Ricardo Yapur preside una de las empresas nacionales más importantes del rubro de insumos agrícolas. Con 36 años en el mercado, la compañía vivió más de una tormenta en el país, y más de un cambio en lo que al campo y su tecnología aplicada ser refiere.
¿Cómo está la situación de la empresa hoy?
Estimamos crecer cerca del 20% en facturación en el ejercicio fiscal que cierra a mediados de 2014, alcanzando unos u$s 100 millones de ingresos.
Aunque la segunda parte de 2013 fue duro porque por la sequía y la temperatura se le hizo más difícil al productor tomar decisiones, las hectáreas se sembraron.
¿Cómo impacta la devaluación en su negocio?
El 85% de nuestras ventas se dirigen al mercado interno y el 15% es exportación. Le veníamos poniendo empuje a las exportaciones y en este segmento, evidentemente, la devaluación nos mejora la ecuación.
¿Siente que este tipo de cambio es competitivo para el campo?
Creo que sí. Tenemos un dólar que nos permite seguir operando bien a nivel de producto.
¿Van a trasladar la devaluación a los precios?
Los insumos están dolarizados y hay empresas que no producen nada en la Argentina, y otras que no tienen mucho costo local. De todas formas, no hay mucho margen de aumento porque es un mercado sobreofertado. En estos años no ha habido aumentos en dólares, salvo en los casos en los que se suman innovaciones que lo avalan.
¿Qué opina de que los productores retengan soja?
Es lógico. Es lo que hace cualquiera que tiene un bien transable, si ve que es seguro.
¿Cuánto hay en los silobolsas?
El productor no está holgado. Si tiene grano tiene que vender para pagar porque no tiene sobras.
¿Prevé un año de alta conflictividad con el sector?
Si lo siguen hostigando, va a haber complicaciones, pero si lo dejan trabajar, el campo es un sector manso.
¿Dónde cree que está el mayor hostigamiento al campo?
En los controles de mercado de trigo y maíz. A mí no me gustan los controles porque la gente trata de protegerse de eso y así pasa lo que pasa. La esencia del capitalismo es maximizar inversiones y todo el mundo lo hace, y cuando digo eso lo digo desde el sueldo. El que lo tiene quiere desde comprar dólares hasta almacenar un paquete de yerba.
Pero sin el control del Estado...
Yo trabajaría en la inflación y el gasto más que sobre los controles. Si me entran 100, no gasto 101. Yo trato de que mi empresa tenga balance positivo, si un mes no lo tengo, me preocupo.
¿Cree que la política empieza a entender al campo?
Creo que no, pero también creo que el campo no ha sabido vender lo que es en términos económicos. Es un problema como sector y eso no sólo se ve en Buenos Aires, sino también en las comunidades chicas, donde deberíamos hacer docencia.
¿Opina que este año el campo va a salvar las cuentas del país?
No creo que el campo solo pueda sacar al país de la crisis. La Argentina tiene un PBI de u$s 470.000 millones, y el campo ingresa u$s 25.000 millones.
¿Cómo evalúa el plan de sustitución de importaciones que lleva adelante el Gobierno?
No me gusta, porque cuando vos le alambrás el terreno a mucha gente y no dejás competencia, perdés calidad. Esto no lo digo como productor sino como empresario. Mejorar me permite a mí también salir al mundo. Lo de Tierra del Fuego es fantástico, pero creo que es un lugar para vender como destino turístico, no para contaminarla con pasivos ambientales industriales.
¿Y el plan en el sector de la maquinaria agrícola?
La Argentina es competitiva en ese segmento. Esa parte del plan me pareció razonable.