La siembra aérea de pasturas realizada por Ricardo Matrelle en Gonzales Chaves, la primera experiencia de esta técnica en el distrito, dio mejores resultados que los esperados. Según informó el diario La Voz del Pueblo de Tres Arroyos, gracias a las buenas lluvias de otoño, el raigrás con trébol rojo y la avena que fueron esparcidos a fines de febrero sobre un lote de maíz alcanzaron un gran desarrollo.

“El pastizal que hay abajo el maíz es impresionante", expresó Ricardo Matrelle. El productor decidió probar con la técnica que es utilizada en la zona núcleo pero que no tenía antecedentes en campos de Adolfo Gonzales Chaves y hoy tiene una buena reserva forrajera para las vaquillonas recién paridas y las que están por parir en las próximas semanas.

A fines de febrero, el chavense contrató al aeroaplicador, Iván Orellano, para que realizara una siembra área de raigrás con trébol rojo y avena en un lote de maíz. La idea la tenía rondando en la cabeza desde que a mediados de 2012 el veterinario Martín Correa Luna, técnico del INTA Venado Tuerto especializado en mejorar la producción ganadera, contó en una charla realizada en Chaves sobre los beneficios de la siembra aérea de pasturas y los resultados que daba en los campos de la zona núcleo.

En consecuencia, el productor decidió hacer la siembra aérea en dos parcelas separadas por un cañadón, una de 20 hectáreas y otra de 10. A las dos les sembró un tercio de avena y el resto de raygrás con trébol rojo. El plan era echarle después unos lotes de vaquillonas que parieron entre abril, mayo y junio. "Así, cuando terminara la parición iba a tener el rastrojo o el maíz para pastorearlo en caso de no haber podido cosecharlo. Y abajo estaría la pastura. El alimento ideal para esas vaquillonas que necesitan una ración fuerte", explicó Matrelle.

"La verdad es que la pastura vino espectacular. En una de las parcelas iba a cosechar el maíz la semana pasada, pero por el temporal no pude y decidí meter las vaquillonas recién paridas. La intención es cosechar la otra parcela, pero si no, también le echaré la hacienda", relató.

"El maíz está bastante lindo por eso voy a cosecharlo, porque necesito un poco de granos para los terneros futuros, ya que yo suplemento al pie de la madre", agregó. Con satisfacción, Ricardo contó que la pastura que está abajo del maíz "debe tener más de 40 centímetros de alto, está a la altura del marlo".

Más allá de que el año vino bien desde lo climático, Matrelle aclaró que de no haber realizado la siembra aérea se le hubiera complicado el manejo por la falta de reserva. "Porque los campos naturales y las pasturas no rindieron, pese a que tuvimos un otoño muy bueno. Venimos con los campos muy arrasados, esos cuatro años en los que tuvimos una sequía grande le pegamos una paliza terrible y las pasturas todavía lo sienten", explicó.

La siembra aérea tiene dos beneficios principales. Por un lado que se gana tiempo porque se implanta la pastura con el maíz logrado y no hace falta esperar a que sea cosechado. Por otro, la oferta forrajera que se puede generar. "Si tengo posibilidades de cosechar maíz, algo que en esta zona no se da muchas veces, lo levanto para tener forraje. Pero en caso de que la planta no hubiera alcanzado a formar un choclo, meto la hacienda en el maíz en pie. De ese modo tengo la planta entera y abajo la pastura, y logro raciones de alta calidad", concluyó.