Hoy nadie discute que el precio de carne al mostrador está bajo, que lo mismo sucede con el precio de la hacienda y que el incremento de costos va dinamitando la rentabilidad en todo el recorrido desde la producción en el campo hasta la carnicería.

La expectativa de aumentos esta puesta sobre dos variables que podrían fortalecer la demanda de carne y/o reducir la oferta de haciendas en el futuro.

La primera sería de corto o mediano plazo y se centra en el negocio de la exportación, el cual está dando señales de reactivación en los últimos dos meses aunque todavía tiene muchas adversidades por sortear.

La otra posibilidad es más coyuntural y tiene que ver con una posible escasez de hacienda que podría generarse a partir de algunos indicadores de liquidación bastante fuertes que se están observando, aunque esta variable está delimitada a un futuro mucho más lejano. Habrá que esperar por lo menos dos años para que la falta de oferta vuelva a generar un colapso como en 2009.

Exportaciones 2013-2014

La exportación viene transitando años de baja competitividad en términos de cambio de moneda y demasiadas trabas gubernamentales y fiscales que impiden desarrollar y apuntalar la demanda global de la producción argentina.

Lo único que se podría decir que ha cambiado en los últimos meses además de la devaluación a buen ritmo del dólar oficial, es el ingreso de compradores de carne de baja calidad como son China y Hong Kong, y la reafirmación de Chile como principal destino para cortes de bajo valor.

Entre estos tres países, mas Israel que es un comprador tradicional de la Argentina, se ha generado una competencia que llevó aumentar un 30% el precio de la vaca en dos meses. Lógicamente esta demanda arrastró, aunque levemente el precio de otras categorías de novillo y se trasladó parcialmente al valor del novillito.

También se dice que el secretario de comercio ha flexibilizado el otorgamiento de los ROE frente a la necesidad de divisas de las arcas estatales, aunque en la práctica las exportaciones de carne siguen tributando el 15% de retención, tienen que cumplir con la barata que los obliga a volcar en el mercado interno un kilo a 16 pesos (mix de 13 cortes populares) contra 3,5 kilos que pretendan exportar, lo cual implica una pérdida de valor real de aproximadamente USD 1000 por tonelada exportada.

Como si esto fuera poco, los frigoríficos también están obligados a presentar semanalmente las declaraciones de stock en cámara para certificar que tienen un 70% de saldo sobre el volumen que pretenden exportar (70 consumo – 30 exportación) y finalmente esperar que el ROE salga firmado de la secretaría, cosa que no ocurre el 100% de las veces sin antes recibir alguna advertencia o pedido personal del secretario.

Con esto vemos que para que la exportación vuelva a ser protagonista hace falta más que una recomposición del tipo de cambio o una mejora del precio internacional de la carne.

Cuero y recuperos

Otro argumento que explica el presente y podría apuntalar los precios futuros es la recomposición en el valor del cuero, que subió un 82% en pesos y 55% en dólares durante 2013. El aumento del principal subproducto de la faena fortaleció el poder de compra de frigoríficos, consumeros y exportadores.

Argentina vuelve a tener la cotización (en dólares) del cuero salado que se había alcanzado en 2011 (USD 1.50) después de muchos meses de baja demanda producto de las diversas crisis financieras. La diferencia que mientras hace dos años el precio en nuestro país era equivalente al 53% del valor que percibían en el mercado de EEUU, durante 2013 lo que están pagando las curtiembres locales no superaba (hasta estos días) el 30% del valor en esa plaza formadora.

Aparentemente esa brecha se estaría acortando en estos días tras algunas pujas comerciales entre plantas faenadoras y curtiembres, contribuyendo a mejorar la posición financiera de frigoríficos y trasladando quizás algo de este aumento al recupero percibido por matarifes y al precio de la hacienda en pie.

En este punto debemos decir que el valor del recupero está muy retrasado, ya que se viene pagando aproximadamente 1 peso por kilo de carne al gancho cuando históricamente lo que recibía un matarife en un matadero del conurbano oscilaba entre un 10 y el 15% del valor de la carne. Eso significaría hoy entre $ 1,80 y 2,70 por kilo. Estamos en menos de la mitad del valor que debería ostentar según este cálculo.

Balance consumo-exportación

Volviendo a la otra hipótesis de faltante de hacienda para faena en los próximos tiempos, no creemos que esto ocurra durante 2014 a pesar que la faena de hembras está por encima del valor de equilibrio, lo que estaría evidenciando que el ciclo de retención se revirtió definitivamente. Inclusive si la liquidación se profundiza estaría engrosando la oferta de carne en el corto y mediano plazo, con su consecuente efecto depresivo sobre los precios.

Para el año próximo las proyecciones más confiables hablan de una producción total de 2,8 millones de toneladas, con una exportación que durante este año podría alcanzar los 220.000 ton. y quizás pueda aumentar otro porcentaje cercano a la devaluación del dólar oficial durante 2014.

Así y todo no llegaría a exportarse mucho más del 10 o 12% de la producción total, muy lejos de las estadísticas de años buenos donde ese número superaba el 20%.

De esta forma quedaría un volumen para el consumo local, que junto con la oferta de pollo y cerdo sigue mostrando la ingesta más grande del mundo con más de 110 kilos por habitante por año.

Oferta de feedlot

La producción de hacienda en feedlot, que ya representa aproximadamente el 60% de las cabezas faenadas seguirá manteniéndose o creciendo por varias razones: los problemas de sequía que se registran en la zona centro y norte del país, los precios del maíz local que continúan competitivos para engordar con márgenes bajos pero con la permanente expectativa de suba del gordo y porque el año próximo la zafra de terneros nuevamente orillará las 14 millones de cabezas, cantidad más que suficiente para comprar sin muchas posibilidades que aumenten los valores reales de la invernada.

Notamos que la estacionalidad de oferta de hacienda terminada en confinamiento tiene a aplanarse, con encierre más parejos a lo largo del año, sistemas de recrías a campo y en corral y flexibilidad en los tiempos de engorde. Estas prácticas están generando que haya disponibilidad de gordo todo el año y se atenúen las fuertes subas y bajas del precio que sufrimos en años anteriores.

Vientres y reproductores

En cuanto al panorama de negocios de vientres y reproductores en general, observamos que los efectos de la liquidación, problemas financieros en muchos sectores de la economía y sequias en vastas zonas del país siguen deprimiendo los valores reales de las operaciones, aunque en algunos casos nominalmente se registren algunas mejoras.

Las ventas de toros durante esta campaña arrojan valores nominales en pesos similares al año pasado y algo más deteriorados que en 2011. En dólares las bajas son importantes.

Esta tendencia debería mantenerse durante el próximo año, y coincido con algunos economistas que opinan en el caso que se produjese una devaluación descontrolada, sería la ganadería uno de los sectores más perjudicados en el agro en cuanto al resguardo del patrimonio hacienda a moneda constante.

Invernada

La invernada se está comercializando con precios mejorados con respecto a los últimos meses, recuperando parcialmente las cotizaciones que marcó el mercado a principios de año y luego se perdieron.

Esto es por razones más estacionales que coyunturales, es natural que haya menos ofrecimientos y menos disposición de venta por parte de los criadores porque el pasto en esta época es barato.

Así y todo los feedloteros que encierran a 12 pesos o más, especulan con ventas de gordo a precios mayores que los actuales para salvar la inversión. No hay otra explicación.

Distinta es la realidad de los engordadores que trabajan parcial o totalmente a campo, porque cuentan con una estructura de costos más flexible que les permite manejar los tiempos y los engordes con otra cintura.

Los negocios de compra-venta a término, con entrega en otoño 2014 también acompañan esta voluntad o expectativa alcista. Los valores por adelanto del grueso de la operación restan hasta 1 peso por kilo del precio disponible actual, lo que implica aproximadamente un 8% de descuento. Es bajo si tenemos en cuenta que estamos a 6 meses del destete.

2014

Haciendo un balance con lo que tenemos hasta hoy, el escenario proyectado para el próximo año estará signado por una nueva caída de la rentabilidad en general para toda la cadena, con algunas mejoras en el precio nominal de la carne y hacienda para faena, sostenimiento en el valor aunque sin aumento real de la invernada y probablemente nuevas bajas y dificultad de ventas para lo que es reproductores y vientres en general.