La fecha de siembra de maíz, al menos en la zona núcleo, ha finalizado. La ventana de siembra de maíz de primera ya está cerrada.

Según estimaciones propias, apenas la mitad aproximadamente de la superficie planeada por los productores se habría cubierto. En buen romance tan sólo el 50% de la intención se habría cumplido.

La ausencia de lluvias, en buen parte, ha dejado una cama de siembra carente de condiciones para la implantación.

Ahora el productor deberá esperar cerca de un mes, con el fin de llegar a la floración en fecha propicia, para hacer una siembra tardía. El desconcertante contexto empuja a una implantación hasta diciembre.

La pregunta es si se arriesgará a tal decisión. Resulta muy probable que, en un cuadro así, una gran parte se traslade a la siembra de soja. Una considerable proporción de la superficie originalmente planeada se iría a la oleaginosa, por su mejor potencialidad de beneficios por capital invertido. De esta forma, la baja en la producción maicera a nivel nacional será alarmante.

¿Tendremos otro caso similar al del trigo en puertas? Porque la caída no será, en definitiva, solamente resultado del clima seco y frío sino de la política de cupos de exportación, que desanima cualquier intención de siembra. Aunque, justo es remarcarlo, los precios internos no tendrían por qué crecer como los del trigo dado que la demanda industrial del maíz es menos rígida y, por otro lado, se encuentran otros sustitutos más o menos cercanos.

La soja de primera también tiene sus problemas. Si bien el clima no es una cuestión alarmante por ahora, la realidad no muestra un inicio de campaña prometedor, fundamentalmente por la escasez de humedad en la cama de siembra.

Además el cuadro delicado de las aceiteras se agudiza. En el área industrial, la cuchara oficial ha revuelto el guiso de tal forma que ahora parece una sopa amarga. Por su acción, se tiende ahora al incremento de poroto en lugar de aceites. Las plantas de moliendas han recibido el golpe del cambio de reglas y, así, la capacidad instalada para la industrialización de biodiesel sobra.

En su momento se invirtió para ampliar la capacidad apuntando a un mayor volumen de biodiesel, pero el poder discrecional modificó los derechos de exportación y a consecuencia de la política exterior, los mercados externos se restringieron.

Para muestra, sólo un botón: la European Biodiesel Board acaba de anunciar que la Unión Europea habría propuesto aranceles a aplicar a las importaciones de biodiesel desde Argentina por ejercer antidumping. De hecho, el problema comenzó en mayo cuando el bloque decidió la aplicación de derechos antidumping provisionales.

Como vemos no todo lo que brilla es oro. Habrá afrontar la campaña con esfuerzo e ingenio. En el país de los ciegos, el tuerto es rey. O mejor dicho reina, porque la soja es quien reina… pese a todo.