La estimación de superficie sembrada con cultivos anuales de cosecha es una herramienta importante para conocer el uso del suelo en la región de influencia de la Chacra Experimental Integrada Barrow, que tiene un área de influencia que abarca más de 2 millones de hectáreas, pertenecientes a los distritos de Tres Arroyos, A. G. Chaves, San Cayetano y Coronel Dorrego, al sudoeste de la provincia de Buenos Aires.
La información se obtiene luego de recorrer de manera proporcional en diferentes momentos del año, las distintas regiones agroecológicas en las que está dividida la zona.
Esta información es de suma utilidad y se emplea como un componente importante en la articulación del Plan Tecnológico Regional a la hora de orientar y definir los planes de trabajo y las acciones futuras a investigar.
Informe elaborado por los Ings. Agrs. Horacio Forján y Lucrecia Manso para la Estación Experimental Agropecuaria, INTA Barrow:
Introducción
Resulta interesante observar la evolución de la superficie ocupada con cultivos de cosecha fina en los últimos años, factor que obedece a las distintas realidades que se presentan en el momento de su siembra y que inciden en la toma de decisiones por parte de los productores.
Históricamente la superficie destinada a los cultivos de invierno se ubicó en torno al 50 % de la superficie total de la región de influencia de la Experimental. Esa ocupación presentó una disminución paulatina en algunos años de la década anterior (en 2007 llegó a 41,3%) y en la presente década (el año pasado alcanzó solo el 41,5%), fundamentalmente por una transferencia hacia los cultivos de verano.
Cuando se analiza la evolución de la superficie asignada a cada uno de los cultivos de cosecha fina a través de los años, se observa una mayor variación en estas últimas campañas. Se produjeron cambios en las tendencias que predominaban hasta entonces, buscando una mayor diversificación, obedeciendo en general a la coyuntura productivo-económica presentada con la comercialización del trigo.
Materiales y métodos
Anualmente se realizan recorridas que abarcan en forma proporcional las distintas regiones agroecológicas en las que está dividida la zona de influencia de la Experimental. Una vez definido el número total de lotes censados se correlacionan con la superficie útil
de cada distrito en estudio. De este modo surge un valor de área que representa la estimación de la superficie sembrada para una determinada campaña. Si bien las cifras logradas no indican con certeza las áreas correspondientes a cada cultivo, dan una aproximación acabada que permite visualizar las tendencias que van ocurriendo en lo que hace a elección de cultivos y tecnología empleada en la región.
Resultados
Durante 2013 se presentó, en toda la región, una superficie sembrada con cultivos de cosecha fina superior a la campaña anterior, representando el 45,6% de la superficie total de la región de influencia de la Experimental. Ese aumento se observó en todos los distritos; Cnel. Dorrego resultó con la mayor superficie asignada a estos cultivos (56,1%), seguido por Tres Arroyos (43,4%), San Cayetano (39,0%) y Gonzales Chaves (36,9%).
De las 777.963 hectáreas (has) sembradas con cultivos de invierno en toda la región, solamente el 30,5% correspondió a Trigo pan. Este porcentaje resultó superior al de la campaña precedente pero aún resulta muy bajo respecto al histórico para esta región (superior al 70%). Todos los distritos aumentaron su siembra, resultando San Cayetano el de mayor magnitud, siguiéndole G. Chaves, Tres Arroyos y Cnel. Dorrego. Las cifras resultantes marcaron un aumento de la superficie regional con trigo pan del 29,6% con respecto a la campaña pasada.
Cuando analizamos por cantidad de hectáreas sembradas, Tres Arroyos resultó el distrito de mayor área con este cultivo, seguido por Cnel. Dorrego, Gonzales Chaves y San Cayetano.
Cuando se analizó porcentualmente la superficie con trigo pan respecto a la superficie total de cada distrito con cultivos de fina, en San Cayetano representó un 46%, Gonzales Chaves presentó valores cercanos a 42%, Tres Arroyos 35%, mientras que Cnel. Dorrego ha ido reduciendo su presencia (18%).
La Cebada cervecera volvió a ser el cultivo elegido en mayor medida. Ocupó el 49,6% de la superficie con cultivos de cosecha fina. Este valor representó un 27% de reducción con respecto a la campaña anterior donde el aumento había sido muy significativo. En Gonzales Chaves y San Cayetano se observó la mayor reducción, coincidiendo con el regreso de esta superficie hacia trigo pan. En Tres Arroyos también disminuyó y en Cnel. Dorrego esa reducción fue mínima.
En este partido se registró la mayor superficie sembrada con cebada. La importancia del cultivo es fundamental ya que se siembra el 50% de la cebada regional (193.552 has), resultando en una relación cebada/trigo de 3,53. Tres Arroyos se mantuvo con una superficie importante representando un 47% de los cultivos de cosecha fina (relación cebada/trigo= 1,35. Para San Cayetano y Gonzales Chaves el área ocupada con este cultivo representó un 39 y 31% de la superficie de cosecha fina de cada partido, respectivamente.
En general las condiciones hídricas presentadas durante el ciclo de los cultivos de cosecha fina, definen el destino que se le da al cultivo de Avena. En esta campaña, al plantearse necesidades de forraje durante la primavera, gran parte fue pastoreada y algo menos se empleó para la confección de reservas. Cnel. Dorrego, Tres Arroyos y Gonzales Chaves, en ese orden, fueron los distritos que presentaron la mayor superficie. Solamente el 37% del área sembrada con avena fue dedicada a cosecha de grano, donde la superficie censada en Gonzales Chaves, Cnel. Dorrego y Tres Arroyos resultó similar. En la presente campaña, la avena para grano ocupó un 6,5% de la superficie con cultivos de cosecha fina de la región. Considerando todas las hectáreas sembradas con avena (incluyendo aquellas exclusivas para pastoreo o reservas) le correspondió el 17,3% de la superficie de cultivos de cosecha fina, demostrando su versatilidad cuando es incluída en las rotaciones de los sistemas mixtos de la región.
El Trigo Candeal recuperó el área sembrada perdida en la campaña pasada. De este modo volvió a ser una opción interesante para el productor de la región. La superficie total representó el 10,6% del área con cultivos de cosecha fina, observándose un aumento importante de área sembrada en Cnel. Dorrego, Tres Arroyos y Gonzales Chaves. Cnel. Dorrego sigue siendo el partido con mayor superficie sembrada (45.040 has), lo que representa un 15% de la superficie de ese distrito con cultivos de invierno, mientras que en Tres Arroyos se alcanzaron las 20.274 has. (8,3% de la superficie de cultivos de invierno) y en Gonzales Chaves alcanzó un 9,3% de la superficie con cultivos invernales, buscando una mayor diversificación.
El cultivo de Colza mantuvo su presencia en las secuencias agrícolas de la región encontrándosela en los 4 distritos. No obstante el área sembrada no llegó a ser de la importancia esperada, toda vez que se estimó una superficie algo superior a las 5.000 has, cifra que representa el 0,7% del área regional.
Otro cultivo de cosecha fina sembrado en la región fue Alpiste. Su presencia representó el 1,0% del área con cultivos de cosecha fina. En esta campaña se lo detectó con superficies similares en San Cayetano, Gonzales Chaves y Tres Arroyos, aunque proporcionalmente por la superficie de cada partido, la mayor presencia se registró en San Cayetano donde ocupó el 2,8% de la superficie de fina, siguiéndole Gonzales Chaves con el 2,3%. La opción de sembrar este cultivo refleja un objetivo de diversificación. Su grano puede almacenarse sin demasiados problemas por períodos extensos lo que permite comercializarlo en los momentos más convenientes.
Al igual que en las últimas campañas se registraron lotes de arveja/lenteja, y vicia, en este último caso con la finalidad de cosecha, confección de reservas o su utilización como cultivo de cobertura. Todos estos cultivos comienzan a tener un lugar en el listado de las especies sembradas en la región. Si bien el número de lotes encontrados no permite ponderar una superficie con cierta exactitud, es importante tener en cuenta que su presencia viene en aumento, por lo que está resultando ser otra opción interesante para la diversificación en la región.
Consideraciones finales
Las cifras obtenidas en la estimación de superficie total sembrada con cultivos de cosecha fina mostraron un aumento con relación a la campaña pasada. Se produjo una recuperación del área asignada a trigo pan, aunque los valores estimados distan mucho de las cifras históricas de siembra con este cereal tradicional de la región. La cebada continuó por tercer año consecutivo siendo el cereal de invierno de mayor área sembrada. No obstante, la relación cebada/trigo a nivel regional disminuyó a 1,62 mucho más equiparada que la alarmante 3,14 de la campaña pasada.
Dentro de los distritos evaluados se observó una mayor especificidad en cuanto a estos cultivos. Mientras en Cnel. Dorrego predominó ampliamente la elección de cebada como principal cultivo, en Tres Arroyos la preferencia de cebada frente a trigo fue menor. Por su parte, Gonzales Chaves y San Cayetano volvieron a tener al trigo pan como principal cultivo de invierno.
Cnel. Dorrego, como es habitual, fue el distrito con mayor superficie dedicada a los cultivos de cosecha fina (56,1% de su área total), siguiéndole Tres Arroyos (43,4%). En tanto que San Cayetano (39,0%) y en menor medida Gonzales Chaves (36,9%) enfocan su producción agrícola hacia los cultivos de verano.
Se observó la intención de buscar nuevas opciones que favorezcan la diversificación del sistema de producción. Eso se vio reflejado en el aumento de la superficie de cultivos como trigo candeal y avena. También la presencia constante de alpiste marca una característica diversificada para algunos establecimientos. Sin embargo, la superficie de colza se mantiene estable en las últimas campañas y no logra alcanzar la magnitud esperada para esta región.
Podemos concluir que la presencia de los cereales de invierno en esta campaña recuperó en parte la superficie perdida en campañas previas, manteniendo su importancia como vital componente de las secuencias de cultivos regionales. Esto resulta ser una alternativa muy valiosa teniendo en cuenta las características edafo-climáticas de la región, por lo que su inclusión contribuye a mantener la sustentabilidad del sistema productivo.