"Hace unos días, cuando revisé la humedad de los lotes para comprar semilla de trigo y cebada, tenían más que ahora que estoy sembrando", observa un productor del sur de Córdoba, que teme que la escasez de humedad persista durante el invierno. Su preocupación no es infundada: los meteorólogos no son muy optimistas con la evolución del tiempo en julio, agosto y septiembre, sobre todo para la región central del territorio.
"Hay un contraste muy fuerte entre la mayor disponibilidad de humedad de los suelos de Entre Ríos, norte, este y sudeste de Buenos Aires, y los de La Pampa, San Luis, el oeste y sur de Córdoba y sudoeste de Buenos Aires, que están bastante más secos", diferencia el consultor Eduardo Sierra.
"Las lluvias invernales seguirían el mismo patrón, lo que podría complicar la evolución del trigo y de la cebada sembrados en las zonas subhúmeda y semiárida del centro del territorio", proyecta.
Para los próximos meses, el especialista pronostica bajas temperaturas y lluvias dispersas en julio. En agosto aumentarán levemente y persistiría el tiempo seco. Sólo a fines de septiembre reaparecerían lluvias importantes en la zona núcleo, con tormentas localizadas con vientos y granizo, que se extenderían al centro del territorio en octubre.
En ese escenario, los cultivos finos sembrados en la parte oriental del territorio podrían tener una evolución cercana a la normal, mientras que en Córdoba, La Pampa y el sudoeste de Buenos Aires dispondrían de menores posibilidades de desarrollo. El noroeste entraría en la estación seca con los perfiles sin recargar.
Anthony Deane, titular de Weather Wise Argentina, coincide con Sierra: "Excepto en la franja del este y sudeste de Buenos Aires y en Entre Ríos, la siembra de granos finos se concentra en un escenario de humedad ajustada porque ha llovido poco en las últimas semanas en las áreas centrales del país", advierte.
"En julio hay pronosticados cinco episodios de mal tiempo con tormentas posibles para el este del territorio, pero que no alcanzarían registros importantes en el oeste de Buenos Aires ni en el este de La Pampa, a ambos lados de una línea que va desde Bahía Blanca al norte de Córdoba", alerta.
La escasez de humedad es un fenómeno climático normal en el invierno, pero resultaría perjudicial para los cultivos desde el punto de vista agronómico, porque se prolongaría en el tiempo: puede persistir en agosto y complicar también la siembra de maíz", adelanta Deane.
En síntesis, para el consultor, los productores no se encaminan a un escenario ideal para la producción de cereales. Para Sierra, la evolución del trigo puede ser buena pero lejos de excelente en la zona agrícola oriental y bastante más complicada en las áreas centrales.
GANADERÍA MÁS COMPLICADA
"Hay preocupación en los responsables de muchas empresas ganaderas", observa un zootecnista que atiende varios clientes en la provincia de Buenos Aires.
Los campos todavía están bien de pasto, pero la escasez de lluvias invernales podría afectar el resultado del negocio, que muestra un comportamiento cada vez más opaco a medida que avanza el almanaque. La tendencia de precios declinantes en moneda constante -sólo interrumpida esta semana por el repunte ocasional provocado por el cese de comercialización anunciado por la Mesa de Enlace- y la escasa producción de pasto podrían ser una combinación difícil de afrontar por los productores.
Entre los ganaderos está la impresión de que terminó la época de escasez de hacienda. En ese sentido, Ignacio Iriarte, director de Informe Ganadero, dice que "en los cinco primeros meses del año la faena de ganado vacuno se incrementó 12% respecto de igual periodo del año pasado y 18% en relación a 2011". Este indicador, y la alta participación de hembras en la faena (42,5-43 %), son señales inequívocas de que la vigorosa retención de 2010 y 2011 pasó a ser cosa del pasado.
Con la retirada de los pools de siembra, están apareciendo más ofertas para capitalización que en años anteriores. En ese contexto, no se ve entrada de capitales externos porque los precios podrían seguir cayendo en el segundo semestre, para el que se prevé mayor oferta de hacienda gorda. Los candidatos más firmes para ocupar esos campos son ganaderos que analizan la posibilidad de llevar la recría allí, desarmando los corrales de engorde intensivo por el fuerte incremento del precio del maíz..