En el marco del “Programa Nacional de Agregado de Valor y Agroindustria”, la Bioq. Livia Negri, Coordinadora del Proyecto Específico denominado “Herramientas y Sistemas de Gestión de la Calidad Integral”, lideró el primer taller de capacitación sobre “Buenas Prácticas en Tambo (BPT)”, dirigido a un grupo de profesionales de diferentes instituciones que debatieron sobre el uso de herramientas de gestión de calidad que tiendan a motivar mejorar en inocuidad y calidad la leche, con posicionamientos en la prevención de posibles peligros de los alimentos elaborados a partir de ella. Como anfitrión, el Ing. Agr. Walter Mancuso recibió a todo el contingente en la EEA Paraná del INTA, en Entre Ríos.
Además de Livia Negri, y en representación de la Cátedra Producción de Leche de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba, dictó la capacitación la Ing. Agr. Verónica Aimar, desarrollando diversas actividades enmarcadas en el módulo Gestión de Calidad del citado Proyecto Específico.
Previo a este taller, hubo un trabajo previo muy importante de discusión y puesta en común sobre BPT, en el que participan varias instituciones de Argentina, Chile y Uruguay. Dicho trabajo es coordinado por Livia Negri y Verónica Aimar, con actividades orientadas especialmente al desarrollo de los protocolos de buenas prácticas en el tambo dentro de las cuencas lecheras argentinas.
“Esto tiene dos etapas, la primera está vinculada con el desarrollo y validación de dichos protocolos a partir de un esquema ya consensuado por los especialistas consultados y, una vez realizada la citada validación, se realizará la difusión a nivel más amplio, con capacitaciones para los potenciales usuarios interesados en aplicar BPT a nivel país”.
“Ahora estamos en la etapa de aplicación del mencionado primer borrador de BPT en tres sistemas reales ubicados en las provincias de Santa Fe, Buenos Aires y Entre Ríos, a fin de ajustar y validar ese protocolo a nivel de campo. La idea es que sea algo accesible para el técnico de campo y para el productor, a partir de protocolos consensuados, más simples y amigables que los actualmente disponibles, donde generalmente se requiere de personas muy calificadas para aplicar las guía o instructivos”, aclaró el Ing. Agr. Walter Mancuso.
El protocolo cuenta con una validación para la que se seleccionaron tres sitios, uno es el INTA Rafaela; otro es aquí en la provincia de Entre Ríos, en las instalaciones la Fundación Judaica de Colonia Avigdor, y, el tercer sitio es en la provincia de Buenos Aires.
Para elaborar la validación, se dictó la capacitación en una jornada teórica, en gabinete; y otra jornada práctica donde se ejercitaron los responsables a campo en la escuela Agrotécnica Las Delicias, con relevamientos y pericias a consensuar.
“La actividad que nos involucra en este día, específicamente, es elaborar un plan de buenas prácticas en el tambo. Particularmente enmarcado en un proyecto del año 2010, de la cartera anterior del INTA que fue del área estratégica de alimentos, donde se desarrolló una guía de buenas prácticas en el tambo en el marco interinstitucional con un comité redactor de 25 profesionales: asesores, universidades, o sea, abarcando y representando bien a todo el sector lechero. Esa guía teórica ahora la estamos validando en tambos reales y seguimos trabajando en el desarrollo de la misma de manera que sea robusta.
Entonces, esto es una actividad interna con los profesionales de INTA, de otras instituciones gubernamentales y de todos aquellos que participan del desarrollo de este material. Lo estamos consensuando con ellos para que esto sea entendible por el productor y pueda ser adoptado de manera sencilla. Nos abocamos ya más en el terreno en los tambos. Pero todavía internamente. Es una herramienta de gestión de calidad, y como toda herramienta de gestión de calidad apunta a la organización fundamentalmente”, informó la Bioquímica Livia Negri.
La Ing. Agr. Verónica Aimar (UNC) destacó las utilidades de la guía en consenso, “sirve para hacer un diagnóstico aunque en realidad tiene varias funciones. Destaco que es una ayuda para detectar problemas en el establecimiento, para ver dónde no estamos trabajando de la manera correcta o de la manera más correcta. Apunta a mejorar la calidad del producto y la eficiencia del proceso, Y también apunta a un trabajar con el cuidado de la inocuidad del alimento, respetando la seguridad de los trabajadores, el bienestar animal y el medio ambiente.
O sea es bastante más amplio que mejorar la calidad del producto”, afirmó la Ingeniera Agrónoma. Y agregó “el valor agregado esta guía es el consenso, es un elemento muy importante. Porque diferentes instituciones lo reconocen como válido pues han participado en ella, hemos consensuado lo que está escrito. Creo que ese es el gran valor que tiene este trabajo”.