Hace más de un año, el Gobierno expropió la petrolera YPF, y desde entonces lanzó un ambicioso plan para aumentar la producción. Hasta el momento, logró desacelerar el ritmo de la caída.
En el caso de las naftas súper y Premium, en los primeros siete meses de 2013 se llevan importados 343 millones de litros, 290 más que en todo el año anterior y 200 por encima de 2011. Su principal demandante es YPF con el 70 por ciento de las compras. El mayor volumen corresponde a la de 98 octanos, según informó el portal surtidores.com.ar
El presupuesto 2013 habilitó la compra sin el correspondiente al Impuesto sobre Combustibles (ITC) y el Fondo Hídrico de Infraestructura (IFHI), que representan casi un 40 por ciento del precio final en surtidores, de 250 mil m3 de naftas. No obstante y a raíz del infortunio ocurrido en el Complejo Industrial La Plata, la cifra podría elevarse a 700 para lo cual se necesita un Proyecto de Ley que lo avale.
El resto de las empresas también debió recurrir al exterior para satisfacer a su clientela durante las paradas técnicas de sus plantas de producción, aunque a diferencia de YPF la gran mayoría fue de nafta súper. En este contexto, Esso se procuró de 22 millones de litros, Petrobras de 28 y Shell de 51 millones.
"Las importaciones de combustibles vienen creciendo mucho y lo harán aún más. Junio, por ejemplo, tuvo un aumento muy importante. Las compras al exterior el año pasado fueron de 9500 millones de dólares y este año pueden alcanzar los 14.000 millones. Con exportaciones de alrededor de 7000 millones, estimamos un déficit de alrededor de 7000 millones de dólares", opinó al respecto el ex secretario de Energía, Daniel Montamat.
Durante los últimos años la necesidad de comprar combustible en el exterior fue en aumento, lo que se explicó por el fuerte crecimiento de la industria, pero también por la falta de inversiones de las petroleras, afirmó Página 12 en una nota que publicó en abril de este año.
Uno de los bloques en el que se hace un gran esfuerzo importador es el de gas natural líquido. Las compras de gas se relacionan con la recomposición de las fábricas. Enarsa, que tiene el monopolio de la importación de Gas Natural Licuado (GNL), compró gas natural y GNL por 438 millones de dólares en abril, desde los 259 millones del mismo mes del 2013.
El resultado es que durante los primeros meses del año la importación de energía viene aumentando y se estima que cerrará 2013 arriba de los 10.000 mil millones de dólares
Desde que la Presidenta tomó la decisión de expropiar YPF, quedó claro que el éxito de esa medida vendría dado por la capacidad de la nueva YPF de incrementar el nivel de inversiones y no por los discursos épicos, informó El Cronista.
Primero se dijo falazmente que eso se podía lograr con los fondos propios de YPF, pero la empresa no tiene flujo para encarar las inversiones que se necesitan para incrementar la producción de hidrocarburos.
Luego YPF tomó fondos del mercado financiero interno, pero ni nuestra capacidad de ahorro, ni el patrimonio de YPF permiten tomar volúmenes de deuda que le permitan encarar por sí misma el desarrollo de hidrocarburos no convencionales.
El Estado Nacional no puede aportar fondos, pues no los tiene y el Bono específico creado en el blanqueo, todavía no despertó interés.
Sin opciones, YPF recurrió a Chevron para conseguir los fondos necesarios para movilizar los hidrocarburos no convencionales en una ínfima porción de su área concesionada. YPF deberá recurrir a muchos acuerdos de este tipo si aspira a movilizar en serio los hidrocarburos no convencionales.
No hace falta conocer el acuerdo YPF/Chevron para ver que la sucesora de la Standard Oil impuso sus condiciones a una débil YPF que necesitaba mostrar resultados urgentes. Chevron logró condiciones que se le niegan a cualquier ciudadano o empresa incluso dentro del sector energético. En rigor, lo sorprendente no es lo que logró Chevron, lo que sorprende es que las concesiones a Chevron se le nieguen al resto de los actores económicos.
Más allá de los detalles aún no conocidos, el acuerdo YPF/Chevron muestra la debilidad del Estado para financiar los servicios públicos y la infraestructura. El Estado Nacional vía una política generalizada de subsidios extendida más allá de lo razonable, cargó sobre las cuentas públicas la gestión de los servicios públicos y la infraestructura. En energía o transporte es más importante el aporte estatal que el de los usuarios. El Estado subsidia consumo e inversiones, pero las cuentas públicas no dan para todo. Las consecuencias las pagan principalmente los que menos tienen vía el impuesto inflacionario.
Es tan malo eliminar subsidios para quien lo necesita como generalizarlo para quienes no lo requieren. Hoy la mayoría de los subsidios se destina a quienes no lo necesitan, pero los financian mayoritariamente los que menos tienen.