Un poco más de un año pasó desde que cortaron las cintas del primer frigorífico estatal destinado al ajo en Pocito, y el próximo viernes está previsto que quede habilitado el segundo en otro polo fuerte de las cabezas blancas en San Juan como lo es Calingasta. La inversión fue 2.107.000 pesos y, además de la infraestructura, incluye 320 bins y 5.000 cajones de madera. Eso sí, esta temporada y en virtud de la superficie sembrada que está en orden a las 220 hectáreas, la flamante cámara de frío sólo podrá contener el 8% del volumen de producción que se espera recoger del campo a partir del mes que viene, según publicó Diario de Cuyo.
La concesión del frigorífico, aunque todavía no es oficial, quedaría en manos de la Cooperativa Retamales, que se formó en 2006 y trabajó en estos años en el galpón de empaque, que está al lado. La cámara puede contener el equivalente a 600 bines de 350 kg, o sea 210.000 kg, lo que representa la producción de unas 17 hectáreas.
‘’Sin la cámara todo el ajo se debe comercializar en los meses de diciembre y enero, ahora se podrá guardar esa parte de ajo hasta junio y obtener precios mejores’’, dijo Fernando Luis Bugallo, miembro de la cooperativa, que aclaró que ‘’aún no somos concesionarios porque no se ha cumplido por parte de la Municipalidad con los aspectos legales de rigor’’.
Los empresarios mendocinos son los principales clientes de las cabezas blancas calingastinas, muy elogiadas por su calibre (tamaño), y casi el 80% recala en sus manos, con el agregado que salen de esa provincia bajo el sello ‘Made in Mendoza’.
En el municipio saben que esta infraestructura no puede contener la necesidad de todo el sector pero al menos parar la sangría que hay hasta el momento. Es que los valles calingastinos, en Barreal y Tamberías, llegaron a tener hace 6 años atrás más de 500 hectáreas sembradas con ajo y hoy cayó esa superficie a menos de la mitad.
Este retroceso también se evidencia en toda la provincia, que en ese mismo periodo pasó de 2.800 a 700 ha.
De todas formas, las razones que alimentan este desplome de la hortaliza, que también tiene su correlato en la provincia de Mendoza, se debe a otros ingredientes de orden más global y que los productores los resumen bajo el amparo de la ‘’falta de competitividad’’. En este sentido, los exportadores apuntan al tipo de cambio y a la alta inflación.