El recelo con el que el Gobierno vigila y decide a qué evento pueden concurrir funcionarios y técnicos del Estado tuvo otra manifestación hace quince días. En Bahía Blanca, técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), un organismo vinculado con la extensión a campo, tuvieron que suspender su disertación en una charla organizada por una entidad de productores porque recibieron una advertencia de que esa convocatoria tenía supuestamente un trasfondo político.

Como en otras oportunidades, la Asociación de Ganaderos y Agricultores de Bahía Blanca (AGA) hizo el 1° del actual, junto a la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), una jornada ganadera. Fue en la Cámara Arbitral de Cereales de esa ciudad. Un folleto de la charla, ilustrado con un campo con vacas y una urna de votación sobresaliendo, invitaba a la "capacitación técnica y participación ciudadana".

Hablaron Víctor Tonelli, consultor ganadero, y el constitucionalista Carlos Baeza, oriundo de Bahía Blanca, cuya charla se denominó "Quiera el pueblo votar, las primarias abiertas, elecciones de medio término, fiscalización de la elección".

También figuraban en el programa los técnicos Carlos Torres Carbonell, Ángel Marinissen y Gerónimo de Leo, del grupo técnico INTA Bahía Blanca. Debían disertar sobre temas de manejo ganadero y pasturas, pero no lo hicieron.

"Tres días antes nos llamaron diciendo que habían recibido una orden de que no podían dar la charla. Dijeron que se mezclaba la parte técnica con el tema del constitucionalista [por Baeza], pero no se habló de política y no se habló de una crítica al Gobierno; la charla del constitucionalista fue sobre el sistema democrático, los fiscales y las PASO. No fue una charla con un fin político. La gente del INTA ya sabía el temario. Nos aseguraron que la orden de no dar la charla vino de arriba", contó a LA NACION Luis Álvarez, presidente de la Asociación de Ganaderos y Agricultores de Bahía Blanca.

Álvarez lamentó lo sucedido porque, según destacó, siempre allí tuvieron una muy buena relación con el INTA y valoran su trabajo. De hecho, AGA integra el consejo zonal del INTA junto a otras entidades. "Siempre recalcamos la buena labor de sus técnicos", dijo.

Política y cuestión técnica

Consultada por LA NACION, una fuente vinculada a la conducción central del INTA negó que hubiera partido desde allí la orden para que no asistieran a la charla. Pero admitió que los técnicos "se bajaron" porque la charla del constitucionalista tenía un perfil político.

El presidente del INTA es desde 2009 Carlos Casamiquela, un ingeniero agrónomo que ingresó en el INTA en 1974. En tanto, su vicepresidente es Francisco Anglesio, un ingeniero agrónomo que hoy exhibe como capital político tener línea directa con Máximo Kirchner y La Cámpora, agrupación que llegó a respaldar una candidatura suya para intendente en Río Gallegos.

"No hubo ningún llamado [desde la conducción del INTA] para que no participaran. Lo decidieron las autoridades locales [del organismo]. Los técnicos se bajaron porque esta jornada se hizo dándole un cariz político, tan político que la imagen del folleto de la jornada era una urna de votación. Estaban promoviendo algo vinculado al tema electoral y eso no tiene nada que ver con la razón del INTA, que no participa en política y somos un organismo técnico", respondió la fuente del INTA.

Para Álvarez, lo ocurrido con los técnicos fue "una barbaridad".

El INTA no estuvo en la última exposición de la Sociedad Rural Argentina (SRA). La semana pasada, Casamiquela asistió al congreso en Rosario de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), una entidad técnica.