Mayores costos, incidencia de los fletes, alta presión impositiva y encarecimiento de la financiación luego de la devaluación. Ese combo explosivo, que puede ser común a otras regiones, en el Norte cobra aún más relieve luego de dos años consecutivos con fracasos en la cosecha o con resultados inferiores a lo que se esperaban. Por eso, según los productores, aunque ahora la situación productiva parece encaminarse después de las lluvias, hará falta mucho más que una campaña para que las empresas puedan recuperarse en términos económicos.
Ignacio Pisani, productor en el departamento de Anta, en Salta, tal vez la provincia más castigada por lo que fue la sequía, lo expresa de esta manera: "De la crisis en que se encuentra el NOA es impensable que se va a salir en un año, con el agravante que en la campaña que viene la plata se va a conseguir a valores imposibles, si es que se la consigue".
Edgardo Dutto, coordinador de la Región Norte de Santa Fe de CREA, señala también que en esa región, donde hay empresas mixtas agrícolas ganaderas, la incertidumbre está muy presente en los productores y que esto ya está haciendo prever posibles reducciones en la superficie sembrada.
"Los aumentos de la carne que se dieron últimamente y la devaluación hacen que se esté en un momento coyuntural positivo, pero ya se está previendo que la campaña próxima estaremos igual o peor que antes porque los costos no paran de aumentar y la incertidumbre de precios de los productos es muy alta. Se está hablando ya de disminuciones de áreas de siembras en campos alquilados; los empresarios estiman encarar la campaña con mayor porcentaje de autofinanciación y no tanto apalancamiento para disminuir mucho los riesgos", indicó.
Presión a los rindes
En este contexto, Marcelo Zucal, coordinador de los grupos CREA de la Región Chaco Santiagueño, destacó que hacen falta rindes encima de los promedios para que las empresas puedan apuntar a buenos resultados.
"Para lograr resultados económicos positivos debemos tener rendimientos agronómicos muy por encima de los promedios históricos. Sabemos que los insumos sufrieron una suba de precios y, por otro lado, la cantidad de insumos por hectárea está aumentando año tras año debido a la presencia cada vez mayor de malezas tolerantes o resistentes a glifosato que obligan a incrementar tanto la frecuencia de aplicación como a incorporar herbicidas con otros modos de acción que encarecen considerablemente los costos de producción", argumentó.
Daniel Rossi, coordinador de los CREA del NOA, graficó la situación actual de las empresas en esa zona. "Las empresas financieramente están más que complicadas. El 100% debió financiar esta campaña luego de dos años de secas. Muchas sufrieron no solamente la pérdida del capital operativo, sino la pérdida de parte del capital de trabajo para afrontar las deudas y mantener el crédito, herramienta que en estos tiempos es escasa y cara. En el NOA estamos en un negocio de alto riesgo y baja rentabilidad", apuntó el asesor.