La controversia por la apertura parcial de las exportaciones de trigo subió de tono. Mientras el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, criticó a la Mesa de Enlace por haber objetado la medida, los ruralistas apuntaron contra el ministro de Economía, Axel Kicillof.
Por otra parte, técnicos de la Bolsa de Cereales negaron la acusación del titular del Palacio de Hacienda sobre que la entidad granaria había distorsionado las estimaciones de la campaña triguera 2012/13 con el propósito de incrementar el cupo exportable.
Capitanich dijo que los ruralistas se habían quejado porque no se había autorizado a exportar trigo pero, cuando se produjo, continuaron las críticas.
"La verdad es que nosotros queremos saber si estaban de acuerdo o en desacuerdo con la apertura de exportaciones", expresó y añadió: "Pero lo más importante es que con el trigo se hace la harina y con la harina se hace el pan y otros farináceos que son imprescindibles para la dieta de los argentinos". Esta frase despertó una oleada de comentarios irónicos en la red social Twitter.
Por su parte, el presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi, le pidió al Gobierno que deje "que el mercado funcione normalmente de manera tal que los molineros y exportadores tengan que competir". De esa forma, opinó, "los productores verán el mejor precio posible y, en consecuencia, sembrarán más trigo, lo que garantizará que no falte pan en la mesa de los argentinos". El dirigente federado, en declaraciones a Radio Mitre, le pidió a Kicillof que "deje de ser hipócrita", porque con la defensa de la "mesa de los argentinos" les transfirieron "ganancias fenomenales del bolsillo del productor a seis o siete exportadoras multinacionales".
En tanto, el jefe del Departamento de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, (BCBA), Esteban Copati, aclaró que la entidad nunca calculó una producción de trigo de 12 millones de toneladas para especular con las exportaciones, como dijo Kicillof.
El especialista explicó que la primera proyección del volumen de la cosecha, realizada el 17 de octubre de 2012, fue de 10,1 millones de toneladas.
"Jamás tuvimos una proyección superior a eso", subrayó. Esa cifra fue menor a la que calculó el propio Ministerio de Agricultura, que estimó la cosecha en 11,5 millones de toneladas.
Con la evolución de la campaña, castigada por la sequía en el NOA e inundaciones en el centro de la provincia de Buenos Aires, la Bolsa de Cereales cerró su informe de cosecha en 9,8 millones de toneladas, por debajo del dato oficial de 10,10 millones de toneladas. Sin embargo, en septiembre, Agricultura rebajó el cálculo a 8,2 millones de toneladas con el argumento del cambio de metodología en el relevamiento. Esa modificación coincidió con la escalada del precio del trigo y de la harina en el mercado local.
Copati reiteró que las estimaciones agrícolas de la BCBA son de carácter técnico e independiente y que se efectúan con un equipo de ingenieros y estudiantes de agronomía.