La medidas comerciales impuestas por el Gobierno nacional no fueron capaces de contener el incremento de precios de los productos que utilizan a la harina como uno de sus insumo, por ejemplo las pastas y los panificados, entre otros. Así lo afirmó la consultora Economía & Regiones (E&R) que, en su último informe, hizo hincapié en que los valores máximos para la harina establecidos por la Secretaría de Comercio Interior de la Nación, no detuvieron el aumento del costo del pan en el país.
El centro de estudio detalló que entre enero de 2010 y junio 2013, el precio minorista de la harina creció un 98,7%; mientras que el pan tipo "mignon" subió un 658%; el pan lactal, un 322%; las galletitas de agua, un 252%; y la docena de facturas, un 144%. "Esto sucedió porque el resto de los insumos que componen el precio, como la levadura, el agua, la sal, la energía y costos laborales, de comercialización, se incrementaron mucho más que la harina. Cuando en 2007, con un kilo de asado de ternera se compraron más de tres kilos de pan, hoy se compran menos de 2,4 kilos", explicó el centro de estudios.
Según la investigación, en el mercado minorista, el valor de la harina se encuentra regulado y presenta aumentos menores a la inflación promedio -calculada mediante el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Congreso-. Por ello, según la consultora, las políticas implementadas lograron contener "a medias" el precio del kilogramo de harina en las góndolas de los supermercados, hasta principios de este año, cuando la escasez del producto generó un aumento de un 50% sólo en el primer semestre de 2013.
Respecto de la producción de harina, E&R expresó que los empresarios molineros recibían una compensación por la diferencia entre el valor del trigo (su insumo) y la bolsa de harina que permitía cubrir los costos, y vender harina a bajo precio. "Sin embargo, desde la disolución de la ex Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca), el Estado nacional dejó a cargo de ese procedimiento a la Unidad de Coordinación y Evaluación de Subsidios al Consumo Interno (Uceci), el cual estaría retomando los pagos atrasados pero disminuyendo subsidios", subrayó la consultora, agregó: "en un marco de escasez de trigo y de recorte de subsidios, los molineros se vieron obligados a disminuir el volumen de molienda y se generó la escasez".
El Gobierno nacional aplicó cupos y retenciones de exportación en el sector, con la idea de asegurar el abastecimiento interno de trigo, y para desdoblar su precio del costo internacional. "La imposibilidad de exportar el excedente por las restricciones, amplió la oferta local y deprimió los precios que recibe el productor", subrayó la consultora en su informe.