Pagina nueva 1

La jornada se dividió en dos partes. Primeramente, los asistentes pudieron salir a la pista a presenciar un avión aplicador, donde los miembros de la Cámara explicaron sus principales componentes y modo de funcionamiento. Paso seguido, se realizó una aplicación con agua sobre un lote lindero a la pista de aterrizaje. Allí, pese a las condiciones climáticas adversas, las tarjetas de medición hidrosensible arrojaron el primer dato que causó la sorpresa de los asistentes: la deriva no superó los 70 metros, pese al viento cruzado del oeste de casi 40 km/h.

Luego de la práctica, comenzaron las disertaciones. El Ing. Agr. Augusto Piazza, miembro del Comité de Etica de la Asociación Toxicológica Argentina fue el encargado de analizar el caso de la “Deriva, salud y distancias a zonas urbanas”. “Definimos qué es la deriva, algo que con el ensayo realizado quedó absolutamente demostrado que se puede evitar”, sostuvo el especialista, el que después habló de la toxicidad de los productos químicos, apuntando que todas las sustancias químicas son tóxicas, y por lo tanto requieren de un manejo responsable. “La única forma de evitar el daño es haciendo un uso responsable, ya que existen distintas categorías de toxicidad, pero vale la pena aclarar que las personas de mayor riesgo son los aplicadores y usuarios. Una vez asumido este conocimiento, una aplicación responsable no debería generar inconvenientes”.

Hablando sobre el glifosato, puntualmente, Piazza explicó que el producto se degrada a los 60 días en otra sustancia a base de carbono y fósforo. “Luego de ese plazo, queda retenida en la Materia Orgánica, cuyos microorganismos después la desdoblan (no se puede identificar y no trae problema).

Luego, el Ing. Raúl Walker, presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Santa Fe explicó los alcances de la ley 11.273 de productos fitosanitarios, y del desconocimiento que reina en la opinión pública sobre un tema tan sensible como lo es la producción sustentable de alimentos.

Finalmente, el Dr. Gustavo Marón, abogado de la FEARCA (Federación que nuclea a las cámaras provinciales de aplicación aérea) remarcó la multiplicidad de tareas que desempeña el avión agrícola, no sólo en el uso de productos, sino también en la prevención de fenómenos naturales como el granizo o los incendios. “En Santa Fe es tanta la abundancia que no dimensionan su potencial. En la provincia tienen una flota de 50 aviones registrados, que podrían transformarse en la mayor fuente contra incendios rurales”, destacó.

Derribando mitos
Sandro Peisino, presidente de la Cámara provincial, enfatizó que en el tema muchas veces se habla sin conocimiento. “Por eso quisimos traer un avión al aeropuerto para que quienes sancionan las leyes vean en qué consiste una aplicación aérea. La idea fue mostrar la reglamentación vigente, las medidas de seguridad que nos rigen, que vean y se saquen las dudas sobre la validez de nuestras licencias y nuestro profesionalismo”, esgrimió.

Para Peisino, las condiciones climáticas adversas del día terminaron resultando a favor. “Hoy demostramos que la deriva es controlable, ya que con todas las condiciones en contra, la aplicación fue efectiva. También demostramos que más del 90 % de agroquímicos se aplica con máquina terrestre. De ese 10, menos del 5 % es aplicado por al avión”. Y agregó: “el avión es una máquina específica para un momento de la aplicación, que no pisa los cultivos, ahorra agua y controla las plagas; el vuelo mueve el cultivo y ayuda a penetrar con el producto. Es una herramienta sustentable para un determinado momento, más que nada en aplicación de fertilizantes y plaguicidas. Queremos que se cumplan los controles, dar seguridad en cuanto al impacto ambiental, no tenemos nada que esconder, estamos acostumbrados a cumplir con la ley”, sostuvo.

Finalmente, argumentó la multiplicidad de tareas del avión agrícola: “Aplicamos fertilizantes, podemos combatir los incendios rurales. Trabajamos muy duro todo el verano, donde no nos tomamos vacaciones, y nuestras familias están atrás de las empresas. También podemos aplicar productos orgánicos. Por eso creemos que una eventual prohibición es una aberración que esconde un desconocimiento total. Es un atentado contra la producción agropecuaria y de alimentos, el gran ingreso económico para la provincia”. Y cerró respondiendo que tienen el respaldo de la ciencia. “Aseguramos la producción de alimentos en la provincia con nuestro trabajo. Yo soy ambientalista, siempre me gustó la naturaleza, en nuestra empresa tenemos estrictos controles, como todos los colegas”.

El dato

Ausencias
Pese a la importancia del tema y la categoría de los disertantes, sólo la diputada Susana García (titular de la Comisión de Agricultura) estuvo presente junto a su equipo de colaboradores. Dos legisladores más enviaron a sus asesores por no poder asistir, y el senador Rodrigo Borla tuvo un paso fugaz. Igualmente, desde la Comisión de Agricultura y la de Medio Ambiente, se comprometieron a fijar fecha para futuros encuentros con los responsables del sector.
También en Buenos Aires

La Cámara de Aeroaplicadores de la provincia de Buenos Aires llevó a cabo el programa “Clínica de Calibración para Control de Deriva y Test de Aplicación”. Fueron dos jornadas desarrolladas en el Aeroclub de Colón, en las cuales distintos especialistas, empresas y entidades disertaron acerca de las buenas prácticas en aplicaciones. Además, la entidad participó de una reunión bicameral con el Bloque Frente Renovador para discutir distintos proyectos presentados y que restringen el uso de agroquímicos. “A nuestro entender fue una reunión muy positiva porque las entidades que estuvimos presentes, cámaras de fertilizantes, agroquímicos, acopiadores, AAPRESID y CREA-, pudimos analizar algunos puntos: como la búsqueda de consensos para las distancias de prohibición de uso de fitosanitarios tanto terrestres -100 metros-, como aéreos -200 metros- de cascos urbanos; la importancia de darle un lugar preponderante a los organismos de aplicación de este tipos de normas que legislan toda la actividad, y cómo lograr que las leyes nacionales o provinciales fijen máximas que después en las ordenanzas municipales sobrepasadas, prohibidas o limitadas”, afirmó Diego Ortega, presidente de CAPBA.
"Quisimos traer un avión al aeropuerto para que quienes sancionan las leyes vean en qué consiste una aplicación aérea. La idea fue mostrar la reglamentación vigente y las medidas de seguridad que nos rigen. Que vean y se saquen las dudas sobre la validez de nuestras licencias y nuestro profesionalismo”