El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, sorprendió a un centenar de empresarios el martes por la mañana, en una reunión que mantuvo en su despacho de la Diagonal Julio A. Roca. Lejos de las recetas que suele emplear para manejar la parte que le toca de la economía, mostró un poco conocido interés por la "dieta" de las compañías nacionales. "Queremos que crezcan en músculo, no en grasa", les espetó.

Así se refirió a su intención de que las industrias domésticas utilicen las trabas a las importaciones que impone el Gobierno para mejorar en "competitividad", un término que el funcionario repitió en múltiples ocasiones durante el encuentro.

El objetivo, según admitió Moreno, es que las empresas estén preparadas para cuando el Estado levante esas restricciones, algo que podría ocurrir "en dos años", según el funcionario.

Todo ocurrió en el marco de un encuentro con empresas petroleras dedicadas a la búsqueda y producción de hidrocarburos y con sus proveedores actuales y potenciales con actividades en el país.

Por el lado de las petroleras, estaba un puñado de ejecutivos en representación de empresas con capacidad de compra por millones de dólares al año: Natalio Battaglia, country manager de Pluspetrol; Diego Saralegui, gerente de Relaciones con el Gobierno de Petrobras; ejecutivos de YPF y de otras petroleras.

En representación de los posibles proveedores, la convocatoria también fue variada, aunque no estaban los industriales más importantes afines a Moreno, como Juan Carlos Lascurain, presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra), o Ider Peretti, de la Confederación General Empresaria (CGE), el responsable de la convocatoria. En su reemplazo estuvo Daniel Rosato, presidente del parque industrial de Berazategui.

Moreno dio algunas definiciones. El funcionario sostuvo que "la macro está bien", pero que los problemas centrales pasan por "la micro". En ese punto, les recomendó a los proveedores comenzar a desarrollarse y especializarse, porque la ayuda del Estado no duraría para siempre.

En otro tramo del encuentro, les preguntó a los empresarios cuál creían que era el margen de rentabilidad que debía tener su negocio. Luego de un silencio prolongado, uno de los asistentes arriesgó una cifra: "5 por ciento", dijo. "Me parece que te quedás finito", le respondió. Y deslizó que las empresas que tuviesen más capital invertido deberían ser las que más ganen, por encima de aquellas cuyo gasto principal es el pago de los salarios de sus empleados.

El secretario de Comercio Interior reveló otros entuertos y decisiones difíciles a las que lo enfrenta su función.

Reconoció, por caso, que no puede dejar entrar barcos chinos con tubos de acero sin costura, "como quisiera YPF" para abaratar sus costos. En el país, esos insumos se fabrican en Siderca, la planta que Techint tiene en Campana.

Moreno además adelantó que la próxima reunión de la Mesa de Petróleo tendrá lugar en marzo del año próximo. Aunque deslizó que no tenía claro si para ese momento él estaría en el cargo.