximos meses un viaje de empresarios argentinos a Europa.

Fuera del hotel Hyatt, donde se hospedó la Presidenta, había un reducido grupo de jóvenes de La Cámpora.

Cristina Kirchner se acercó para saludarlos antes de continuar con su raid en Santiago, donde hoy participará de la asunción de Bachelet en Valparaíso y luego partirá de regreso a Buenos Aires.

CON CRISTINA, UNA DELEGACIÓN DE OPOSITORES

Cristina Kirchner pudo mostrar anoche, al menos desde lo formal y protocolar, que su gobierno está dispuesto a tender un puente con la oposición. Ello quedó expuesto en la cena de despedida de su presidencia que ofreció Sebastián Piñera en el palacio de La Moneda para todos los jefes de Estado que acudieron para la asunción de Michelle Bachelet.

Entre los referentes de la oposición que acompañaron a Cristina Kirchner estaban lo radicales Ángel Rozas y Miguel Bazze; los macristas Pablo Tonelli y Diego Santilli; el massista Adrián Pérez; la socialista Alicia Ciciliani, y Claudio Lozano, del FAP. Todos saludaron a Piñera y mañana estarán en la asunción de Bachelet en Valparaíso.