Hasta hace un par de años era difícil pensar en combinar la ganadería con la forestación, para los productores ha sido difícil implementarlo, sin embargo la evolución ha sido impactante.

Para el doctor en ciencias veterinarias y asesor de establecimientos foresto ganaderos de la provincia, Germán Zehentner, “era cuestión de ver las cosas con otros ojos.

Los productores decían que no funcionaba y además nos encontramos con el problema de las unidades de producción pequeñas”.

En la provincia de Misiones, se estima que son 40.000 hectáreas las afectadas al sistema foresto ganadero, con dos cabezas por hectárea. El sistema de recría, según el especialista, “es el más adecuado para el productor misionero y el que mejor puede ser desarrollado, debido a que requiere menos conocimiento que hacer cría o engorde, alberga dos cabezas por hectárea, haciéndolo bien respetando el árbol, el forraje, el suelo y el agua”.

Actualmente, Misiones tiene un tercio de su superficie dedicada a la actividad forestal, es ese terreno el que se debe ganar en foresto ganadería. Para Zehentner, “si hacemos números, la ganadería sola, en algunos casos, es de vacas flacas y la forestación está pasando un momento delicado debido a valores mínimos de la actividad. Es importante manejar las dos cartas en el mismo espacio”.

Para los investigadores y desarrolladores del sistema, “esto le cae tan bien al productor misionero, no solo porque todo es favorable, sino porque la provincia tiene el índice de crecimiento más alto del país en el sector forestal y forrajero”. En las unidades productivas más pequeñas, de 20 a 50 hectáreas, probablemente, sea la actividad que mejor encaja debido a que se puede desarrollar con la familia. En la opinión de Zehentner “en la cría de ganado pueden ayudar las mujeres y los jóvenes, a quienes les gusta mucho los animales”.

Para el asesor en implementación de los sistemas silvopastoriles, “Misiones tiene un terreno enorme a ganar todavía, sin intentar llegar al autoabastecimiento, lo que es muy poco probable, debido a que los suelos permiten hacer otra actividad en la chacra”. Zehentner subrayó que el sistema silvopastoril “es una actividad en la que los productores con conocimiento elemental pueden ir avanzando, el estado participa fuertemente en ese sentido. Lo que se necesita es que el productor haga una reconversión de sus hábitos de trabajo para insertarse y lograr una transformación”.