Mientras siguen multiplicándose las incógnitas sobre el abastecimiento de trigo, luego de la peor siembra en 110 años, en la provincia el nuevo ciclo está en marcha con luces y sombras que aportan también una cuota de incertidumbre sobre la próxima cosecha.
A favor, el cereal cuenta con inmejorables condiciones agronómicas en casi todo el territorio, especialmente una disponibilidad hídrica que garantizaría buenos rindes. Incluso en el centro norte se confirma un crecimiento del área sembrada.
Pero al mismo tiempo se cierne una amenaza importante: las altas temperaturas están adelantando el desarrollo de las plantas, lo que hace temer una floración anticipada que deje expuesto el cultivo a heladas tardías. A su vez, la escasez de bajas temperaturas en el proceso de macollaje indica que pueden producirse menos espigas por planta, con el consiguiente impacto en los rendimientos.
Condiciones óptimas
El último reporte SEA (Sistema de Estimaciones Agrícolas, que elabora la
Universidad Católica y difunde la Bolsa de Comercio de Santa Fe) es claro al
respecto: las temperaturas mínimas registradas la última semana oscilaron entre
2,9ºC y 18,1ºC y las máximas entre 12,0ºC y 27,9ºC, registros fuera de lo común
para el mes de julio (ver cuadro). Al mismo tiempo, el reporte señala que avanza
el proceso de siembra de los ciclos cortos, mientras los lotes implantados
recientemente están en germinación y el resto “en desarrollo bajo condiciones
edáficas y de humedad muy buenas”.
También se destaca -a excepción de un déficit en el noroeste y oeste del departamento San Cristóbal y suroeste del departamento Nueve de Julio- que la reserva de agua en el suelo, en el 75% del centro norte “es de muy buena a buena”, con valores que fluctúan entre los 72 y 270 milímetros. “Los perfiles de suelos en su totalidad, brindan una muy buena disponibilidad de agua útil en esta época del año, ante los requerimientos de los cultivares implantados y se mantienen en los perfiles que están con rastrojos”, completa el informe.
Según el relevamiento, al 9 de julio ya se había sembrado el 90 % de las 148.500 hectáreas proyectadas, que implicarían un crecimiento de 10% para el área en estudio contra la campaña anterior.
Los cultivos, que no muestran amenazas sanitarias ni plagas, muestran hasta cuatro hojas desarrolladas.
Más y mejor en el centro
En el departamento Las Colonias, la superficie triguera bajo asesoramiento del
Centro Primario Humboldt de AFA creció un 38% respecto de la campaña pasada, al
saltar de 6.500 a 9.000 hectáreas implantadas.
Según la asesora Edith Weder, “al productor siempre le queda el recuerdo de la última campaña” y el año pasado muchos se jugaron a la soja de primera “y perdieron más plata que quien hizo trigo-soja”.
Además, comentó que los chacareros “se tentaron muchísimo por el precio”, a pesar de que el valor de la próxima cosecha -en torno a los u$s190 por tonelada- dista bastante de los u$s400 que se siguen pagando en el mercado (el contrato disponible en el Matba valió el jueves 11 u$s406, remontando la brusca caída que produjo, una semana antes, la amenaza de decomiso de Guillermo Moreno). La idea que predomina entre los agricultores, comentó Weder, es que “el futuro (forward diciembre) va a subir”.
En cuanto a los márgenes, los números de la cooperativa indican un costo total por hectárea -incluyendo insumos, labores y costo de comercialización- de $2.177, lo que implica un rinde de indiferencia (lo que necesita cosecharse para cubrir los gastos) en campo propio de 21.5 quintales, mientras bajo arrendamiento esa cifra sube a 31.3 quintales. Según el relevamiento del SEA, los rendimientos del año pasado en la región promediaron de máxima 28-30 quintales y excepcionalmente 34.
Por otra parte la asesora destacó que las condiciones agronómicas son “extraordinarias”, razón que también suma para que en la zona la aplicación de tecnología resulte “mucho mejor que el año pasado”. Particularmente en materia de fertilización, ya que el cultivo se inició con “arrancador y algo más”, mientras “están por hacer la segunda aplicación”.
El norte también crece
En el norte, en tanto, el cultivo también se expande este año. Según el
asesor de la Oficina de Desarrollo Agropecuario de la Unión Agrícola de
Avellaneda (UAA), Adrián Gallard, experimenta en el departamento General
Obligado “un crecimiento aproximado de 30%”, aunque reconoce que la cantidad de
hectáreas no son tan relevantes. “Mientras el año pasado, que fue el de menor
siembra en la región, se implantaron unas 17.000 hectáreas, esta vez pueden ser
21.000”, precisó. La estadística marca para la región una media histórica entre
20.000 y 25.000 hectáreas, con un récord en 2011 de 30.000.
Gallard encuentra la principal razón del incremento en la toma de conciencia entre los productores de “la obligación de rotar con gramíneas”. Y considera que el buen precio del cereal “puede llegar a variar 1.000 hectáreas a lo sumo”.
El técnico explicó que “el trigo siempre estuvo contemplado en la rotación de los productores” y aunque el año pasado no había buenas perspectivas, esa responsabilidad agronómica resultó un buen negocio. “No daban los números, se sembró sabiendo que se perdía y al final fue un trigo muy bueno arriba de 25qq y con muy buen precio”, resumió. Al momento de la siembra en marzo -recordó- el cereal valía $461 y cuando vendieron, entre octubre y noviembre, había escalado a $854. “Algunos llegaron a vender u$s180 y hasta u$s250, pero muy pocos; el grueso lo vendió $854 puesto en Reconquista”, explicó.
Frío se busca
Tanto en el centro como en el norte provincial el estado de los lotes es óptimo.
Pero también temen la misma amenaza: que el acelerado desarrollo, producto de
las altas temperaturas, exponga el cultivo a heladas durante el proceso de
floración.
En General Obligado -comentó Gallard- el trigo está en etapa de macollaje, con muy buena humedad y sin plagas, aunque hay “algo de maleza”. Sobre los registros térmicos, indicó: “si seguimos con altas temperaturas corremos el mismo riesgo que en el sur”, en referencia al golpe de una helada tardía. En la zona, dijo, sólo hubo hasta el momento “una o dos” y clamó por la llegada del frío. “Ya están en macollaje y necesitamos una helada que los frene; le tenemos miedo a la helada en septiembre, pero sobre todo por el girasol (uno de los principales cultivos para el norte) en lotes tempranos”.
En Las Colonias, Edith Weder explicó que el cultivo “se está adelantando muchísimo” por efecto de la buena humedad y el calor, por lo que “no hace ni raíz ni macollo”. Así, con un adelantamiento de la floración en el almanaque se corre el riesgo de que se produzca el “embuchado” (la espiga queda envuelta en la hoja bandera y no madura) con alguna helada a fines de agosto. El año pasado para esta fecha ya se habían producido 15 de las 30 heladas que hubo en la zona de Humboldt, mientras este año apenas ocurrieron 5.
Si bien aún no hay estimaciones precisas sobre frío para la actual campaña, “todos tememos que llegue tarde” dijo la asesora, quien recordó que la última helada de la campaña anterior pegó el 28 de septiembre y “quemó todos los maíces y dañó el trigo, pero no tanto por que el cultivo venía demorado”. Ahora, aseguró, “necesitamos más frío que lluvia”.
Alquileres sostenidos
La suba de los costos agrícolas y los bajos rindes de la campaña pasada
impulsaron a grandes actores de la agricultura nacional -entre ellos El Tejar,
el pool que en algún momento ocupara el primer puesto mundial entre las empresas
que realizan agricultura sobre campos alquilados- a abandonar los planteos en
lotes de terceros, situación que muchos analistas consideran un factor bajista
para los alquileres o de cambio en los contratos, que dejarían de hacerse en
quintales fijos para pasar a porcentaje. Sin embargo en el centro norte
santafesino esa teoría no se confirma, sino todo lo contrario.
Adrián Gallard, de la Unión Agrícola de Avellaneda, comentó que el panorama es
variado en General Obligado. “La mayoría se hacía a porcentaje entre 17 y 25%,
el grueso al 20%; y ahora hay mucho fijo”, explicó. La mayoría, dijo, paga una
media de 400 kilos de soja “pizarra local” (Rosario menos flete -500km- y 3% de
comisión), mientras que entre 20 y 30% pagan 500 kilos y una mínima proporción
empieza a pagar 600 kilos (quienes cultivan al menos 40% de campo propio y
buscan lotes linderos). “Cuando las cosas vienen bien enseguida aparecen los
fijos de nuevo”, resumió el asesor, y explicó que “hay competencia entre los
productores y los dueños quieren más plata por el incremento del costo de vida”.
En Las Colonias pasa algo parecido. Edith Weder, de AFA Humboldt, comentó con asombro que “en suelos clase 6 (cañada) piden 12 quintales para una soja no tiene un potencial mayor de 8 a 12”. Esto no es novedad y los que vienen haciéndolo “no se fundieron porque tuvieron suerte, les cayó la piedra y los seguros los vienen manteniendo”.
Incluso la asesora comentó que sus colegas de Cañada Rosquín, San Martín de las Escobas y Los Cardos (departamento San Martín), así como en Las Rosas (Belgrano) “hablan de alquileres más altos”. En Humboldt, dijo, “lo normal son 12 a 16 quintales de soja al año en casos puntuales”, pero aclaró que sus colegas hablaban de hasta 22 quintales.