El aluvión de unos US$ 600 millones que Guillermo Moreno buscaba obtener en pocos días con la apertura de 3 millones de toneladas para exportación de la última cosecha de maíz corre riesgo de ser un lento goteo antes que una lluvia de divisas.

Según operadores de granos, dos factores dificultan que el secretario de Comercio Interior pueda obtener en lo inmediato esos dólares: por un lado, el contexto internacional, marcado por la presión que está ejerciendo el inminente ingreso de una gran cosecha de los Estados Unidos; por otra parte, hay cierta desconfianza de que ese volumen de maíz que Moreno autorizó a exportar el miércoles 11 de este mes realmente exista.

En cuanto al plano internacional, los exportadores toman en cuenta que el arribo de la cosecha de los Estados Unidos al mercado les puede hacer más difícil cerrar negocios.

"No veo que vaya haber mucha gente enseguida queriendo anotar exportaciones. Si queremos exportar, éste es un momento donde tendríamos que salir a competir con los Estados Unidos y el remanente de la cosecha de Brasil", ilustró un operador, pidiendo reserva de su identidad. "Hoy se está confirmando una megacosecha en los Estados Unidos (351,64 millones de toneladas) y eso baja los valores", coincidió otra fuente.

Un factor adicional proviene de Ucrania y Rusia. Se estima que, entre los dos países, cosecharán casi 40 millones de toneladas y podrán exportar al menos la mitad. Le agregan así más presión a la oferta del cereal.

En la cadena del maíz reconocieron esta situación en el mercado internacional. Así lo sostuvo Martín Fraguío, director ejecutivo de la Asociación de Maíz y Sorgo Argentino (Maizar): "El contexto externo no estimula la exportación por los Estados Unidos y Brasil". Fraguío señaló, no obstante, que hay "una demanda interna activa e importante". En rigor, en las últimas semanas la demanda interna se encontraba ofreciendo en algunos casos hasta 50 pesos por tonelada o más que los exportadores ($ 910 contra 860 pesos, por ejemplo).

A destiempo

En el mercado sostienen que el funcionario tendría que haber abierto antes este cupo para evitar que la Argentina se encuentre con la presión del ingreso de la cosecha de los Estados Unidos. De hecho, algunos operadores creen que el ingreso de divisas podría haber sido US$ 100 millones más de lo que ahora busca Moreno.

Pero el funcionario no abrió antes el cupo porque en agosto pasado pidió a los productores que declararan cuánto maíz tenían.

Contra lo que dicen analistas privados y bolsas de cereales, que estiman que la cosecha del cereal en la Argentina se ubicó en torno de los 25 millones de toneladas, para Moreno los productores declararon 30,06 millones de toneladas [29,3 millones como grano comercial].

Sólo Moreno conoce las declaraciones juradas, ya que no es público el acceso a lo declarado por los productores. En ese contexto, el funcionario otorgó el cupo de 3 millones de toneladas que se suman a los 17,5 millones de toneladas que ya se habían autorizado del ciclo 2012/2013.

Entre los operadores hay dudas sobre si realmente hay suficiente maíz para cumplir con ese cupo. Por eso, algunos temen una jugada de Moreno para que igual las cerealeras anoten exportaciones y paguen las retenciones del maíz.

"Cualquier exportador dice que hay 25 o 26 millones de toneladas. Van a esperar para anotar porque tampoco quieren que les pase lo que sucedió con el trigo", contó una fuente.

Vale recordar: en el caso del trigo, Moreno llegó a habilitar permisos de embarque por 5 millones de toneladas, pero luego, con una cosecha magra, ordenó que se vendieran sólo 3 millones de toneladas, con lo cual tuvieron que anular contratos que ya tenían cerrados con el exterior.

"No sabemos si se van a llegar a embarcar el total de los 3 millones de toneladas", señaló un exportador.

Lo que viene

Según trascendió, antes de la apertura de este cupo las grandes cerealeras presentaron solicitudes para exportar casi un millón de toneladas de maíz. Esas solicitudes no se aprobaron. Ahora, las empresas pidieron la anulación de esas solicitudes y están a la espera de que la Unidad de Coordinación y Evaluación de Subsidios al Consumo Interno (Ucesci), que controla Moreno, responda. Recién ahí eventualmente buscarán permisos si quieren exportar.

El reparto de cupos para grandes y chicos

Luego de que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, autorizara la exportación de 3 millones de toneladas de maíz del ciclo 2012/2013, el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), donde están agrupadas las grandes cerealeras, y la Cámara de Productores y Exportadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), que reúne a firmas chicas, cooperativas y empresas cercanas a Moreno, se repartieron esa cuota.

En rigor, las empresas agrupadas en CEC tendrán 2,1 millones de toneladas de maíz para exportar, mientras que las de Capeco contarán con 900.000 toneladas. En el caso del CEC, las empresas se van quedando con el cupo por orden de llegada y en la medida en que manifiestan el interés por exportar. Mientras tanto, las que operan en la cámara promovida por Guillermo Moreno, hoy presidida por el ruralista Ider Peretti, tienen que informar cuántas toneladas están dispuestas a vender. Sólo luego de ese paso, en la cámara se decide cuántas toneladas les corresponde a cada una de las empresas asociadas.