El Club de París aclaró ayer que inició la discusión de la propuesta presentada por el gobierno argentino para el pago de la deuda que el país mantiene con ese grupo de acreedores, pero aclaró que "no ha comenzado negociaciones formales".
Así lo expresó a agencias internaciones la vocera del organismo, Clotilde LAngevin, que además sostuvo que "es demasiado pronto para responder" los términos de la oferta elevada por el Ministerio de Economía, según la agencia DyN.
Frente al entusiasmo de la Casa de Gobierno, que ayer indicaba que el país estaba negociando con el Club, la vocera aclaró que no se comenzó esa instancia de intercambio.
Por esta razón, el Club puso distancia sobre la posibilidad de ofrecer detalles sobre los parámetros presentados por la Argentina, indicó la agencia de noticias.
LAngevin habló luego de la reunión mensual de directorio que ayer el Club de París celebró en la capital de Francia, sin la presencia de funcionarios argentinos.
Desde el Palacio de Hacienda indicaron que la respuesta "fue positiva porque ahora se abre la etapa de las negociaciones", aunque en realidad fue el propio gobierno (no el ministro de Economía, Axel Kicillof) el que dio a entender que había comenzado la negociación formal a través de la página web de la Presidencia, en un comunicado que, por la tarde, se esfumó.
Kicillof viajó a París para controlar de cerca las negociaciones encaradas por su predecesor y actual embajador ante la Unión Europea, Hernán Lorenzino.
El ministro no quiere perder detalle de cada paso que da el ex ministro, que ahora conduce también la unidad de reestructuración de la deuda.
Aunque no trascendieron detalles en forma oficial, el Gobierno habría reiterado su idea de que se forme un fideicomiso, posiblemente en el Reino Unido, para que, a medida que la Argentina paga, reciba inversiones o, al menos, líneas de crédito para bienes de capital o comercio exterior.
Acreedores consultados por LA NACION consideraron "delirante" la iniciativa, ya que es un esquema que, en algunos casos, fue aplicado a los países más pobres del mundo y altamente endeudados.
Otra de la controversia es la estimación final de la deuda. Según DyN, para la Argentina la deuda estaría en el orden de los US$ 9500 millones, pero "no se descarta que para el Club de París esa cifra sea superior y orille los US$ 12.000 millones".
Tampoco está decidido el rol del Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque Kicillof dijo anteayer que la Argentina no tiene un programa con el FMI y que presentó una propuesta por su cuenta, los acreedores sólo exigen que haya una misión del artículo IV, que no se realiza desde 2006 -a diferencia de lo que ocurre con el resto de los países miembros del Fondo- para auditar el estado de las cuentas públicas argentinas.
Todo depende del plazo de pago: si el país planteara un pago en efectivo y el resto en dos o tres años, no habría oposición de los acreedores a eludir el FMI; por el contrario, si se pretendiera formular un plan de pagos de mediano plazo, sería difícil eludir al organismo que lidera Christine Lagarde.