Influencia de la altura de la pastura y el estado corporal sobre la eficiencia reproductiva en vacas de cría
María Valeria Donzelli y Julio César Burges - INTA
Unos de los aspectos fundamentales para el éxito productivo y económico de los rodeos de cría es la eficiencia reproductiva y la misma está fuertemente condicionada por el estado nutricional de los vientres. La evaluación del estado nutricional a través del monitoreo de la condición corporal es una importante herramienta de manejo para la toma de decisiones ya que refleja las reservas corporales disponibles. Cuando las reservas corporales al parto son inadecuadas, se produce un incremento del intervalo del parto al primer celo (anestro posparto). Como consecuencia, se atrasa la parición y disminuyen las chances de lograr la preñez, sobre todo, en rodeos con entore estacionado.
Por otro lado, un bajo consumo de nutrientes durante el postparto y la lactancia pueden incrementar la duración de dicho intervalo, particularmente, en vacas con baja condición corporal. Por el contrario, cuanto mejor es el estado corporal al parto y mayor el consumo de nutrientes durante el posparto, mayor será la cantidad de vacas cíclicas dentro de los 60-80 días postparto (figura 1). Esto aumenta la cantidad de vientres en cabezas de parición y disminuye el porcentaje de vacías. Es por esta razón que, durante la época de servicio, también es necesaria una nutrición adecuada para lograr el éxito reproductivo.
Figura 1. Porcentaje de vacas que presentan celos durante el posparto según la condición corporal
Altura de la pastura y condición corporal al servicio.
La altura de la pastura juega un rol fundamental en la actividad sexual posparto de las vacas. Cuanto mayor es la altura del pasto mayor es el volumen de forraje disponible por lo cual las vacas comen más kilos por día y, en consecuencia, se ve reflejado en un mejor estado corporal de los vientres. En experiencias realizadas en la zona de Balcarce hemos observado que las vacas mostraron mayores ganancias de peso por cada centímetro extra registrado en la pastura (Figura 2).
Es importante saber que, cuando hablamos de altura y volumen de pasto, hacemos referencia a la presencia de hojas. Es por eso que hay que tener especial precaución para evitar que la altura de la pastura no sea excesiva ya que puede implicar una subutilización del recurso forrajero y una pérdida de calidad del mismo (pasturas “encañadas”).
Por ejemplo, en las experiencias antes mencionadas hemos observado que las pasturas de agropiro, manejadas mediante pastoreo continuo entre 8 y 15 cm, mantuvieron una digestibilidad de más del 70% durante el fin del invierno y primavera y los animales mostraron una condición corporal de más de 3 al inicio del servicio (Figura 3). Esto determinó que aquellos vientres con condición corporal de 3 o más presentaran una tasa de preñez por encima del 93%.
Figura 2. Ganancia de peso de las vacas manejadas sobre pasturas de diferente altura durante el posparto
Figura 3. Altura de las pasturas durante el posparto y condición corporal de las vacas al servicio
¿Qué hacer para asegurar la preñez en el rodeo cuando la condición corporal y la altura de las pasturas son inadecuadas?
En las experiencias que hemos realizado se han observado rodeos en los que la condición corporal fue menor a 3 y el consumo de pasto limitado por una baja altura de las pasturas (menor a 8 cm), en general, asociado a casos en los que se intentaba una carga animal muy alta para las condiciones del campo o bien cuando las condiciones climáticas de ese año fueron adversas. En estas condiciones sería esperable una baja tasa de preñez por lo que técnicas como el destete precoz estarían indicadas.
Justamente, en esos casos hemos realizado el destete precoz cuando la condición corporal de las vacas y la altura de las pasturas fue limitante y esto permitió mantener la tasa de preñez cercana al 88 %.
Y durante el invierno…. ¿como alimentamos?
La restricción alimentaria invernal de la vaca de cría es un fenómeno que se produce comúnmente y en forma casi natural en todos los rodeos de cría manejados sobre pastizales. Esto no es más que el resultado lógico que el invierno es el período del año con menor crecimiento de las pasturas y pastizales.
Esta es una de las razones por las que en campos de cría se recomienda el realizar el entore una vez avanzada la primavera. Si hacemos coincidir el período de menores requerimientos con el de menor disponibilidad forrajera, se optimiza el número de vientres que se pueden manejar en un establecimiento.
Hay diversos trabajos cuyos autores afirman que luego de haber realizado el destete de los vientres es posible someter a las vacas a una restricción alimentaria otoño–invernal controlada asegurando una sobrealimentación durante el posparto suficiente como para recuperar la condición corporal. De esta manera no se perjudica severamente el porcentaje de preñez.
Es decir, la idea que proponen es restringir la alimentación cuando el campo dispone de menos pasto (otoño e invierno) y/o si las reservas forrajeras no son de buena calidad nutritiva (por ejemplo, heno cosechado de excedentes primaverales). En esta época (otoño-invierno), el animal tiene bajos requerimientos por efecto del destete y por una preñez temprana.
Una condición necesaria para someter a la restricción a una vaca preñada es que al momento de iniciar la restricción esté en buen estado corporal (para ello es primordial evitar prolongar excesivamente la lactancia). Pero además, luego de la parición se debe asegurar un mejor nivel de alimentación permitiendo ganancias de peso durante la lactancia. De esta manera, tanto la preñez como el intervalo entre el parto y el primer celo pueden ser óptimos.
Algunas cuestiones de manejo para tener en cuenta !!
Es importante registrar la condición corporal, sobre todo en momentos claves:
1) Al destete, para decidir qué animales entran o no en restricción. Separar los vientres según la condición corporal puede permitir al productor alimentar de manera diferencial y así permitir la recuperación de las reservas corporales de aquellas vacas que lo requieran y evitar así problemas reproductivos asociados a problemas nutricionales.
2) Al parto y al servicio, aquellos vientres que presenten pobre estado corporal es aconsejable destetarlos precozmente para disminuir los requerimientos de la vaca, permitir la recuperación del peso y asegurar la preñez.
3) Al finalizar el servicio, es importante evaluar la cantidad de vacas preñadas. Si las mismas presentan una condición corporal de 3 puntos o más al inicio y al fin del servicio y se registran bajos porcentajes de preñez, el productor puede sospechar que factores no nutricionales estarían siendo limitantes. En este caso, podrían estar presentándose problemas sanitarios, por lo cual sería aconsejable la consulta con el veterinario.
4) En el caso de no disponer de forraje en cantidad y de calidad o por querer reservar el pasto disponible para el período posparto, es posible realizar restricción alimentaria invernal. Recordar que en este caso, las vacas deben comenzar la restricción con condición corporal mayor a 3 y una vez finalizada, se debe alimentar permitiendo ganancias de peso.
Usar la CC como una herramienta de manejo provee información útil del estado nutricional del rodeo y permite tomar decisiones sobre el uso del forraje y manejo de los animales para lograr un adecuado comportamiento reproductivo y productivo, y en definitiva, cumplir con el objetivo de mejorar la rentabilidad de la empresa ganadera.
La diversidad de situaciones productivas, de razas, las diferencias climáticas y/o regionales e inclusive, la misma variabilidad climática entre años propia de los sistemas pastoriles de cría, atentan con la posibilidad de establecer recomendaciones rígidas de manejo.
En este sentido, el mecanismo que involucra la condición corporal, la altura de las pasturas y el consumo animal sobre los resultados reproductivos del rodeo, puede ser tomado como guía para la toma de decisiones.