RÍO GALLEGOS.- Sólo en Santa Cruz, el empresario Lázaro Báez acumuló durante ladécada kirchnerista propiedades por una superficie equivalente 13 veces a la Capital Federal. Así surge del relevamiento de terrenos urbanos, chacras y estancias que realizó LA NACION sólo sobre sus inversiones inmobiliarias en esta provincia con documentación oficial fehaciente. Es decir, un total de 2632 kilómetros cuadrados (263.200 hectáreas) que adquirió a su nombre o de sus sociedades.
El dominio territorial, sin embargo, es muchísimo más amplio. Para esta investigación sólo se buscaron sus propiedades en Santa Cruz, donde también se encuentran bajo la lupa otros 1100 kilómetros cuadrados (110.000 hectáreas), el equivalente a otras cinco ciudades autónomas de Buenos Aires, que podrían ser suyos. Pero Báez extendió sus inversiones a otros puntos del país. Sólo en la Capital Federal y sus alrededores acumuló 13 propiedades más.
Si bien se registran compras desde 2003, fue durante 2011 cuando Báez, sus hijos y sus empresas más invirtieron en bienes inmuebles. Sólo ese año adquirió 322 kilómetros cuadrados (32.200 hectáreas) por al menos $ 15 millones de pesos y 1,12 millones de dólares, según valores declarados.
Para llegar a la cifra global de sus propiedades, LA NACION analizó más de 200 informes de dominio en los que figuran Báez, sus hijos y siete de sus empresas o sociedades vinculadas inscriptas en el Registro de la Propiedad Inmueble de Santa Cruz.
De esos documentos surge, además, que sólo una propiedad llegó al acervo del empresario por herencia. El resto las pagó.
Así, y sólo de acuerdo con los datos contrastados con documentos oficiales -y que LA NACION complementó con los registros internos del Grupo Báez a los que accedió-, el empresario compró terrenos, chacras, estancias e inmuebles por $ 58.303.290 y US$ 3.891.00 durante los últimos diez años, si se toman los valores oficiales declarados y sin incluir el valor de seis de las 21 estancias, sobre las cuales no se obtuvo información fidedigna.
Esa evolución patrimonial ya mostraba un correlato social. Empresas, financieras, comerciantes, políticos, estancieros, simples vecinos y hasta la familia Kirchner vendieron sus propiedades a Báez. "Lo compró Lázaro", suelen repetir los vecinos tanto de Río Gallegos como de El Calafate cuando se abre o cierra un nuevo negocio, panadería, gomería, restaurante, estación de servicio, hotel, ferretería o medio de comunicación.
Ésos son sólo algunos de los rubros en los que Báez irrumpió durante la última década. Pero ahora este relevamiento de LA NACION demuestra que las compras de inmuebles, estancias y comercios no es un mito.
Los montos de las operaciones de compraventa de los inmuebles, además, quedaron reflejados en los informes del estado registral de dominio de las propiedades consultados que también fueron cotejados con la documentación interna del Grupo Báez a la que accedió LA NACION.
Sin embargo, es posible que haya más propiedades, estancias, terrenos, departamentos, casas o bien fondos de comercio que aún no se hayan registrado, aunque sí escriturado, o bien que sí se hayan registrado, pero a través de alguna empresa ignota.
Su evolución patrimonial muestra así que la llegada de Néstor Kirchner a la Presidencia en 2003 marcó un hito en la vida de Báez. En paralelo al arribo de su amigo a la Casa Rosada, el ex empleado del Banco de Santa Cruz fundó Austral Construcciones SA, su empresa nodriza.
Con ella acaparó buena parte de la obra pública estatal en la Patagonia: Austral creció, el Grupo Báez se expandió comprando otras empresas y aceleró también las adquisiciones inmobiliarias, que, según los registros relevados, empezaron a crecer a partir de 2006.
Las estancias es el rubro que más marca su crecimiento. Escrituradas, el Grupo Báez registra 21 estancias, la mayoría ubicadas en el sur de la provincia sobre el río Santa Cruz y el río Gallegos. Siete de ellas las adquirió al convertirse Báez en titular de Valle Hermoso SRL, una firma agropecuaria que a finales de los 90 había adquirido siete estancias por casi US$ 1 millón. En 2008, Báez adquirió todas las acciones de esa sociedad, radicada entonces en Comodoro Rivadavia. Lo hizo junto a su ex contador, Fernando Butti, quien luego cedería sus acciones a Martín Báez.
En la mayoría de las estancias que adquirió, el gran beneficiario de la obra pública provincial y nacional mejoró los cascos, los alambrados y las rutas de acceso. En dos de ellas, incluso, Río Bote y Cruz Aike, intentó el desarrollo del turismo rural, que no prosperó.
Pero fue otra, llamada Alquinta, la que se hizo famosa cuando Jorge Lanata denunció en su programa televisivo que allí se había escondido dinero y armas. Dijo que estaban en una supuesta bóveda de esa propiedad. Ubicada a 100 kilómetros de Río Gallegos, fue la única de la veintena de estancias que allanó la justicia federal.
Otras siete estancias sospechadas de pertenecer a Báez, en tanto, no se computaron para esta investigación. En algunos casos, fue por el lento trámite de inscripción en el Registro de la Propiedad Inmueble, que demora cerca de un año; en otros por la falta de pago del impuesto denominado Declaración Jurada Revalúo Inmobiliario 2009 en la Dirección Provincial de Catastro -lo que impide conocer los datos actualizados de los titulares superficiarios-; y en otros porque se encuentran anotadas a nombre de empresas remotas o incluso a nombre de sus anteriores dueños. Entre las siete propiedades suman otros 1000 kilómetros cuadrados (100.000 hectáreas).
Entre las propiedades urbanas o semiurbanas que su grupo empresario sí escrituró descuellan las ciudades de Río Gallegos, El Calafate y Río Turbio. Entre terrenos y chacras adquirió 6.942.112 metros cuadrados (694.211.200 hectáreas) en las tres localidades. Y pagó 14.466.786 pesos y 650.000 dólares por los terrenos céntricos y periféricos, complejos de departamentos, enormes predios, de acuerdo con los datos oficiales que figuran en las escrituras.
Todas las compras, en tanto, quedaron registradas a nombre de Báez, sus hijos Martín y Luciana, la empresa Austral Construcciones, Badial SA Valle Hermoso, mientras que la hoy cuestionada Valle Mitre, Alucom Austral y Austral Agro que digita el Grupo Báez no registran ningún inmueble a su propiedad. Y paradójicamente a la hora de escriturar dos estancias, Martín Báez declaró que con Austral Agro había realizado la compra de La Julia y El Relincho.
Un último dato: la constructora Badial SA, que investigaron los sabuesos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) por el dudoso origen de fondos para su capitalización y que el propio Báez admitió que lo hizo a través de dinero que llegó en valijas desde Uruguay, no construye tanto como compra. Tiene 82 propiedades a su nombre, todas adquiridas durante la última década. El 97%, en El Calafate.
"HUBO EVASIÓN O LAVADO"
El diputado de UNEN Fernando Sánchez dijo que el contrato que el empresario Lázaro Báez mantenía con uno de los hoteles pertenecientes a la familia Kirchner sería parte de "maniobras de evasión impositiva o maniobras de lavado de dinero, o ambas cosas". También señaló que Austral Construcciones, la empresa de Báez, ha "incrementado sus negocios y su patrimonio solamente al calor de los negocios con el Estado nacional".
Con la colaboración de Hugo Alconada Mon.