Con las renovadas alzas de los valores internacionales de la soja, que acumula un incremento de 15% en lo que va del año, la cosecha argentina de la oleaginosa, que se espera deje un récord 54,5 millones de toneladas producidas, se revaluó entre u$s 3800 millones y u$s 6100 millones desde principios de año. Y le dejaría al Estado ingresos por retenciones por u$s 1000 millones más de los que se estimaban en el arranque de este 2014.
Eso porque la soja valía el 2 de enero pasado u$s 466 la tonelada, lo que con una producción de 54,5 millones de toneladas, significa ingreso de divisas por u$s 25.397 millones, de las cuales u$s 8888 millones serían ingresos al Fisco vía derechos de exportación.
Poco más de dos meses después, la soja cotiza 15% arriba de ese rango, a u$s 536 la tonelada cerró en Chicago a ese valor. A ese valor, la misma producción implica u$s 28.408 millones, con lo que los derechos de exportación ascenderían a u$s 9942,8 millones.
Si el cálculo teórico se hace a valor FOB oficial, que publicada a diario el Ministerio de Agricultura y que se utiliza para el pago a productores e impuestos, la cosecha sojera vale u$s 6100 millones más que hace 60 días. El FOB soja hoy está en u$s 583 la tonelada, contra u$s 470 que cotizaba a principios de enero último.
Las cifras dejan al descubierto que el viento de cola sojero parece haber retornado, y aliviar así en parte la necesidad de ingreso de divisas a la plaza local y al Fisco. Pero el boom de precios y cálculos de los dólares que dejará la soja choca con la estrategia que los productores siguen eligiendo aún cuando faltan apenas unos días para el arranque de las labores más intensas de la cosecha.
Eso porque la retención del poroto, que se inició en 2012 y se profundizó con
fuerza durante todo el año pasado, parece lejos de quedar en el pasado.
Incluso hace unos días el ministro de Economía, Axel Kicillof, se quejó de la
silobolsa se ha convertido en un elemento más de especulación. Hoy no se guardan
dólares en el colchón, se guarda la soja.
Según los últimos datos de la Dirección de Mercados Agropecuarios del Ministerio de Agricultura, al 19 de febrero pasado, la industria y exportación declaró compras por 4,9 millones de toneladas de soja. Con una producción final recientemente estimada en 54,5 millones de toneladas, ese volumen no llega al 9% del total.
Además de vender lo justo, los productores tomaron otra precaución ante eventuales modificaciones en materia cambiaria: el 80% del volumen comprometido se pactó con precios a fijar más adelante, en algunos casos a mayo o junio.
Analistas estiman que el boom de precios en Chicago, que arrancó hacia mediados de febrero y el viernes tocó un nuevo máximo del semestre, con la posición mayo en u$s 536 por tonelada, y su correlato a nivel local (el FOB oficial terminó la semana en u$s 583 la tonelada) animó a varios a vender algo de soja nueva, esa que se comenzará a recoger en apenas unos días.
Así, en las últimas dos semanas hubo jornadas con ventas que superaron las 100.000 toneladas solo en la Bolsa de Comercio de Rosario.
Los cálculos privados sitúan las probables ventas de soja nueva de los últimos 15 días (que se condicen con el boom de precios) entre las 700.000 y 1,2 millón de toneladas. Si se toma ese último volumen, las ventas totales para la soja 2013/14 estarían en unas 6,1 millón de toneladas, lo que implicaría un 11% del total de producción estimado.