Los robos en los supermercados se dispararon en el último año y ya significaron para las grandes cadenas pérdidas por más de 1400 millones de pesos. De acuerdo con un censo realizado entre las catorce empresas líderes del rubro, en 2012 -el último año disponible- las mermas provocadas por los hurtos de los clientes y del personal de los supermercados aumentaron un 14,8% y ya representan el 1,7% de su facturación, igualando prácticamente al porcentaje de las ganancias netas del sector.

"El año 2012 deparó un crecimiento generalizado de la tasa de merma y los valores se dispararon a cifras que creíamos cosa del pasado", señaló Enrique Vitale, director del grupo Hasar, la consultora que estuvo a cargo del censo auspiciado por la Asociación de Supermercados Unidos (ASU).

Bajo el concepto de mermas se incluyen una amplia variedad de causas, que van desde los robos de los clientes hasta los hurtos internos (a cargo del personal de los supermercados), pasando por acciones que no son delitos, como los errores administrativos -el más común es el tipeo equivocado de los cajeros- y los desperdicios de productos cuando se pasó su fecha de vencimiento.

De todas las modalidades, el impacto más grande para los supermercados proviene del llamado hurto externo, que ya representa casi un cuarto de las pérdidas de las grandes cadenas.

En este caso, la sustracción de mercaderías en bolsas de aluminio continúa siendo la práctica más utilizada por los ladrones, seguida por el ocultamiento de productos en la ropa. Sin embargo, en los supermercados alertan sobre un crecimiento de los llamados delitos sociales, como el consumo de alimentos dentro de la tienda, que pasó de representar el 9,8% de los hurtos en 2010 al 13,9% dos años después.

"Una de las modalidades que más crecen es la de la gente que viene con chicos a comer productos dentro del supermercado y, frente a este hecho, los guardias no saben cómo reaccionar", explicó Vitale.

Cajeros infieles

Apenas un escalón por debajo de los robos de los clientes se encuentran los hurtos internos. Los cajeros infieles constituyen la principal preocupación para los supermercados, en especial cuando actúan en coordinación con algún amigo o familiar a los que les facturan de menos cuando pasan la mercadería por las cajas registradoras. Más atrás se encuentran otras prácticas, como el consumo de alimentos dentro del local y el cambio de los códigos en la mercadería.

El impacto de la merma para los supermercados crece en los supermercados más chicos y trepa al 2,1% de los ingresos de los locales inferiores a los 500 metros cuadrados, como pueden ser los Carrefour Express o los minimercados Día%. "Los locales más chicos son los que tienen más mermas básicamente porque tienen menos tecnología, como sensores en las cajas o cámaras, y también porque cuentan con menos personal para realizar tareas de vigilancia", explicó Vitale.

En tanto, por rubros, los que lideran los robos son las golosinas, seguidas por los chocolates, las bebidas alcohólicas, los lácteos, los juguetes y los enlatados.

Seguridad en alza

Frente al avance de las prácticas de los delincuentes, los supermercados están apostando a incrementar sus sistemas de seguridad. En este sentido, sobresale el crecimiento de las inversiones de las grandes cadenas en personal de vigilancia (propio y tercerizado) y la compra de equipos, como sensores, alarmas y cámaras.

En Hasar igualmente destacan que las empresas del rubro además ya están implementando programas más sofisticados, incluyen la capacitación de sus empleados para la detección de ladrones a partir de sus movimientos o comportamientos al mejor estilo de la serie de televisión Lie to me . "Hay cadenas que tienen programas para identificar gestos entre los pasillos de los supermercados que son típicos de los ladrones", explica Vitale.