A pesar del creciente protagonismo de la soja en las últimas campañas, los productores agropecuarios de la zona núcleo siguen teniendo la intención de cultivar más maíz y trigo en los próximos años. En efecto, mientras que en la oleaginosa esperan aumentar un 17% en promedio su volumen de producción (llega al 25% cuando se analizan sólo los planes de los productores más chicos), en los otros dos cultivos el piso es el 19% y los productores más grandes hasta hacen proyecciones de aumentar un 50% la cosecha maicera y triguera.

Este es uno de los datos centrales de la encuesta “Necesidades del Productor Argentino”, que adelanta Clarín Rural en esta edición y que realizó la Universidad Austral a productores de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires.

Son varias las causas que explican la tendencia a crecer en maíz: una es el convencimiento de la necesidad de rotar los cultivos para preservar el suelo y consolidar un esquema sustentable.

Pero en los productores también influyen las regulaciones estatales que les pisan el precio de los granos. Por eso, la encuesta detectó que una gran mayoría está proyectando defender sus ingresos agregando valor e invirtiendo, por ejemplo, en la producción porcina. Entre los que ya están en ese negocio, los más chicos piensan crecer 60% en número de cabezas; mientras que los grandes calculan una suba del 75% y los medianos estiman que aumentarán un 105% sus rodeos porcinos.

“El problema que estamos viendo es que no todos los productores que están incursionando en el negocio porcino conocen el mercado”, plantea, en diálogo con Clarín Rural , Bernardo Piazzardi, profesor del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral de Rosario y coordinador de la encuesta.

El trabajo advierte que hay cuestiones claves del sector porcino que no todos conocen a fondo; por ejemplo, cómo se forman los precios, qué inversiones son necesarias para sostener en el tiempo la producción, cuáles son las estrategias para negociar con los frigoríficos y qué management específico requieren este tipo de explotaciones.

Las conclusiones de la encuesta del Centro de Agronegocios de la Austral, que se realizó con el apoyo de la Bolsa de Comercio de Rosario y la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), se presentarán el 27 de noviembre en Rosario.

Es la segunda vez que se realiza este estudio en el país y se hace en espejo con un relevamiento similar que la Universidad de Purdue hace en los Estados Unidos y que también permite comparar perfiles actuales y tendencias futuras entre productores y farmers.

“Es como pasarle un scanner a los productores. La encuesta se hace cara a cara y dura horas. Además, se hace sólo a los decisores de las empresas, por lo que las conclusiones que arrojan son importantes para trazar estrategias de negocios y políticas públicas”, explica Piazzardi.

Los productores encuestados se dividen en medianos (a partir de 250 hectáreas), comerciales (más de 600 hectáreas), grandes (más de 1.840 hectáreas) y mega (más de 10.000 hectáreas). Entre las conclusiones del estudio, también se destacan estos puntos: u Semillas y agroquímicos: a la hora de elegir un proveedor, el factor más relevante es el comportamiento del producto, seguido en menor medida por el precio. En el caso de los agroquímicos, la ponderación de factores de compra es semejante al de las semillas, aunque disminuye el rol del “comportamiento del producto” y aumenta el del precio.

  • Fertilizantes: el precio es el factor con mayor ponderación a los ojos del productor (35%), seguido por el comportamiento del producto (25%), y luego la conveniencia o ubicación del proveedor (16%).
  • Maquinaria agrícola: el comportamiento y las prestaciones del equipo también es el factor más relevante, especialmente para los grandes productores, seguido por el precio. Pero los servicios de soporte (entrega, reparación y mantenimiento) adquieren un peso mayor que en otros insumos.
  • Fidelidad al proveedor local: los productores manifiestan una relativa fidelidad al proveedor local para insumos, pero es más débil para el caso de maquinarias y servicios financieros. Los “mega-productores” son quienes más se resisten a ser fieles y los medianos se comportan con mayor fidelidad con sus proveedores de semillas, agroquímicos, fertilizantes, e inoculantes.
  • Pago de regalías por semillas: el 73% de los productores respondió que está dispuesto a pagar siempre regalías por la semilla que siembran.

El estudio también confirma la voluntad de los productores de apostar a un mayor uso de la tecnología. El 96% aseguró que utiliza inoculantes y fertilizantes biológicos, y esta respuesta fue similar en las distintas escalas productivas.

En relación con la agricultura de precisión, otra tendencia estratégica, los productores dijeron que la aplican en un 38% del total de las tierras que cultivan, y esperan llegar a usarla en un 84% de la superficie durante los próximos cinco años. Es otro indicador de las expectativas de crecimiento y de mayor competitividad que, a pesar de todo, empujan al sector.

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Aun es bajo el uso de los futuros

La primera encuesta “Necesidades del Productor Argentino” se realizó en el país en el 2009. Una de las diferencias que confirma el relevamiento actual, en comparación con el de hace cuatro años, es que se detectó una mayor venta directa del productor al exportador y una fuerte caída en la intermediación comercial de los acopiadores.

El 11% de las ventas se hace directo entre agricultor y exportador, contra el 9% que relevó la encuesta anterior. Pero si se toma sólo el universo de los productores más grandes, llega al 26%. Y en todos los segmentos anuncian que para los próximos años apuestan a vender menos a través de los acopios, ya que, en tiempos de números ajustados, el exportador les soluciona el problema del almacenamiento.

También sigue siendo bajo el nivel de uso de los mercados de futuros como coberturas de precio, ya que el 74% de los encuestados dijo no haberlos utilizado. En ese marco, quienes los utilizaron un poco más son los productores nucleados en cooperativas, ya que el 30% dijo haber operado con ellos durante la última campaña.

Jovenes y con formacion universitaria

La encuesta de la Universidad Austral destaca que los productores argentinos, con una edad promedio de 48 años, son más jóvenes que los “farmers” en Estados Unidos, en donde se realizó un relevamiento espejo que llevó adelante la Universidad de Purdue, que es la que diseño la metodología de este estudio. En la Argentina también hay más profesionales universitarios y con estudios de posgrado (37% de los encuestados) trabajando en el campo que en los lotes del país del “corn belt”.

Es un punto importante, porque la formación de los recursos humanos es central en un contexto de mayor uso de la tecnología, profesionalización de la gestión agropecuaria y sistematización de la información para tomar decisiones cada vez más en soportes digitales y en red.

Pero al pasar el peine fino salta un dato que marca ciertas diferencias. El estudio de la Austral precisa que entre los productores más chicos, el 23% sólo cursó la escuela primaria como máximo nivel de instrucción.