En los sistemas bióticos hay múltiples relaciones entre sus componentes, con un activo intercambio de señales de comunicación, como las que generan las móleculas conocidas como LCO, que producen el desarrollo de los nódulos en las plantas de soja. Los LCO no solo participan en el proceso de nodulación, sino también en algunos otros procesos relacionados con la mejora del crecimiento.

A partir de observaciones identificadas en condiciones controladas de laboratorio e invernáculo se desarrollaron tratamientos biológicos de semillas aportando no solo rizobios para la fijación biológica del nitrógeno, sino también diversas moléculas señal del tipo de los LCO, en formulaciones, proporciones y cantidades variables. Actualmente, hay procedimientos de producción modernos y precisos que aportan cantidades y composiciones específicas de LCO para la soja, alcanzando beneficios más consistentes en su combinación con rizobios, para una más eficiente nutrición nitrogenada y crecimiento del cultivo.

Ensayos de campo realizados bajo condiciones normales de producción de secano muestran mejoras en el establecimiento de los cultivos, el crecimiento vegetativo y los rendimientos cuando se aplican tratamientos de semillas conteniendo LCO en sus formulaciones. Una respuesta media de producción de granos de soja de aproximadamente 97 kg/ha por sobre la respuesta a la inoculación (aplicación solo de rizobios) fue observada cuando las semillas fueron tratadas adicionalmente con LCO específicos.

Este comportamiento puede explicarse parcialmente por una compleja cascada de efectos fisiológicos que promueven el crecimiento de raíces, mejorando su capacidad de exploración del suelo y aumentando la captación de recursos disponibles para las plantas.

Sobre 62 sitios de evaluación establecidos en lotes comerciales de producción durante la campaña 2010/11 en Argentina por la compañía Novozymes (que compró Nitragin hace 2 años) se describieron mejoras de un 13% en la implantación de los cultivos, aumentos del 76 % en la nodulación total y en el crecimiento aéreo con respecto a tratamientos de inoculación (solo rizobios) sin incorporación de la tecnología con LCO.

Recientes evaluaciones realizadas por el Departamento de Investigación y Desarrollo de la compañía, que dirijo, validan que: sólo el agregado de LCO (sin bacterias) sobre las semillas de soja genera aumentos del rendimiento cercano al 3%; al aplicar un inoculante tradicional conteniendo bacterias de Bradyrhizobium japonicum los incrementos medios del rendimiento son del 7,6% respecto al testigo sin tratar; el tratamiento con la tecnología de última generación en la que a las cepas elite de Bradyrhizobium japonicum se adiciona una cantidad conocida de moléculas LCO purificadas aumenta entre el 22% y el 37% la respuesta en producción de granos, alcanzando mejoras medias de entre 9% y 11% por sobre el cultivo testigo sin ese tratamiento.