Con más de 1.200 asistentes y el foco puesto en el desarrollo sustentable de los territorios, comenzó hoy en Tecnópolis el 2° Congreso de Valor Agregado en Origen, que se realizará hasta mañana. Del acto de apertura participaron Norbeto Yauhar, ministro de Agricultura de la Nación, Oscar Solís, subsecretario de Agregado de Valor del Ministerio de Agricultura, Francisco Anglesio y Eliseo Monti –vicepresidente y director nacional del INTA, respectivamente–.
Yauhar, durante la apertura destacó el rol de la Argentina frente a los desafíos que plantea el mundo. “Apostamos muy fuerte al valor agregado en origen porque es uno de los pilares del desarrollo”.
“La ciencia y la tecnología, la producción de agroalimentos y la generación de energía son las líneas que debe desarrollar un país para ser de punta. La Argentina, sin dudas, está en este camino”, aseguró el Ministro y agregó: “Si somos capaces de aunar esfuerzos estaremos entre los líderes del mundo”.
En este sentido, Yauhar afirmó que “el INTA es uno de los organismos clave para el crecimiento de nuestro país debido a que está presente en cada rincón del país”.
De acuerdo con el subsecretario de Agregado de Valor en Origen del Ministerio de Agricultura, Oscar Solís, “el Ministerio junto con el INTA, al estar en todas las localidades del territorio nacional, le brinda al productor herramientas para dejar de ser administradores y que puedan comercializar sus productos de la mejor manera, con competitividad”.
“Este segundo congreso, al realizarse en Tecnópolis, nos permite tener mayor repercusión a escala nacional y sacar a la luz, mostrar estas experiencias que son el reflejo de lo que sucede todos los días en el interior del país”, señaló Solís.
Por su parte, Francisco Anglensio, indicó que en los próximos años el crecimiento en la producción de alimentos no se va a dar de la mano de la extensión de la tierra, sino del agregado de valor.
“Las oportunidades están en el territorio. Potenciarlas, es una tarea que se hace junto con el Ministerio de Agricultura y con los intendentes como socios estratégicos de los territorios”, expresó Anglesio.
Asimismo, Monti ponderó la importancia de “rescatar experiencias de pequeños productores que desde su producción primaria logren agregarle valor a sus actividades. De esa manera, pueden multiplicar sus oportunidades de renta y comercialización. Esto se traduce en arraigo y calidad de vida”.
Para Mario Bragachini, técnico del INTA Manfredi –Córdoba– y uno de los organizadores del encuentro, consideró que la próxima revolución que se dará en los campos del país será de la mano del agregado de valor en origen: “Las 32 cadenas agroalimentarias generan el 12% del empleo de la población económicamente activa del país. Por esto, el desafío al 2020 es trabajar para incrementar significativamente esa demanda laboral en el territorio”.
Con el foco puesto en el desarrollo sustentable de los territorios, Diego Ramilo, gerente del Profeder, aseguró que lo importante “es la federalización de la política de agregado de valor en origen, lo que permite mantener un equilibrio entre los grandes, pequeños y medianos productores para que todos puedan participar de espacios como estos”.
Asimismo, José Luis Russo, director del Centro Regional Corrientes, destacó la relevancia de reflejar las experiencias de todo el país. “Junto con productores apícolas de Curuzú Cuatiá estamos mostrando la experiencia de comercialización de miel y producción apícola, que en 2012 logró la exportación directa a Francia sin intermediarios”, expresó.
Sumado a esto, Carlos Parera, director del Centro Regional Mendoza-San Juan, dijo que ambas son provincias en las que el valor agregado es una pata fundamental. “Tenemos una larga tradición con productos que agregan valor: Viticultores de vino casero, dulces, aceites y frutas y hortalizas procesadas, son algunos de los productos regionales que se destacan por agregar valor”.
“El INTA toma la demanda y desafíos de los territorios. En este sentido, la comercialización es la tercera demanda más importante después del acceso al agua y la tenencia de la tierra”, agregó Ramilo.
¿Por qué agregar valor?
En los próximos cuarenta años, la demanda internacional de alimentos aumentará un 70 por ciento y la población global llegará a los 9.300 millones de habitantes. En este contexto, la Argentina tiene un gran desafío: avanzar en procesos profundos de industrialización de la ruralidad que garanticen la sustentabilidad social, ambiental y económica.
El valor agregado en origen es la base del modelo agroindustrial argentino que favorece el desarrollo de los territorios con sustentabilidad social y ambiental, generación de empleo de calidad y arraigo de la población en el interior productivo.
En la última década, la reorientación general de las políticas públicas creó un escenario favorable para avanzar en procesos de esas características: convertir al país en un proveedor de productos agropecuarios elaborados de alta calidad, posicionados en el mercado externo.
Predicar con el ejemplo
La Argentina tiene un gran potencial fundamentado en las características
únicas de sus cinco regiones. Así, el NOA, el NEA, la pampeana, la patagónica y
Cuyo ofrecen un amplio abanico de riqueza cultural y variedad de ambientes,
climas y producciones.
El concepto de agregado de valor está presente en cada rincón del país y un
claro ejemplo de eso son los 23 casos seleccionados para exponer sus
experiencias en el Congreso.
• Asociación de Productores Hortícolas Pampeanos originada a partir del
Programa “Cambio Rural”.
• Un productor comenzó a implantar y desarrollar el cultivo de Yacón en la zona
del Alto Valle, inexistente hasta entonces en la región.
• Pyme productora de vinos caseros de calidad varietal para el mercado interno
del grupo Cambio Rural Trafen del INTA.
• Con el apoyo del ProFeder del INTA La Rioja, los productores asociados en la
cooperativa COFRULAR agregan valor a sus productos frutihortícolas.
• Diferenciación y Valorización del melón de Media Agua en Sarmiento, San Juan.
• Asociación APROVICAM (Asociación de Productores de Vinos Caseros de Maipú) en
la cual están involucrados los 31 productores de uva y elaboradores de vino y
sus familias, apoyados por el INTA de Mendoza y la Municipalidad.
• Cooperativa en formación, de 30 productores olivícolas tradicionales, que se
inicio a través de la tarea realizada por el Proyecto ProFeder del INTA.
• Planta de Bioetanol BIO4 conformada por 23 productores agropecuarios en Río
Cuarto, Córdoba
• Aprovechamiento y valorización integral del suero lácteo y derivados de PyMEs
de Rafaela, Santa Fe.
• Grupo de 15 pequeños productores de lana y 7 grupos de artesanas que mediante
el hilado y su posterior confección en tejidos artesanales comercializan
productor y aseguran un precio justo. General La Madrid, Buenos Aires.
• Fábrica de lechones A.Pro.Cer Oncativo S.A. manejada por 24 productores
porcinos de pequeña escala.
• PyMES familiar con una producción de 2.000 a 2.200 litros de leche diarios que
elabora alimentos funcionales alto CLA, en Chivilcoy, Buenos Aires.
• Hiladoras de María Grande y El Pingo: ocho mujeres rurales que agregan valor
en la cadena textil, logrando una actividad que las identifica y les da sentido
de pertenencia, mejorando notablemente los ingresos.
• Diez productores agropecuarios medianos que producen harina y almidón en base
a sorgo sin taninos.
• 30 pequeños productores organizados en grupos, vinculados al programa Cambio
Rural del INTA y asociados a la Cooperativa que producen miel orgánica en las
Islas del Paraná en Santa Fe.
• Las Comunidades Unidas de Molinos (CUM) nuclea a 16 comunidades campesinas,
unas 300 familias, y se dedican a la producción textil en Salta.
• Asociación Cooperadora CEA: Pequeños criadores de llamas del altiplano
organizados en cooperativas y asociaciones que trabajan conjuntamente en La
Puna, Jujuy.
• La comunidad educativa de Santa María, Catamarca, elaboran diversos productos
a base a la vaina de algarroba. Trabajan en todo el proceso de agregado de
valor, desde la recolección de las vainas hasta la elaboración de comidas.
• Feria Sol de Orán, Salta, congrega a 35 familias de pequeños productores y
artesanos que comercializan conservas y productos alimenticios.
• Asociación civil con la participación de 90 productores piscícolas en
Caraguatay, Misiones.
• Cooperativas y Asociaciones de Corrientes que comercializan productos apícolas.
• Cooperativa Tambera Esperanza en Misiones que industrializa la leche producida
por sus socios y comercializa quesos artesanales en el mercado regional.
• Tres cooperativas unidas que producen cerdos, los alimentan, faenan y
comercializan cortes frescos, embutidos frescos, secos, escaldados y ahumados en
Chaco.
El valor agregado es la base del modelo agroindustrial argentino que favorece el
desarrollo de los territorios con sustentabilidad social y ambiental, generación
de empleo de calidad, etc.