Los agricultores de Argentina están guardando parte de su cosecha de soja del ciclo 2012/13 a la espera de una mayor devaluación de la moneda local, lo que ya perjudicó a las fábricas procesadores del grano que actualmente tienen una capacidad ociosa del 30 por ciento.
Según datos oficiales, los productores aún guardan en sus manos cerca de 10,7 millones de toneladas de la oleaginosa del ciclo 2012/13, lo que representa alrededor de 5.900 millones de dólares para Argentina, el principal exportador mundial de aceite y harina de soja.
Al ser uno de los sectores de la economía más pujantes del país, la situación generó preocupación en el Gobierno argentino, que necesita los dólares de la exportación de granos para frenar el desplome de las reservas internacionales del Banco Central.
"Por la falta de comercialización de parte de los productores hay una menor provisión de insumos en las plantas. Algunas de ellas han tenido que concentrar la producción en las plantas más grandes, que son más eficientes", dijo a Reuters Andrés Alcaraz, portavoz de la cámara Ciara-Cec, que agrupa a las grandes firmas procesadoras y exportadoras del país.
La industria tiene una capacidad de molienda de 56 millones de toneladas al año. Alrededor del 80 por ciento de la cosecha de soja se destina a la producción de aceite.
El portavoz destacó que las plantas del área de Rosario, donde se concentra la mayor parte de la agroindustria argentina, tienen "una capacidad ociosa en torno del 30 por ciento".
En Argentina procesan soja firmas como Bunge, Cargill y Louis Dreyfus.
Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), donde opera el principal mercado de granos del país, hasta la fecha los agricultores comercializaron el 75 por ciento de la cosecha de soja 2012/13 que finalizó en junio pasado y que fue estimada por la entidad en 48,3 millones de toneladas.
En la misma época del año pasado, los productores ya habían vendido cerca del 90 por ciento de su producción, de acuerdo con la entidad.
"El retraso es importante. Los productores que no tienen necesidades financieras puntuales, al no observar alternativas de inversión, por motivo de seguridad prefieren guardar la mercadería, teniendo en cuenta la aceleración en la caída del precio del peso", dijo Guillermo Rossi, analista económico de la BCR.
Los productores agropecuarios están apostando a una mayor devaluación del peso antes de vender su mercadería, luego de que el Gobierno acelerara la depreciación de la divisa para mejorar la competitividad del país, golpeada por una alta inflación.
La falta de divisas por menores exportaciones y un pobre nivel de inversión extranjera obligaron al Banco Central a inyectar los dólares que la economía necesita para su funcionamiento, derrumbando las reservas en un 30 por ciento este año.
El Gobierno está estudiando medidas para incentivar a los productores agropecuarios a vender los granos aún almacenados.
"Hay un volumen de soja (en manos de los productores) que podría estar en el orden de los 6.000 millones de dólares. Pero eso no implica que haya una decisión corporativa de los productores de apostar a alguna forma de devaluación o de modificación cambiaria", dijo Eduardo Buzzi, presidente de la entidad rural Federación Agraria Argentina (FAA).
Según Buzzi, los productores que retienen su soja son aquellos de mayor escala y el motivo es que "no confían en la economía argentina, porque tienen incertidumbres".
Las principales asociaciones rurales de Argentina, entre las que se encuentra la FAA, mantienen desde el 2008 una pésima relación con el Gobierno, al que acusan de perjudicar la actividad agraria con sus reiteradas intervenciones en mercados como los de trigo, maíz y carne vacuna.
En busca de acelerar la venta de la soja, que traerá dólares frescos al país, el Gobierno presionó al sector en los últimos días.
"Les decimos muy claramente a los productores que la tendencia en el precio de liquidación de soja es decreciente, por lo tanto que no especulen respecto a maniobras de carácter financiero (...) Eso tiene un impacto en el punto de vista del incremento de reservas", dijo el recientemente nombrado jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.
Analistas esperan que los precios de la soja en el mercado de Chicago cedan en los próximos meses por la expectativa de una buena cosecha sudamericana de la oleaginosa.