Los productores de carne y leche saben que el resultado de su negocio se define en gran medida por la cantidad y la calidad del alimento consumido por sus animales. A la hora de confeccionar los forrajes, una falla en la eficiencia significa kilos que no serán ganados y, por ende, rendimientos económicos más magros.
Para contribuir con la capacitación de ganaderos y tamberos, CLAAS llevó a cabo el 23 de octubre en Sunchales (Santa Fe) y el 30 de octubre en Ameghino (Buenos Aires) dos nuevas ediciones de Experiencia Forrajera. Productores, técnicos y estudiantes universitarios de agronomía se dieron cita en una jornada que incluyó paradas a campo y demostraciones dinámicas de maquinaria, con todas las claves e innovaciones tecnológicas para producir el alimento deseado.
En la Experiencia Forrajera de Ameghino, Daniel Méndez, técnico de la Experimental del INTA General Villegas, se refirió a la utilización de verdeos y pasturas, y explicó que la eficiencia global de la producción de carne “depende de pequeñas variables”. En lo que hace a la planificación forrajera, sostuvo, el punto de atención está en el balance entre oferta y demanda.
El técnico puntualizó en la necesidad de poner foco en la fecha de siembra de los cultivos y a la cadena de pastoreo, teniendo en cuenta la estabilidad. Dijo que el rendimiento de un cultivo anual o perenne con fertilización se puede incrementar en un 23%, citando los resultados de diversos ensayos realizados en General Villegas, con la incorporación de nitrógeno.
Para Méndez, la clave del engorde está en la asignación forrajera, es decir, la cantidad de pasto que el animal tiene a disposición. “La ganancia de peso sigue siendo la misma que hace 15 o 20 años, un novillo de más de 400 kg, para ganar 1 kg por día, tiene que comer en ese período 10 kg de materia seca”, indicó, para luego explicar que “ante bajas ganancias de peso pueden existir problemas en la medición, en la calidad nutricional o suplemento. Pero por lo general, la respuesta está en la limitante en la cantidad de alimento disponible para el animal”.
Seguidamente, los asistentes recorrieron ensayos de alfalfa con distintas latencias, donde los técnicos pusieron especial hincapié en la densidad de siembra. “Hagamos menos hectáreas, pero con más plantas por metro cuadrado”, recomendaron.
En el campo de Experiencia Forrajera, los asistentes pudieron también evaluar ensayos con alfalfas puras, analizando la producción en kg de MS/ha de diferentes genéticas, y grados de latencia 6, 7 y 9 en siembras cruzadas versus en líneas. En estos casos, los técnicos mostraron que al primer corte se obtuvieron, de acuerdo a la variedad, entre 1.900 y 3.300 kg de MS/ha.
En los ensayos de pasturas mezcla, el objetivo fue evaluar la complementariedad entre gramíneas y alfalfas con diferentes latencias. En este caso, al primer corte, el resultado de una parcela sembrada con alfalfa y un 70% de cebadilla, fue de 1.600 kg de MS/ha. En otro de alfalfa con 65% de festuca, se obtuvieron 1.456 kg de MS/ha, y en el ensayo de alfalfa con un 80% de falaris, el resultado fue de 2.002 kg de MS/ha.
En la recorrida también se pudo ver un módulo de cultivo de cobertura. En este caso, se trató de un cultivo de vicia, sembrado el 20 de abril, sobre un antecesor de maíz y sorgo para silo con una densidad de siembra de 38 kg/ha, y una fertilización de 80 kg/ha de monoamónico. “El objetivo de la vicia es fijar nitrógeno, para luego sembrar principalmente maíz”, apuntaron los técnicos.
En líneas generales, para la zona, los especialistas recomendaron desarrollar planteos con un 50% de pasturas perennes, y otro 50% de cultivos de verano.
En el caso de estos últimos, sugirieron hacer la mitad de ellos en siembras de primera, y la otra mitad en siembras de segunda. La diversificación fue uno de los principales consejos, debido a la imprevisibilidad climática, que en el caso de Ameghino se tradujo en 330 mm llovidos en el año hasta el día de la jornada, contra 1.458 mm precipitados en 2012.
La siguiente parada estuvo a cargo de los técnicos de Pirelli, que se refirieron a los cambios que ha habido en los neumáticos utilizados para la actividad agropecuaria en los últimos años, que pasaron de ser convencionales a radiales, dando como resultado una menor compactación del suelo. También remarcaron los cambios en la estructura de los neumáticos, a partir de la necesidad de trasladar más peso. “Hoy el suelo se compacta un 30% menos por acción de los neumáticos”, resaltaron, y también destacaron que los radiales también han repercutido en un menor consumo de combustible.
Los fierros en marcha
A la hora de las demostraciones dinámicas de maquinaria, CLAAS puso en funcionamiento su segadora DISCO 3500 TRC, que permite obtener un corte del material de máxima calidad, debido a que cuenta con cuchillas muy filosas que se mueven a gran velocidad. El corte realizado con esta máquina facilita un secado parejo de todo el material, ya que deja andanas anchas, que permiten aprovechar mejor la exposición del forraje a la luz, dando como resultado una mayor velocidad de secado. Además, se evita en gran medida la pérdida de hojas.
El rastrillo hilerador LINER 1650 TWIN fue otro de los productos de la línea forrajera de CLAAS que trabajaron en el campo de Ameghino. Se trata de un rastrillo giroscópico que permite juntar las andanas, obteniendo una sola de gran volumen. Este rastrillo no tiene rozamiento en el piso, por lo que el forraje no se contamina ni pierde hoja, dejando una andana esponjosa y aireada.
La novedad fue una herramienta que por primera vez se encuentra disponible en el mercado argentino, el VOLTON 1050, que permite abrir totalmente una andana. De esta forma, se logra un secado más inmediato, con una menor pérdida nutricional del forraje.
Otra de las máquinas en movimiento fue la picadora JAGUAR 960, la más vendida de la Argentina y el mundo. Actualmente, existen 750 de estos equipos trabajando en el país. Cuenta con un motor que va de 623 caballos de fuerza hasta los 900, según su tamaño, que permite ahorrar combustible. Las picadoras JAGUAR son máquinas de gran productividad, con capacidad de procesar hasta 400 toneladas de materia verde por hora. En la dinámica se utilizó un recolector de pasturas de 3 metros y un rotor de cuchillas especiales, que descargó el forraje en una tolva Akron.
Otro de los productos estrella de la jornada fue la megaenfardadora QUADRANT 3200, que con un recolector de 2,10 metros de ancho permite adaptar la máquina a la cantidad de fibra deseada. También permite obtener la compactación ideal. Produce más de 100 fardos por hora, de máxima calidad y compactación, además de contar con un sistema que permite medir la humedad del fardo.
A su turno, los técnicos de Mainero presentaron su segadora cortadora, hileradora y desmalezadora Mod. 6042, el rastrillo estelar Mod. 5980 y la rotoenfardadora Mod. 5885, que puede hacer un rollo con un ancho de 1.560 mm, y de 900 a 1800 mm de diámetro. Además, con el atador de 4 hilos que se monta en la nueva rotoenfardadora 5885, se aplica instantáneamente el doble de hilo, y para un atado similar el tiempo se reduce al 50%. De esta forma, el tiempo total que insume la confección del mismo rollo baja a entre 80 y 85 segundos, alcanzando los 42 a 45 rollos por hora, de 800 kg cada uno. Ello implica otro incremento en la capacidad operativa del 18 al 24%, manteniendo intacto el corazón de la máquina, es decir, su cámara de compactación.
También tiene una capacidad de almacenamiento de hilo de hasta 8 bobinas de 6
kg cada una, que permiten incrementar la autonomía de trabajo.
Por último, los técnicos de CHR Hansen presentaron su tecnología para el manejo
de la calidad del forraje conservado, haciendo especial hincapié en el
inoculante microbiano que permite una rápida reducción del PH del forraje. El
producto actúa deteniendo la respiración y la pérdida de nutrientes, lo que
redunda en una mejora en la productividad y la calidad del ensilaje.