Nuevamente se está perfilando un período donde las temperaturas máximas se ubicarán en registros que perforan la barrera de los 38°C. Si bien no se espera que estas condiciones se vuelvan persistentes, el patrón térmico de gran escala sigue siendo preocupante por su tendencia a ubicarse por encima de los valores normales.
Dentro de este contexto las condiciones deficitarias se fortalecerán y los cultivos evolucionan dentro de un contexto de estrés térmico e hídrico. La demanda de precipitaciones para recuperar un nivel adecuado de reservas en el primer metro de suelo se ubica en valores poco probables de satisfacer. Por lo tanto, hay que manejarse con la posibilidad de que en el corto plazo reaparezcan las lluvias, pero las mismas servirían de alivio y no sacaría la campaña del contexto ajustado en que se desenvuelve.
Al analizar el mapa de lluvias necesarias para recuperar la reservas adecuadas para una pastura, la mayor parte de LP y el oeste de BA exigen volúmenes de agua que superan los 120 milimetros en las próximas dos semanas y en el resto de la región pampeana son áreas muy reducidas las que se pueden arreglar con menos de 80 milímetros. Si a esta demanda la cruzamos con los pronósticos, resulta difícil no advertir que la misma no sería satisfecha, no al menos con el evento del día martes. No se descarta que se concreten corredores con una provisión más generosa, pero el mediano plazo no trae la solución de gran escala que exige la mayor parte de la región pampeana, no al menos en forma total.
Es menester hacer hincapié que la demanda de lluvias representada en el mapa para las próximas dos semanas es calculada para una pastura, las sojas con buena cobertura muy probablemente se arreglen con menos. Sin embargo la situación no se debe alejar demasiado de los cultivares que se sembraron en segunda instancia o las sementeras de maíz. En resumen, el saldo de las reservas actuales es ajustado, la demanda va en crecimiento y lo cierto es que buena parte de la zona núcleo transita un período exigido que acrecienta las expectativas por el regreso de las precipitaciones.
La situación no es novedosa a esta altura del mes de enero, donde es habitual que se observen deficiencias hídricas. Por lo pronto el maíz parece ser el más golpeado mientras que los cuadros de soja pueden reponerse a partir de la concreción de las lluvias del martes. Reponerse no es garantizar la evolución, sino alcanzar un peldaño hasta el próximo evento pluvial.
Las previsiones que se manejan para el martes en cuanto al volumen de las posibles precipitaciones, se ubicarían en promedios areales de 30 milímetros. O sea el evento esperado moderaría el impacto del estrés hídrico pero no lo resolvería en forma consistente.