Costa tiene previsto continuar con los controles de precios y la administración del comercio exterior, pero el funcionario, que viene de desempeñarse en la Cancillería, destaca que las “formas” para instrumentar estas políticas serán completamente diferentes a las implementadas por Moreno.
Costa acompañó ayer a Kicillof a la Convención de la Cámara de la Construcción y desde la primera fila se mostró contento con la exposición que realizó el titular del Palacio de Hacienda.
El reemplazante de Moreno les comentó a sus asesores en las últimas horas que los ejes de la política económica implementada por el ex secretario de Telecomunicaciones no se alterarán, pero que sí habría variaciones en los modos de instrumentarlos.
El congelamiento de precios ideado por Moreno vence el 31 de diciembre y, en un principio, Costa parece dispuesto a diseñar en las próximas semanas un nuevo acuerdo. “Estamos trabajando en un nuevo acuerdo de precios”, manifestó ayer en este mismo sentido el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Los análisis de costos de las empresas serán la materia prima que utilizará el kicillofismo para determinar este nuevo acuerdo.
El esquema de normas no escritas que implementó Moreno desde 2006 hacen más difícil el pase de antorcha entre los dos funcionarios. El economista cercano a Kicillof destacó ante sus asesores que esta semana le sirve para interiorizarse en cómo funciona la Secretaría y para conocer al personal.
La actual gerente financiera de CAMMESA, Paula Español, lo acompañaría en su desembarco en el edificio en Diagonal Sur. También asumiría otro economista de su entorno porque la Secretaría de Comercio Interior cuenta con dos subsecretarias: la de Defensa del Consumidor (que ahora está en manos de María Lucila “Pimpi” Colombo) y la de Comercio Interior (encabezada por Pablo Cerioli).
La administración del comercio será el otro tema clave de su gestión porque la Secretaría de Comercio Interior, al igual que la AFIP, tiene la posibilidad para autorizar o rechazar todos los pedidos de importaciones.
Según fuentes cercanas a Costa, el proyecto será flexibilizar la entrada de insumos industriales que no se fabrican en la Argentina o con los cuales se generan cuellos de botella porque los insumos nacionales no logran abastecer a toda la demanda.