Por Matías Longoni
El último 7 de mayo, Cristina Kirchner anunció la creación de un fideicomiso que serviría para devolver a los productores de trigo al menos una parte de las retenciones. Menos de cuatro meses pasaron y ya se sabe que ese anuncio será un nuevo chasco de la política agropecuaria oficial: el fideicomiso nunca se creó, los chacareros bien gracias, y las únicas que podrían recuperar algo de dinero son las grandes cerealeras.
Fuentes cercanas a la operación confiaron a Clarín que -como en tantas otras ocasiones-, el anuncio presidencial fue dado de baja por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno.
Tras aquel discurso de Cristina, Moreno encomendó a los exportadores y molinos que propusieran un reglamento para el fideicomiso a crear en el Grupo Banco Nación. Allí la Aduana debería depositar la plata recaudada por derechos de exportación al trigo, del 23%, para luego repartirla entre los productores. Los privados hicieron los deberes. Pero desde hace un par de meses no tuvieron más noticia.
“Moreno cajoneó todo”, avisó un empresario.
En un puntilloso estudio, el dirigente rural cordobés Néstor Roulet reveló la razón por la que el poderoso funcionario dejó sin efecto la prometida devolución de retenciones a los chacareros, que él mismo hizo anunciar a la Presidenta. En base a datos oficiales, Roulet analizó los permisos de exportación otorgados por Moreno a las cerealeras, los famosos ROE Verde, y concluyó que existe un remanente de 2 millones de toneladas por el que las cerealeras anticiparon el tributo. En consecuencia, aunque haya una recuperación de la producción en la campaña 2013/14, y que se pueda exportar algo más de trigo, no habrá dinero para devolver al productor, pues el Estado ya cobró adelantado unos 120 millones de dólares, que ahora las cerealeras querrán recuperar.
Los 2 millones de toneladas de trigo con ROE otorgado y pagado (la norma permite anticipar derechos de exportación para obtener un plazo de embarque de 1 año) son las que el propio Moreno obligó a las exportadoras a volcar al mercado interno cuando, tras un grosero error de cálculo, descubrió que tras una magra cosecha el cereal disponible no iba a ser suficiente para cubrir el consumo doméstico de este año. Por eso, de las 5 millones de toneladas habilitadas a la exportación se concretó el envío de solo 3 millones. Según Roulet, se perdieron US$ 1.554 millones de ingresos.
Como las cerealeras no pudieron concretar dichos embarques, ahora se les concedería una “prórroga extraordinaria” para que puedan pasar los ROE pendientes a la próxima campaña triguera. Así el Estado evitará tener que devolver de inmediato los US$ 120 millones que ya cobró. Eso sí, por más trigo que se exporte en 2014, no ingresará plata para cumplir la promesa presidencial de reintegros a los productores y el bendito fideicomiso habrá perdido sentido.