Más allá del conflicto desatado entre YPF y Repsol, cuya negociación parece comenzar a encarrilarse , los gobiernos de la Argentina y España mantienen un frente abierto por la decisión de Madrid de excluir a las empresas argentinas del mercado español de biodiésel.

La medida adoptada por el gobierno de Mariano Rajoy generó una dura queja del gobierno argentino el 14 de noviembre pasado. Pero por el momento no aparece una resolución a la vista, ya que, según las autoridades españolas, esa determinación está atada a una política generalizada que adoptó la Unión Europea no sólo para la Argentina, sino también para otros países, como por ejemplo Indonesia.

El canciller Héctor Timerman se quejó por medio de una carta dirigida a su par español, José Manuel García Margallo, por los "injustificados procedimientos proteccionistas" de Madrid ante la decisión de limitar el ingreso del biodiésel.

España dio a conocer un listado de las plantas de biodiésel con cantidad de producción asignada dispuesta por la Unión Europea y de esta manera excluyó de su mercado la importación del biodiésel argentino. Ante esta determinación, el Gobierno se quejó a la administración de Rajoy y calificó esa decisión como una "medida proteccionista y discriminatoria".

No obstante, la diplomacia española dio a entender que la resolución adoptada se cumplía en función de las normas adoptadas en el marco de la Unión Europea y no dio posibilidad alguna para arribar a un acuerdo con la Argentina en este campo de la economía. La decisión de España, remarcaron desde Madrid, responde a la clara intención de ajustarse a las normas del bloque europeo para resguardar la industria de la UE.

Por su parte, el gobierno argentino ya había trasladado a la Organización Mundial del Comercio (OMC) esta queja, que será analizada en el futuro por los técnicos de ese organismo internacional con la intención de eventualmente arribar a un acuerdo conjunto.

Según la Cancillería, las restricciones de España al biodiésel argentino provocaron una caída del 70% en las ventas de biodiésel nacional a ese mercado. A su vez, se advirtió que esta política comprometió el empleo de más de 2000 personas. España -principal mercado de biodiésel en Europa- importaba desde la Argentina biodiésel de soja por 800 millones de dólares anuales.