Los campesinos del norte de Salta piden ayuda para enfrentar la sequía que atraviesa su provincia, y que ha provocado la caída del 30% de bovinos, caprinos y porcinos, que se vieron afectados por la falta de agua y alimento.
De acuerdo a lo informado por el diario El Tribuno, los pueblos de Padre Lozano, Senda Hachada, Campichuelo, Misión Chaqueña, Hickmann, Fortín Dragones y un centenar de parajes fueron gravemente afectados por tal fenómeno climático. Asimismo, los campesinos denunciaron que no obtuvieron respuestas del municipio de Embarcación y del Gobierno de la Provincia para hacer frente a esta situación.
Las represas y lagunas se han secado y los que más están sufriendo las consecuencias son los campesinos que no tienen con pozos. Los pocos que pueden proveerse de agua también están afectados porque no cuentan con forraje para los animales.
Una comisión de vecinos integrada por Iván Ramos, Irene Martínez, Luis Ibarra, Adrián Ramos, Walter y Tomás Antolín, Doroteo Ordóñez, Mario Molina y Teresita Ramos, se reunieron en la casa de Alicia Torres, en Hickmann, donde plantearon la gravísima crisis por la que están pasando.
“Ante la falta de respuesta del intendente de Embarcación, Alfredo Llaya, viajamos a Salta para reclamar una ayuda, pero hasta ahora no obtuvimos ninguna respuesta”, expresaron. Los criollos manifestaron que “quienes la están pasando muy mal son los que no tienen un pozo para sacar agua y que son muchos”.
Dijeron que aún los pocos que pueden proveerse de agua también están afectados porque no cuentan con forraje para los animales. “El poco verde que en otros tiempos teníamos para esta época del año ha desaparecido y los pobres animales no tienen qué comer”, señalaron.
La situación se complica más aún porque en el estado en que están los animales no los pueden vender para adquirir algún tipo de alimento. “Nosotros no tenemos sueldos ni planes, y vivimos de los pocos animales que criamos”, expresaron. Según los campesinos, uno de los paliativos era la fabricación de quesos y quesillos para la venta, pero por la sequía nada de esto se pudo hacer.
De igual manera se vieron impedidos de sembrar zapallos y ancos para alimentar a los cerdos. “Esta es una desgracia total, ya hemos golpeado todas las puertas habidas y por haber y nadie acude en nuestra ayuda”, sentenciaron. El panorama en la zona es tan desolador que ni siquiera los cuervos vuelan en sus cielos, pese a la mortandad de animales.
“Los pobres están cuero y hueso que ni siquiera despiden olor para atraer al bicherío”, graficó don Walter Antolín, quien reside en el puesto Campo El Cuervo. En tanto, Alicia Torres mostró el estado calamitoso en que se encuentran sus vaquitas que beben agua con barro. “Muchas mueren empantanadas porque no tienen fuerza para salir”, dijo.